Necrológicas

-Roberto Dassé Brauning – Hugo Guerra Cowell
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– Mario Oyarzún Mancilla

– Edith Serón Contreras
– Inés Oyarzo Araya
– Nelso Amador Navarro Calbún
– Sonia Odette Angulo Vera
– María Luisa Arismendis Gómez
– Fernando Antonio Pérez Salgado

Convención Constitucional: reflexiones sobre el primer mes de trabajo

Por Rodrigo Alvarez Domingo 8 de Agosto del 2021

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Nadie dijo que sería una tarea fácil. Desde luego, alcanzar acuerdos entre 155 personas es -por definición- una labor tremendamente compleja. Más aún si en las materias sobre las que debemos alcanzar estos consensos existen visiones -legítimas todas- tan diferentes. Por lo mismo, quienes fuimos honrados con la confianza de la ciudadanía estamos obligados a actuar con generosidad y responsabilidad.

Generosidad porque tendremos que renunciar a nuestras constituciones ideales, con el propósito de alcanzar acuerdos mínimos que posibiliten nuestra vida en común. Responsabilidad, en tanto, porque debemos limitarnos a lo que la ciudadanía nos pidió -preparar un proyecto de nueva Carta Fundamental para el país- y porque debemos hacer un buen uso de los siempre escasos recursos públicos, especialmente en momentos en que nuestro país tiene tantas necesidades sociales por resolver.

Así las cosas, y a poco más de un mes del inicio de la Convención Constitucional, es un buen momento para detenernos y evaluar lo que ha sido nuestro trabajo. Ello implica no solo identificar aquellas cosas equivocadas o insuficientes que podemos hacer mucho mejor, sino que también reconocer y destacar aquellas en que se ha avanzado.

Si bien las primeras semanas del trabajo de la Convención fueron complejas por distintos problemas de instalación, inexperiencias o errores; en las últimas semanas -con un gran esfuerzo de distintos sectores- hemos podido avanzar en cuestiones importantes para el proceso. La mayor apertura ha permitido, por ejemplo, que el trabajo de comisiones provisorias claves -como la de Reglamento- se esté realizando de buena manera y dentro de los plazos acordados. En ese contexto, el pasado 29 de julio -junto a un grupo de constituyentes- presentamos formalmente la primera propuesta integral de Reglamento. El referido insumo, presentado en el marco de la institucionalidad vigente, es una manifestación de nuestro compromiso con el buen funcionamiento de la Convención.

Con todo, es evidente que aún tenemos mucho que avanzar (tarea en la que, por cierto, se requiere el compromiso y trabajo de todas las fuerzas políticas presentes al interior de la Convención). En efecto, hay -al menos- tres aspectos fundamentales en los que debemos centrarnos. Primero, para iniciar la discusión de las temáticas constitucionales de fondo, debemos trabajar con mayor celeridad en la determinación de las bases y reglas básicas del proceso (ello pues los plazos que tenemos son acotados). Segundo, necesitamos mejorar el clima político y la calidad de nuestro debate, tanto en la forma como en el fondo. Ello exige, naturalmente, que se respeten -y no se censuren- las distintas opiniones e ideas de los convencionales. Y, finalmente, debemos fomentar aún más, la indispensable participación de la sociedad civil, de manera que nuestro trabajo recoja las distintas visiones de país existentes y cuente con un amplio respaldo social.

En conclusión, el proceso histórico que estamos viviendo -para que sea exitoso- requiere el compromiso de todos. Por ello, espero que el diálogo vaya creciendo en calidad e influencia. Solo así podremos ofrecerle a Chile una Constitución que -junto con permitirnos superar la crisis de institucionalidad por la que atravesamos- promueva la descentralización, permita el desarrollo y resguarde nuestras libertades más básicas.