Necrológicas
Originadas por encarcelamiento de ex Mandatario Jacob Zuma

Presidente de Sudáfrica asegura que “el intento de insurrección fracasó” tras disturbios que dejaron más de 200 muertos

Sábado 17 de Julio del 2021

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El Presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, afirmó ayer que la ola de disturbios y saqueos masivos de la última semana, que causó 212 muertos y 2.524 detenidos en este país, fue un “intento de insurrección” que “ha fracasado” porque los sudafricanos se levantaron para defender la democracia.

“Este intento de insurrección ha fracasado en obtener el apoyo popular. Ha fracasado por los esfuerzos de nuestras fuerzas de seguridad y ha fracasado porque los sudafricanos se han levantado para defender nuestra democracia duramente ganada”, manifestó el Mandatario, en un mensaje dirigido a la nación.

Para el Jefe de Estado “es claro ahora que los eventos de la pasada semana no fueron otra cosa que un ataque deliberado, coordinado y bien planeado” a la democracia sudafricana.

“Usando el pretexto de una reclamación política, los que están detrás de estos actos buscaron provocar una insurrección popular. Buscaron explotar las condiciones económicas y sociales bajo las que viven los sudafricanos -que han empeorado desde la pandemia de coronavirus- para provocar a los ciudadanos ordinarios y las redes criminales a involucrarse en actos de saqueo oportunista”, puntualizó Ramaphosa.

“El caos consiguiente fue usado como pantalla de humo para llevar a cabo un sabotaje económico”, agregó.

Ramaphosa apuntó que los daños son millonarios, por lo que se prepararán fondos de asistencia, y que seguramente en las próximas semanas crecerán los casos de Covid-19, enfermedad de la que el país atraviesa actualmente una agresiva tercera ola.

La oleada de incidentes comenzó el pasado 9 de julio, inicialmente en forma de protestas por el encarcelamiento del polémico ex Presidente Jacob Zuma (2009-2018) por desacato judicial después de negarse repetidamente a declarar por corrupción.

En los siguientes días, los altercados se replicaron en otras zonas -especialmente en Johannesburgo- y tornaron en una caótica oleada de disturbios y saqueos masivos, con turbas arrasando centros comerciales y tiendas, quemando edificios y vehículos y cortando carreteras y calles.

El estallido de violencia se veía así alentado por problemas sociales preexistentes, como la extrema desigualdad, el desempleo, los elevados niveles de criminalidad general en el país y el malestar por la pandemia del Covid-19.

Aunque las autoridades no han señalado aún públicamente a presuntos culpables, los medios locales colocan en el centro de las investigaciones de la instigación de la violencia a familiares, ex espías y veteranos antiapartheid militarizados afines a Zuma.