Posible corrupción en la PDI y en sector público
Lamentable es el único calificativo que se puede usar para referirse a la nefasta noticia respecto del posible caso de malversación de caudales públicos, falsificación de instrumentos del Estado y lavado de activos que toca a la Policía de Investigaciones.
A raíz de esto, el Consejo de Defensa del Estado anunció la presentación de una querella en contra del ex director de la PDI, Héctor Espinosa, y de quienes resulten responsables.
Así, otra institución del Estado se ve envuelta en un caso de corrupción, teniendo como agravante el que es precisamente un organismo policial creado para perseguir delitos y coadyuvar a la fiscalía en aquellos casos en que es requerido su concurso profesional.
La Encuesta Nacional de Transparencia del año pasado que realizó el Consejo homónimo posicionaba a la PDI como una de las instituciones más confiables del país, ubicándose dentro del top 5 de aquellos organismos más creíbles en el combate contra la corrupción.
Este nivel de confianza no se logró solo. Detrás de él está el trabajo diario de cientos de hombres y mujeres que se han sumado a las filas de la PDI, buscando aportar lo suyo para no sólo engrandecer la institución, sino entregar su aporte profesional a la persecución de los ilícitos en el país, a riesgo, incluso, de sus propias vidas.
Acá mismo en Magallanes, las jefaturas y personal de la PDI ha realizado una labor ejemplar y altamente meritoria, pese a que no siempre han contado con el presupuesto ni las instalaciones e instrumental necesarios para responder en forma más certera a los cometidos encomendados. Se han ganado un lugar y el aprecio de nuestra sociedad.
Por ello es que lo develado ahora con este caso del ex director de la PDI resulta tan lamentable como inaceptable y viene a reforzar la percepción ciudadana respecto que existe corrupción en el sector público.