La carta y muestras biológicas que incriminan a Huaiquil en el femicidio de Elizabeth Mella
Desde un comienzo la Fiscalía advirtió que no sería fácil aclarar el crimen de la vecina magallánica Elizabeth Mella Cárcamo, ultimada de 27 puñaladas y con el autor que terminó provocando un incendio en la casa de la víctima para ocultar evidencias.
Por ello no le debería asombrar a nadie que tuviera que transcurrir un año y tres meses para que el fiscal jefe de Punta Arenas, Fernando Dobson Soto, y la Brigada de Homicidios de la PDI terminaran de encajar todas las piezas del puzzle policial.
Cuando no tuvieron cabos sueltos, a sabiendas que el autor negaría su participación, solicitaron la orden de detención, dirigida en contra de Luis Moisés Huaiquil Andrade. La misma se concretó el domingo y ayer el imputado fue puesto a disposición del Tribunal.
Después de escuchar la formalización de cargos, el juez Juan Villa le preguntó si había entendido. Huaiquil, respondió que sí, pero negó los hechos que lo incriminan.
Sin embargo con todos los antecedentes recopilados en la carpeta investigativa, decenas de declaraciones y peritajes, al fiscal no le cabe ninguna duda de la responsabilidad del detenido en la muerte de la víctima, de entonces 54 años de edad, y el posterior incendio.
En la audiencia, que se extendió por varias horas, Dobson expuso que la madrugada del 8 de marzo de 2020 la mujer se encontraba en su casa, de calle Manantiales 01868, en compañía del imputado Luis Huaiquil Andrade, con quien compartió íntimamente.
Con ensañamiento
En un momento el sujeto reaccionó de forma muy violenta. La comenzó a agredir y le pegó en el rostro y la nariz. De ahí tomó un cuchillo, “propinándole sucesivas y reiteradas puñaladas en su cuerpo, actuando con ensañamiento”, detalló.
El informe pericial reveló 27 heridas cortopunzantes en diferentes partes del cuerpo. Pero no paró ahí, ya que después de asesinarla le prendió fuego a la cama, dejando a la mujer dentro y cerrando la puerta de la habitación, resultando con varias quemaduras.
Bomberos, que esa jornada trabajó en la extinción del fuego, la halló sin vida. Como causa de la muerte se estableció un trauma penetrante abdominal por arma blanca y quemaduras.
El imputado fue formalizado por dos delitos: femicidio e incendio en lugar habitado y terminó siendo ingresado a la cárcel alrededor de las 18 horas de este lunes.
Cómo dieron con Huaiquil
En los albores de la investigación surgieron varios sospechosos, pero a medida que pasaron los meses y la PDI recopilaba más y nuevos datos, literalmente se fueron “cayendo”, uno a uno.
Las muestras biológicas y ADN tomadas al cuerpo de la víctima se cotejaron con los análisis del “isopado bucal” de todos ellos.
Papeles higiénicos recogidos en la escena del crimen, y en el cuerpo de la víctima, fueron vitales para llegar al principal sospechoso. Los resultados de las muestras enviadas al laboratorio de criminalística en Santiago resultaron ser coincidentes con el material genético de Huaiquil.
No hay crimen perfecto
Para la policía no hay crimen perfecto. Y esto se da con quien aparece hoy como presunto autor de este femicidio.
Durante el proceso surgieron antecedentes que terminaron siendo claves para el éxito de la investigación, como también contradicciones del sospechoso que negó a la policía contactos previos con la mujer.
Pero horas antes del asesinato Elizabeth se trasladó a un almacén cercano a su hogar y compró dos tajadas de torta, lo cual quedó registrado en las cámaras de seguridad. Esto se condice con una testigo que posteriormente vio desde la calle a la víctima, que estaba de pie sirviendo algo a una persona sentada en una mesa del comedor, que por la contextura física era un hombre.
El ingreso de esta persona a la casa fue de forma voluntaria, porque no se encontraron rastros de violencia en puertas o ventanas.
La investigación estableció que la víctima era asidua a redes sociales como Facebook y Badoo para establecer citas virtuales, concretando en el tiempo relaciones de amistad y sentimentales.
Hasta el 20 de febrero de 2020 Luis Huaiquil fue pareja de una de las amigas más cercanas de Elizabeth Mella, quien declaró en varias ocasiones. En pericias al computador de la víctima la PDI recogió conversaciones de ambas mujeres, mencionando el nombre del detenido. Incluso en un par de ocasiones salieron los tres a bailar. Con esto surgen las primeras contradicciones del imputado.
Carta
Hay una carta anónima que fue dejada en el domicilio de una mujer, en el Loteo del Mar, escrita a mano, en hoja de cuaderno, y el destinatario es Fabián, el hijo de la mujer asesinada.
El autor de la misiva que escribió el 10 de marzo, dos días después del crimen, señala que quiere ayudar a colaborar con el esclarecimiento del hecho de sangre. Entrega sus condolencias al destinatario y le dice que en la villa Cardenal Raúl Silva Henríquez andaba una persona vendiendo dos teléfonos celulares y que uno de los aparatos tenía la foto de Elizabeth.
Lo extraño es que la carta fue dejada en la casa del hermanastro de la víctima, quien vive al lado de la mejor amiga de Elizabeth y ex pareja de Huaiquil.
El imputado negó toda responsabilidad en la escritura y envío de la carta. Sin embargo sometido a un peritaje caligráfico, donde se coteja su letra con la de la misiva, el especialista determinó que “los textos de las dos hojas proceden de la mano del imputado Luis Huaiquil Andrade”.
Lo llamativo para el fiscal es que la carta hace mención a los dos teléfonos celulares, uno de color azul y otro plateado, que desaparecieron el día del homicidio, una información clasificada y desconocida, salvo familiares muy directos.
Por eso no se entiende cómo el autor de la carta tuvo acceso a ese antecedente. Esto al final termina inculpando al imputado que, además, negó contactos con la fallecida siendo que las indagaciones dicen lo contrario.
“Faltó a la verdad en todas las versiones entregadas”, sostuvo Dobson. Principalmente en la carta, que el perito estableció que la escribió él. Y que no tuvo contacto con la víctima, siendo que las pruebas biológicas lo inculpan.