El “18” Magallánico De la Goleta Ancud a los Tijerales de la UTE

Para nosotros los chilenos, septiembre es el Mes de la Patria. En primer término, el 18 de septiembre, que conmemora el hito fundacional del proceso de la independencia de Chile: el Cabildo Abierto del 18 de septiembre de 1810 en la ciudad de Santiago, que reunió a vecinos integrantes de la aristocracia local, convocatoria de la cual surge la Primera Junta Nacional de Gobierno, dando paso al periodo de la “Patria Vieja”. Como bien sabemos, hubo que pasar por el periodo de la reconquista a partir de 1814, para que finalmente el 12 de febrero de 1818 se proclamara la independencia de Chile.

El 19 septiembre se celebran Las Glorias del Ejército; la fecha fue instituida en 1915, bajo el mandato de Ramón Barros Luco. Desde ese año, la Gran Parada Militar, se ha efectuado anualmente (con las excepciones de 1973 y 2020) en el Parque O’Higgins, cuya denominación data de 1972 cuando se le cambió el nombre al antiguo Parque Cousiño. Similar ceremonia se realiza en las Guarniciones Militares de Regiones.

El 17 de septiembre se celebra el Día del Huaso y la Chilenidad, fecha instituida por ley en el año 2010.

Nuestra región Magallanes ha estado presente desde sus orígenes en estas celebraciones, no obstante, hay una fecha señera. Haciendo historia, recordemos que la República de Chile tomó posesión de estas tierras el 21 de septiembre de 1843 con la llegada de la Goleta Ancud (gobierno de Manuel Bulnes). Según reza el acta respectiva: “Tomamos poseción de los Estrechos de Magallanes y su Territorio en nombre de la República de Chile” (se ha respetado la ortografía original). Por lo anterior, es justo mencionar la celebración del 18 de septiembre a bordo de la nave que, a esa fecha, ya había entrado en el territorio que se incorporaría a Chile. Ese día el Capitán Williams (Juan Guillermos) llamó a cubierta a toda la tripulación: se izó el pabellón nacional, se denotó una salva de 21 cañonazos, se gritaron tres “vivas” y se repartió un poco de vino para brindar por el Presidente de la República, sus Ministros de Estado y por el Intendente de Chiloé.

Pasando del plano histórico al testimonial, quienes bordeamos las seis décadas de edad, conjuntamente al sentimiento patriótico propio de estas fechas, se nos agolpan en la memoria los recuerdos de esas celebraciones de la infancia y adolescencia en Punta Arenas.

Para nosotros, el símbolo del “18” son las fondas y ramadas que durante mucho tiempo y hasta mediados de la década del ’70 se armaban en los paños centrales de la Av. España, entre las calles Boliviana y Paraguaya. Ahí se podía bailar al ritmo de conjuntos folclóricos o electrónicos, e incluso en algunas de ellas se colocaba un entablado sobre el piso de tierra. Además, se disfrutaba de una gran variedad de comidas y bebidas típicas. Entre los locales destacaba la fonda “Palena”, en la esquina de Boliviana.

El sector era el área preferida de los vendedores de remolinos, banderas, pelotas de aserrín y de las gallinitas de cartón que venían con un paquetito de pez castilla para mejorar el sonido. También se instalaban diversos juegos populares: gatos porfiados, ruleta, la flecha, argollas, mayor y menor, la rana, los patitos (figuras de latón en movimiento a las que se les disparaba con rifle a balines), o taca – taca entre otros. Ello, aparte de las “Kermesse” en distintos colegios con variadas alternativas, incluyendo la macabra diversión de las casitas numeradas del conejo, en la cual se compraban números y ganaba el que tenía el correspondiente a la casita que elegía el congestionado animalito, tras soportar los frenéticos alaridos de los participantes. 

Un lugar donde igualmente se podía encontrar juegos eran los inolvidables tijerales de la sede local de la Universidad Técnica del Estado (hoy UMAG). La UTE se instalaba en los terrenos en que actualmente se emplazan los edificios Don Bosco y el de los Servicios Públicos. Otro aporte de la UTE eran sus peñas folclóricas en el local que ocupaba en la Av. Colón entre Lautaro Navarro y O`Higgins (propiedad de la Sociedad de Instrucción Popular). Una noche de 1971 vimos allí por primera vez en Punta Arenas al payador “Piojo” Salinas, y por única vez al conjunto “Tiempo Nuevo” de Valparaíso (que popularizó el “No nos moverán” y que lo cantaron esa noche).

En materia de bailes populares, recordamos los del DUOC en su sede de calle Chiloé a la altura del 1100, las fiestas y Discotheque del Colegio San José o los bailables en la Hostería Municipal del Parque María Behety (en el parque también se concentraban los juegos típicos, como el palo encebado, competencias de volantines y trompos, carreras de ensacados y otros). Conjuntos musicales de la época amenizaban los bailes: entre las agrupaciones recordamos “Los Shark’s”, “Finito y su conjunto”, la orquesta de Johnny Alvarez “Los Cuervos”, “Los Trianeros”, “Los Eslabones de Darwin”, “Los Rebeldes” o “Los Encajes Blancos”.        

Para salir a divertirse, muchos estrenaban “pinta nueva”; le llamábamos “tenida dieciochera”, la cual se podía adquirir en tiendas como González Rojo, Ambos Mundos, Montecinos de Neira, Cosme Foschino, La Capital, La Florida o Surco. En tanto el calzado (en especial el de charol para las damas), se compraba en las zapaterías Damianovic, Fac, o La Isleña.

Desde estas páginas saludamos las Fiestas Patrias con algo de historia y recuerdos de esa Punta Arenas “endieciochada” de antaño y que recorríamos hace décadas con nuestro terno “Eagle Clothes” recién comprado y los zapatos “beatle” en remojo. Son las mismas calles y lugares que hoy denotan algunas ausencias, pero lo importante, es que ayer u hoy el alma se nos llena de primavera en esta fecha, y la tricolor flamea cada día más linda en el cielo patagónico y en nuestro corazón.

Fuentes:

Armando Braun Menéndez (“Fuerte Bulnes” y “Pequeña Historia Magallánica”).

Mateo Martinic Beros (“Historia de la Región Magallánica”, Tomos I y II).

https://www.ejercito.cl/efemerides/events/MTkx

http://www0.caballoyrodeo.cl/portal_rodeo/site/artic/20190917/pags/20190917101520.html