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El Toyota Starlet: imbatible en la Patagonia

Lunes 14 de Junio del 2021

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El Toyota Starlet fue una de las máquinas que marcó su paso a fuego en la Patagonia chilena – argentina en pruebas tan importantes como el Gran Premio de Tierra del Fuego, las Tres Horas de Puerto Natales y también en el autódromo de Cabo Negro.

El Gran Premio cuenta en sus anales con un importante registro dejado por el Toyota Starlet en victorias para una de las carreras catalogadas como de las más difíciles.

La marca japonesa hace su presentación en la tradicional carrera en 1978 pero con un Toyota Corona con el que Sergio Violic, en dupla con Victorio Salazar, ganó la clasificación general por primera vez para un chileno.

BONICIOLI
EL PRIMERO

Al año siguiente aparece el mítico Toyota Starlet, pilotado por el natalino Oreste Bonicioli para grabarse por primera vez en la categoría “A”. Lo propio hizo en 1980 el también magallánico Jorge Fuentes ganando la serie “A” con otro Starlet.

Un año después, en 1981, repite Bonicioli, en 1982 Ricardo Pérez también gana con Starlet la categoría “A”, en 1983 nuevamente aparece en la categoría menor Oreste Bonicioli, en 1984 lo hace el nacional Ricardo Anders y dejando la versión siguiente al argentino Mario Velazquez, todos corriendo con Toyota.

Pero la historia no para ahí, ya que en 1986 Héctor Díaz triunfa en la serie “A”, mientras que Enrique Seoane lo hace el ‘87 y ‘88 continuando con los porvenireños Jorge Manquemilla en 1989 y Juan Carlos Kalazic en 1990, ganando todos con el mítico auto.

En 1991 se ve interrumpida esa hegemonía con la aparición del Daihatsu Charade, para caer posteriormente el reinado del Starlet casi definitivamente con la llegada del Daewoo Tico, que se adjudicaría las siguientes ediciones con una alternación donde nuevamente treparía el Charade.

La última victoria del mítico Toyota Starlet se produjo en 1999 bajo la conducción de Pablo Capkovic, quien con una máquina del ‘78 logró imponer nuevamente la soberanía del modelo.

PABLO CAPKOVIC

En conversación con Francisco “Pirulo” Oyarzo, en el programa “Ases del Volante” de Radio Polar, Capkovic señaló que “en ‘98 tuvimos la aventura de ir al Gran Premio con Sandro (Goic), que era una inquietud que teníamos de mucho tiempo atrás”.

“Lo que teníamos al alcance de la mano, dentro de lo económico, era conseguir un Toyota Starlet y fue lo que hicimos. Compramos y preparamos un auto de un amigo y cliente del taller, con ese fuimos por primera vez pero de forma más seria, porque ya habíamos participado dos veces antes con la idea de hacer un poco de experiencia en la carrera”.

“El ‘99 volvimos a ir por segunda vez con el Toyota, donde logramos ganar la carrera y la verdad es que fue una alegría enorme porque ya el Daewoo Tico había desplazado al Starlet, así que volvió a resurgir con ese triunfo”.

“También el 2000 nos dimos cuenta que ya no se podía usar más por un tema de velocidad, porque los Tico ya venían andando muy fuerte y tuvimos nosotros también cambiarnos a un Tico para poder pelear la carrera ya que de otra forma ya era imposible”.

– Después de la victoria con el Starlet ‘78, tú lo catalogaste como un auto irrompible, resistente a la temperatura y exigencia. Cuéntanos un poco de eso.

– Sí, el Starlet tenía todas esas garantías. Era un auto que se podía maltratar en caminos horribles de barro, como quieras darle, como se dice, y aguantaba todo. Era impresionante, un auto pequeño pero muy firme y confiable”.

“Te subías a un Starlet y sabías que ibas y volvías las dos etapas de la Hermandad, sin importar el camino como estuviera, eso te lo garantizaba el auto, era un muy buena máquina”.

“Cuando la Hermandad era todavía mala en varios sectores, habían lugares en que andábamos sólo en primera y segunda durante muchos kilómetros, el marcador de temperatura a full y el auto andaba igual. Era un autito irrompible, confiable y seguro”.

“En la época del ‘77 hasta el ‘80 la calidad de los Toyota para mi gusto era muy buena, también en otras marcas, pero sobre todo los Toyota fueron autos muy buenos, nosotros ya estábamos trabajando en mecánica y nunca fueron consumidores de repuestos, de suspensión ni nada de ese tipo de cosas porque eran muy firmes, realmente de calidad”.

PRESENCIA
EN NATALES

Pero en las Tres Horas de Puerto Natales el Toyota Starlet también hizo historia desde los inicios de la prueba.

En el circuito Dorotea, en la primera edición de 1982 de entrada Oreste Bonicioli gana la categoría menor, hasta 1.000 c.c. con 23 vueltas y repite al año siguiente con un giro menos.

Copiando en cierta forma sus éxitos en el Gran Premio, Enrique Seoane se impone en 1987 en la categoría hasta 1.000 c.c. con 24 vueltas, al año siguiente en categoría “B” con 25 vueltas y en 1989 nuevamente se adjudica la serie “B” con 26 vueltas, siempre conduciendo un Toyota Starlet. El ‘90, ‘91 y ‘92 fue el turno de Luis Díaz con victorias en la serie menor de las Tres Horas.

Posteriormente el ‘94 aparece el fueguino Juan Carlos Kalazic con 21 vueltas, en 1996 lo hace Raúl Aguilar y el 2000 Sergio Díaz, quien repite el 2002 y 2006, dejándole paso el 2007 a Luis Barbería.

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