Partido Comunista perdió ayer a uno de sus históricos militantes: Francisco Alarcón

Como “un hombre comprometido y consecuente”, calificó su hijo Francisco a su padre Francisco Alarcón Barrientos, quien fuera secretario regional del Partido Comunista, ex regidor y ex presidente regional de la Cut, fallecido en la madrugada de ayer a los 85 años de edad, mientras permanecía internado en el Hospital Clínico de Magallanes, enfermo desde hace tiempo.

Su hijo Francisco Alarcón Navarro agregó que su padre fue “un hombre de la clase obrera y que supo llevar adelante sus ideales hasta el fin de sus días”, demostrando la gratitud de la familia por los homenajes que tributaron a don Pancho en la sede del Partido Comunista y en el Cementerio Municipal decenas de militantes y personas de la comunidad que reconocieron la figura de su padre, al brindarle la última despedida en una caravana ante las restricciones impuestas por la emergencia sanitaria.

Francisco Alarcón Barrientos, quien nunca dejó de lucir su bufanda roja y jockey negro, estaba casado con Lidia Navarro y dejó a sus hijos Francisco y Patricia, dos nietos y un bisnieto.

“En la familia lo recordaremos como un hombre comprometido con los hijos, con los nietos, con mi madre. Un hombre que siempre estuvo pendiente de lo que ocurría en casa y eso para nosotros es muy gratificante porque nos inculcó grandes valores sobre todo en el compromiso. Para nosotros es importante esta despedida porque el Partido Comunista de Chile es también parte de nuestra historia, de nuestra vida, junto a mi madre y mi padre que abrazaron la causa de la gente sencilla, de la gente humilde, de los pobres de nuestro país y jugaron un rol importante en una parte de la historia del país”, expresó su hijo.

Consultado cuál es el legado que deja su padre, respondió: “Lo principal es la consecuencia y convicción que es posible cambiar y transformar el mundo por algo mejor”.

Sin embargo, Francisco Alarcón Navarro, admitió que uno de los episodios más dolorosos para su padre fue el haber sido torturado y preso político tras el golpe militar de 1973. “Los ajetreos y avatares de la vida jugaron un papel en su estado de salud. Pancho Alarcón es uno de los hombres que fue más vilmente torturado en la región por ser secretario regional del partido Comunista, además regidor de la comuna y ser dirigente sindical destacado en la época. Fue trasladado a isla Dawson, junto al compañero Arizaga, colgado con amarras afuera de la barcaza en las dos horas de navegación a merced de las olas. Eso da cuenta de la fortaleza y de las consecuencias que han cobrado la vida de muchos compañeros y compañeras que pasaron las torturas en la dictadura militar”.

Activista

El presidente regional del PC, Dalivor Eterovic, describió a Francisco Alarcón Barrientos como un “activista” y luego expresó que “la trayectoria de Pancho fue tremenda, dirigente sindical de la mina en Río Turbio, en Pecket, presidente de la Cut, presidente regional del partido, exiliado, activista de la solidaridad con Chile en la dictadura, uno de los organizadores del encuentro de exiliados en la frontera de Chile y Argentina en 1984”.

Destacó que fue un hombre que dedicó toda su vida por lo que creía: luchar por los derechos humanos hasta en sus últimos años. También jugó un rol protagónico al gestionar la recuperación del edificio que hoy alberga la sede del PC y que durante la dictadura militar fue ocupado por la Armada, como también el haber recuperado el edificio de avenida Colón para las agrupaciones de Derechos Humanos.

“Sabíamos que estaba complicado desde hace tiempo y se esperaba que suceda esto. A Pancho lo conocí con el triunfo de la Unidad Popular cuando él estaba al frente de la Cut en 1971 y yo era dirigente sindical en Cofrima”, lo recordó el también militante comunista y presidente de la Agrupación de Usuarios Prais, Manuel Aguilante.

Alonso Chávez, ex dirigente del magisterio y militante del PC, recordó: “Con Pancho nos conocimos en el viaje del Alondra, desde Chiloé a Punta Arenas en 1952. Fue dirigente de los mineros y participó en muchas huelgas por demandas económicas. Trabajamos a fines de los 60 hasta comienzos de los 70 en la dirigencia sindical. Fue un hombre ejemplar en el trabajo social por los demás. Un compañero que ha muerto, pero la lucha continúa”.