Déficit habitacional

El tema del déficit habitacional y la inclusión o no del acceso a la vivienda como derecho de las personas en la nueva Carta Fundamental han estado en la palestra en las últimas semanas tanto por la campaña electoral de cara a las primarias presidenciales del 18 de julio próximo como por la pronta instalación de la Convención Constitucional.

El ministro de la Vivienda y Urbanismo sostuvo que este déficit se mantiene al alza desde 2015. Hoy se proyecta que hacen falta 700 mil viviendas en el país, ello pese a que cada gobierno se compromete a reducir esta carencia durante su administración.

Según la encuesta Casen 2015, en dicho año se registró el déficit más bajo, con un requerimiento de 391 mil casas o departamentos. Ya en 2017, el mismo instrumento cifraba en 497 mil tal necesidad.

Uno de los factores que se esgrimen para explicar el crecimiento de la brecha entre la demanda y la oferta habitacional es la migración. En 2019, el Minvu estimaba que se requerirían 250 mil subsidios adicionales para satisfacer la demanda proveniente de la población extranjera que se estaban afincando en el país.

Como lo ha señalado el ministro Felipe Ward, el aumento de la migración no justifica por sí solo este déficit y la pandemia ha dejado más al descubierto problemas no resueltos por años, como el hacinamiento, el allegamiento y la falta de equipamiento en los barrios.

Esto explica, en parte, el incremento de la toma de terrenos privados, situación que también ha afectado a Punta Arenas y que ha recrudecido en los últimos años.

Desde el municipio puntarenense se ha buscado impulsar la construcción de viviendas, pero también este propósito ha chocado con la falta de terrenos y con un plan regulador comunal que requiere de una urgente actualización.

La demora en la construcción de nuevos conjuntos habitacionales mantiene a una cantidad importante de vecinos esperando por años poder hacer efectivos, incluso, subsidios técnicamente aprobados, pero que, en rigor, no pueden materializarse.

Frente a la problemática del acceso a la vivienda -ya sea vía subsidio o crédito hipotecario- es obvio que ha faltado

una planificación urbana integrada y de largo plazo, que asegure la provisión de suelo urbano para mantener una adecuada oferta y una densificación equilibrada e inclusiva en las zonas aledañas a la infraestructura pública de alto estándar, como, entre otras medidas, ha propuesto insistentemente la Cámara Chilena de la Construcción.