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¡Qué falta de respeto, que atropello a la razón!

Por Emilio Boccazzi Campos Lunes 16 de Agosto del 2021

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Nuevamente Argentina y sus ilimitadas pretensiones expansionistas, qué, aunque esté sufriendo su propia pandemia con una inflación que no baja y que empobrece cada día a muchos miles de argentinos, con su Presidente que como el cura Gatica, “predica pero no practica”, estableciendo esfuerzos de extremo confinamiento al pueblo argentino mientras él, celebrando a “todo cachete” en la residencia Presidencial de Olivos. Qué falta de respeto, que atropello a la razón, cualquiera es un señor, cualquiera es un ladrón.

Pero, para que ir tan lejos si aquí adentro tenemos lo nuestro. En todo caso lo que haga la “hermana República” es algo que no nos incumbe si es que no se meten con nosotros. Y esta directriz emanada de su Ministerio de Defensa de declarar espacio compartido el estrecho de Magallanes, es una subida por el chorro, un intento de “afane” como dirían, un “carerajismo” diríamos por estos lados. Pero no es para reírse esto. Ellos la tiran, por si pasa….y permanentemente. No hay que relajarse. Desde Barros Arana, que “andamos en Becker”. Es hora de que nuestra Cancillería se concentre y se ponga los chuteadores, ¿o quiere jugar fútbol de playa?

“La República Plurinacional de Chile”, debe ponerse firme por una vez y afirmarse los pantalones. Desde la Región de Magallanes y la Antártica Chilena, se debe estampar un fuerte reclamo a nuestro propio gobierno central y a la República Argentina. O a ellos ¿les parecería, que declaremos de interés de la República Plurinacional de Chile, el margen del Río Negro -que fue en alguna época, nuestro límite de la Patagonia Chilena por el norte oriental- o declaremos nuestro espacio compartido en las márgenes del río Santa Cruz?

¡Ah! y para los creativos constituyentes que se encuentran en un profundo proceso de revisión de “tutti cuanti”, sería bueno que alguno de nuestros representantes de la región, en honor a la verdad histórica, pida que se retire de la testera del antiguo Congreso Nacional, el hermoso, pero erróneo cuadro (pintura) de Pedro Subercaseaux, que tiene a Diego de Almagro como descubridor de Chile el año 1536, cuando 16 años antes, Hernando de Magallanes descubre el Paso Bioceánico que hoy lleva su nombre y que denomina a nuestra Región de Magallanes y Antártica Chilena. En dicha sala del antiguo Congreso han sesionado varias veces. ¿O no lo han visto?

Bueno y si de ver se trata, lo que no dejó a nadie perplejo, y todos pudieron tristemente observar, incluso en todo el territorio plurinacional, fueron los techos de varios edificios de vivienda social, que “salieron de cuajo”. Es para cuestionarse el tema de la vivienda social en altura. Para cuestionarse la temática de la Política Habitacional, de los últimos 18 años, cuando la institución pública por excelencia en materia de vivienda social, abandonó su rol matriz, director, orientador, de manejo de la demanda y de la provisión de oferta en los segmentos más carentes y también en los segmentos que no son de interés de las entidades bancarias tradicionales. Se abandonaron los programas P.E.T. que eran las antiguas viviendas del Plan Especiales de Trabajadores, donde el Banco del Estado, acompañaba a todos los beneficiarios, con la garantía del Estado. Todos pagaban un dividendo, incluso las denominadas en ese tiempo “viviendas básicas”, aunque un adecuado y decente mensualidad como cuota, que servían, para que más temprano que tarde, “otros” tuvieran prontamente sus viviendas. Un real sistema solidario y de plena responsabilidad social.

Se prefirió el populismo, que mantuvieron y han mantenido los distintos gobiernos desde el año 2003 en adelante. El Servicio de Vivienda y Urbanización (Serviu) dejó de manejar la demanda y se las entregó a grupos y comités. En esto hubo felices logros, pero también sendas estafas en los ahorros y en el cobro de cuotas, que eran aprovechados por dirigentes rápidos que muchas veces se hicieron humo dejando a las afligidas familias con su vivienda más alejada y lejana de su realidad.

Y en lo técnico y en la planificación urbana, el Ministerio de la Vivienda, alejado de su obligación “de hacer ciudad” y de fiscalizar a todas y cada una de las soluciones habitacionales. La empresa que tuvo a Pueblo Hundido como una de sus máculas, hoy tiene los “techos voladores”. Y su gran patrimonio lo han hecho en esta región. No fueron desprendimiento ocasional o fortuito de una plancha, sino que lisa y llanamente las estructuras salieron completas, mostrando sin mayor análisis que las fijaciones no eran las adecuadas, para una ciudad y región que tiene al viento, como uno de sus actores principales. Antes han sido los revestimientos verticales o las excesivas condensaciones en una región que tiene una gran gradiente térmica entre el interior (por la calefacción) con el exterior frío.

La recuperación por parte del Serviu del manejo de la demanda habitacional, el acompañamiento efectivo de las entidades bancarias del Estado, la oferta en todas las comunas, diseños diferenciados para distintos grupos familiares por tamaño, no seguir avanzando en la vivienda de altura, y un cuánto hay de materias, obligan a que el Ministerio de la Vivienda y en particular su brazo ejecutor, el Serviu, vuelva a tomar las riendas que alguna vez había comenzado a tener, hasta que vino el modelo de externalizar todo, caer simpático a los postulantes y eliminar una serie de avances técnicos y de diseño que había logrado. Además, cuando a fines de los ‘90 había eliminado el déficit estructural, cuando 3 de 4 postulantes, recibieron su vivienda.