Necrológicas

Listos para cuando se prendan las luces del escenario y poder mostrar sus estudiados personajes

Jueves 15 de Julio del 2021

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Este año retomaron las actividades presenciales en el Centro Cultural

Felipe Soto Cárdenas y Vanessa Gálvez Guala, ambos de la Escuela La Milagrosa, forman parte del elenco de teatro ciudadano, mientras que Bianca Neguel Díaz, del Instituto Superior de Comercio, integró el taller de Creación de un personaje; todos bajo la dirección de la actriz Paulina Carrasco

La actividad cultural en pandemia ha estado lejos de los escenarios, pero como todo ya comienza a entrar a una relativa normalidad, ya hay fechas para regresar a algunas funciones presenciales. A principios de agosto se estrenará el montaje de la obra “La Remolienda”, de Alejandro Sieveking, y que estará a cargo del elenco ciudadano de teatro, que ya en 2019 había presentado la obra “Continente negro”. La gracia es que este elenco no está formado por actores profesionales, sino que por gente común y corriente, que gusta de la actuación.

Entre ellos, destacan dos estudiantes, ambos de la Escuela La Milagrosa: Felipe Soto Cárdenas y Vanessa Gálvez Guala, los dos de cuarto medio, y que desde el año pasado tuvieron que adaptarse a ensayos virtuales, una modalidad que si bien los limitó, les permitió profundizar en otros aspectos.

Además, está el taller Creación de un personaje, más enfocado en la construcción que una persona puede hacer de una persona totalmente distinta, desde los gestos, la voz, hasta el vestuario. Este taller tuvo su cierre la semana pasada, donde destacó Bianca Neguel Díaz, estudiante de segundo medio del Instituto Superior de Comercio.

A cargo de la dirección, tanto del taller como del elenco ciudadano está la actriz Paulina Carrasco, quien lleva seis años trabajando en la región, principalmente vinculada a proyectos del Ministerio de Cultura y desde 2019, en el Centro Cultural Municipal.

Sin embargo, la llegada de la pandemia cambió todo y “desde el 2020 partimos con talleres virtuales a través de Zoom. Ha sido complicado, tuvimos que ponernos muy creativos, reestructurar cosas, contenidos, y ver la forma de poder realizarlo a través de la plataforma. Hay cosas que se pierden derechamente con la virtualidad, pero hay otras que se pueden realizar, como trabajos de voz, improvisación, declaración de personajes. El año pasado trabajamos dos veces por semana, pero este año, por un cambio de objetivos y de replanteamiento del Centro Cultural mismo, estamos trabajando dos horas a la semana por cada taller. Algunos son presenciales, por el cambio de fase, pero en el caso de nosotros, sólo el elenco ciudadano, que es el taller de teatro que lleva más de tiempo está ensayando los viernes, pero los otros en forma virtual, y con el taller de Creación de un personaje, vamos a hacer un cierre simbólico, con grabaciones de voz y de imágenes, también presencial.”

Ese cierre se realizó la semana pasada, donde Bianca Neguel tuvo que recrear a la villana Cruella de Vil. “Es un proceso un poco difícil, porque no está la profesora presencialmente para decir ‘pon tu brazo así’, ‘la cabeza para allá’, ‘frente en alto’, es un proceso un poco difícil. Cuesta mucho, pero es lo que quería, algo difícil. Si yo quiero que sea difícil lo haré así, porque quiero ponerme dificultades y desafíos. Primera vez que hago algo similar, aunque antes en la escuela había actuado tres veces, pero el año pasado decidí que esto era un sueño que quiero empezar a hacer desde ahora. Mi sueño es llegar a ser actriz, que igual me permite invertir mi tiempo en hacer algo distinto a las clases y que me gusta”, explicó la estudiante del Insuco.

Para Paulina Carrasco, “este año tuvimos que darle un enfoque más terapéutico a los talleres, más que artísticos, por lo que no abarcan tanto como un taller de teatro básico, porque es muy poquito el tiempo para desarrollar cosas o como el radioteatro, entonces talleres como Creación de un personaje son más específicos, logra trabajar un aspecto del teatro. Otros colegas hacen cosas más específicas de voz o corporalidad. Vimos perfil tridimensional, maquillaje, voz, forma de actuar, la corporalidad, los elementos que caracterizan a un personaje, si es más tierra, aire, fuego, agua, también qué motor del cuerpo predomina, si es de pecho, pelvis. También vimos voz, maquillaje y vestuario. Todo lo hicimos online”, detalló sobre este taller, cuyo cierre incluyó el monólogo de un personaje elegido por los participantes, grabado en un estudio profesional.

Actores en potencia

Para los jóvenes integrantes del elenco ciudadano, el desafío que se les presenta pronto es el montaje de la obra “La Remolienda”, fijada para agosto de manera presencial (aunque siempre sujeto a cómo vaya transcurriendo la pandemia). Igual ellos ya cuentan con la experiencia de “Continente negro”, pero de todas maneras, un año alejados de las luces del escenario, tienen su influencia.

“Yo entré en 2019, me enteré gracias a Vanessa que había teatro, y partimos en la obra ‘Continente negro’. En 2020 nos unimos al taller de teatro básico para una obra de teatro virtual y ahora nos integramos a ‘La Remolienda’”, recordó Felipe Soto, a lo que su compañera Vanessa Gálvez añadió: “El elenco es de distintas edades, y nosotros siempre fuimos los más pequeños, pero nos adaptamos súper bien. Yo lo vi por un anuncio en Internet, después vine al Centro Cultural, él me convenció y así llegamos los dos a la obra ‘Continente Negro’.

Ambos manifestaron gusto por el teatro y la actuación desde edades tempranas. Felipe Soto, se trata de un estilo de vida. “En mi caso fue la actuación lo que me llamó la atención, porque me gustan las películas y me gustaría ser actor. Desde los 12 años me empezó a interesar, pero no había podido participar en nada, entonces ahora el 2019, a los 15, recién me pude unir a una obra. Mi sueño es ser actor, de película o teatro, la primera vez que hice una obra estaba muy nervioso, pero me gustó mucho la experiencia y por eso he seguido asistiendo. Siento emoción, felicidad, me hace muy feliz, me encanta todo lo que conlleva crear un personaje, actuarlo, es divertido”, expresó con entusiasmo Felipe, que en la obra “La Remolienda” interpreta a Telmo, “un curado se podría decir, que interrumpe una parte importante de la obra”.

Similares conceptos expuso Vanessa Gálvez, aunque con algunas diferencias: “Desde chiquitita siempre he querido actuar, pero nunca me atreví, era muy tímida y me subí al escenario siendo muy tímida. Gracias al teatro pude sacar más personalidad. Al principio estaba nerviosa, pero me subía al escenario y sentía una felicidad inmensa, cuando actuaba en el escenario me salía una sonrisa de la nada, espontánea, y eso solamente me pasa en teatro y en baile”, opinó la joven que representará el papel de Chepa, en “La Remolienda”.

Obviamente, ese entusiasmo que ambos demuestran al estar en el escenario se vio disminuido con la actividad online con la que tuvieron que lidiar el año pasado. “Fue complicado, es muy diferente al teatro presencial, no podíamos hacer nada más que las líneas, teníamos que quedarnos en un lugar y más encima que en esta obra hay una pelea, entonces no se ve nada online, y por eso, cuando volvimos a lo presencial, fue mucho mejor, más divertido y espontáneo, se puede seguir mejor la obra, la continuidad es más rápido”, manifestó Felipe Soto. Su compañera, en tanto, agregó que “fue difícil adaptarse a una pantalla, pero ya con el tiempo nos fuimos adecuando. Ahora es mucho mejor, porque podemos mostrar mejor la esencia del personaje, porque involucra muchos gestos, interactúa mucho mejor”.

Por eso, ahora a los tres, más a su monitora, nadie les borra la sonrisa, por estar frente a frente desarrollando su expresividad artística, esa misma que las pantallas distorsionan y limitan. Ahora, solamente esperan volver a ver las luces del escenario y sacar su voz ante el público.