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En tiempos de pandemia aumentó la lectura y con ello la venta de libros

Sábado 31 de Julio del 2021

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os locales de ventas de libros no han estado exentos de la crisis generada por la emergencia sanitaria en el mundo que entre sus graves y múltiples consecuencias obligó a establecer extensas cuarentenas y restricciones, como por ejemplo la suspensión de atención de venta a público de modo presencial.

Sin embargo, entre los representantes de estos locales hay consenso en que el lado positivo de la pandemia y del confinamiento incentivó a que muchos se acercaran más a la lectura y en sus casas eligieran espacios determinados para disfrutar de los libros.

Andro Mimica, de Qué Leo, precisó que hay una realidad local que es muy distinta a la nacional.

“Pertenecemos a la Agrupación de Libreros Independientes de Chile donde su gran mayoría está pasando por un momento desastroso entre el estallido social, después pandemia y ahora el seguimiento de la pandemia, donde ha habido poca ayuda estatal, muy poca ayuda del Ministerio de las Culturas y las Artes y eso ha provocado que efectivamente haya muchas librerías que estén quebrando o que estén a punto de quebrar”, expresó.

Actualmente se impulsa una campaña a nivel nacional a través de esta agrupación, para que la gente vuelva a las librerías, que ayude a su librero de barrio y de ciudad para que no tenga que cerrar. Advierte que esa es una cruzada a nivel nacional.

“A nivel local nosotros hemos venido con un aumento de venta y este es nuestro sexto año como librería Qué Leo Punta Arenas y hemos venido con aumento sostenido. Claramente durante el año pandemia ese aumento se detuvo, pero no se redujo, nos complicó en muchísimas formas en poder entregar los libros, estando cerrados. Debimos reinventar el delivery, que siempre lo tuvimos, pero ahora fue con muchísima fuerza. Tuvimos que salir a buscar empresas que nos pudieran colaborar y debimos organizarnos para llegar con un libro dentro de las 48 horas de solicitud”, recordó.

Alza en las ventas

Refiriéndose al presente año puntualizó que, claramente, viene un aumento de ventas que les ha permitido comenzar a pagar algunas cosas que ya adeudaban. “Pensábamos que podíamos asumirlas antes de la pandemia, pero esta igual nos frenó”, precisó.

Hoy ya funcionan de forma normal, claramente respetando los aforos al interior de la librería, más los protocolos sanitarios, pero al menos -recalcó- han podido enfrentar la crisis generada por la pandemia en el último año y medio.

“Constantemente estamos desinfectando la librería, siempre alcohol gel. Eso ha provocado más de alguna molestia a veces de los clientes que no quieren cumplir con los protocolos”, explicó Andro Mimica.

Se incentivó la lectura

Alejandra Aranda, de la librería Entre Páginas, opinó que al desatarse la pandemia hubo una detención en el funcionamiento al interior de la Zona Franca y con ello desconocían cuál sería el escenario. “Cuando hubo un poco de claridad tramitamos los permisos y desarrollamos todo por reparto o delivery. Al pasar a Fase 2 vino la reapertura y la gente opta por venir al local, independiente que deban esperar y respetar el aforo”, señaló.

Alejandra Aranda y Andro Mimica coincidieron que el lado bueno de la pandemia es que al haber cuarentenas y que obligó al encierro en casa en muchas personas se les incentivó el gusto de la lectura.

“La pandemia ayudó a la lectura tanto en adultos como en los niños. Los padres se interesaron por buscar libros de cuentos para enseñar a leer a sus hijos”, describió Alejandra Aranda.

Mimica expresó: “El estallido social provocó que mucha gente se involucrara con la búsqueda de una lectura como es la política o la política contingente nacional. Salieron muchos libros en torno a esto. La gente al estar más confinada en casa comenzó a ocupar espacios para leer y hemos notado un aumento por la lectura desde los más pequeños que vienen a buscar las sagas hasta los más adultos con la diferente gama de literatura”.

Alejandra Aranda señaló que el gusto por las temáticas de libros de política o hechos contingentes fue algo coyuntural en lo que han visto en el local que ella atiende y que ahora nota más demanda por libros de historia, de fantasía y romántica por parte de los adultos, mientras que los cuentos infantiles y libros para pintar están entre los pedidos por los niños.