Necrológicas

Cuesta abajo en la rodada

Por Emilio Boccazzi Campos Lunes 6 de Septiembre del 2021

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Desconfianza extrema en la institucionalidad. Extrema polarización política, donde no se reconoce a nuestros “semejantes” como válidos otros. Podredumbre extrema en las instituciones, donde desde las iglesias (no sólo la tradicional Iglesia Católica, sino que también una parte de la facción protestante), con abusos reiterados a los más indefensos, como los menores o jóvenes, alejamiento casi absoluto del decoro, de la sencillez y del voto de pobreza, o la real opción por ésta. En las Fuerzas Armadas, competencia por quien “desfalca y saquea” con más rudeza al erario nacional, lo que mancha a miles de chilenos que, si sienten cumplir un deber y un motivo de vida al ser parte de estas, mirando su histórica tradición (la anterior a 1973 por cierto).

Las instituciones policiales, desacreditadas y en su peor momento. Acusaciones internas, operaciones y contra-operaciones. “Paco-Gate” da para una novela hiper-realista, así como las operaciones en La Araucanía, la excesiva y desmedida violencia en sus procedimientos, las matufias de la madera, etc. La Policía de Investigaciones con su ex autoridad máxima en tela de juicio. Pagos en sobre o bolsas desde Carabineros a la ex Subsecretaría de Carabineros y miembro del Consejo de Defensa del Estado Javiera Blanco. Soquimich y el financiamiento ilegal de las campañas políticas. Delitos tributarios del porte de una catedral gótica, con “boletas tributarias falsas”. Vaya usted amigo lector a equivocarse en emitir una boleta a un cliente o tenga algún error en alguna de sus declaraciones de impuesto y tendrá las penas del infierno. Sencillo y común funcionario público, que no se le vaya a perder la corchetera o algún elemento asignado a su cargo, porque el Estado con todas sus herramientas lo perseguirá hasta atraparlo y, castigarlo ejemplarmente. No le tocarán clases de ética, porque ese módulo está reservado sólo para los profesionales del delito, usted será sólo un novato desprevenido y “pajarón”.

En lo que refiere a la “clase política” (de las grandes ligas chilenas me refiero, es decir senadores y diputados), que pueden ser candidatos presidenciales y seguir siendo parlamentarios y con esto seguir recibiendo su “dieta”, mientras que un simple concejal, alcalde o consejero regional, debe renunciar a su cargo (ganado en una elección popular), un año antes de querer competir en otro espacio. ¿Por qué esta desigualdad de cancha, Sr@s ex candidatos a la Presidencia de la República y a su vez parlamentarios, Eduardo Frei, Alejandro Guillier, Carolina Goic y hoy candidat@s a la Presidencia de la “República” senadora Yasna Provoste y diputado Gabriel Boric? ¿Cuál es la diferencia entre lo que ustedes legítimamente buscan, con la desigual realidad que les imponen a otros actores políticos de segunda división, pero que muchas veces pueden amagar a los de primera división? ¿Proteccionismo corporativo Sres. Amar o Bianchis? ¿Por qué no han legislado y eliminado estas trabas, si han tenido tiempo hasta para legislar la pertinencia del emboque como juego nacional?

Pero volvamos a la caída libre de nuestra convivencia pandémica y post pandémica. Sólo el ex senador Orpis ha recibido condena, principalmente por el caso Corpesa. ¿Qué pasó con los senadores y diputados (de los dos ex grandes bloques, principalmente) envueltos con evidencias absolutas (aunque se diga que “nada es absoluto” en la vida), por boletas tributarias falsas, además con el agravante de financiarse ilegalmente en política? El Servicio de Impuestos Internos no se querelló dijo el fiscal nacional Jorge Abott… “hay que cuidar al Congreso”, dijo. Que bonito.

Y cuando, creíamos que “esta clase política” debía dejar un rato de lado la acción, y los chilenos le dieron crédito a muchos nuevos rostros, para formar su Convención Constitucional, que será la encargada de redactar la nueva y ansiada Constitución, la Lista del Pueblo, se ha “sacado los zapatos” y ha comenzado con los primeros pies de cueca, en este 18 distinto, pandémico, bailando el primer pie, de la “Cueca en pelotas”, para seguir con el segundo pie que será “El notario no estaba muerto andaba de parranda”.

Al final resultaron iguales o peores de los que decían aborrecer o criticar. Otra cosa es con guitarrón decía el guatón copión.