Patricio Manns ha muerto

Su mocedad la vivió en Ancud, Chiloé.

Una amiga magallánica de su juventud en la isla, lo recuerda con nostalgia.

A los 84 años de edad y en la mañana de ayer sábado 25 de septiembre, falleció en la Clínica Bupa, de Reñaca, el gran compositor y cantante chileno Patricio Manns.

Su infancia transcurrió sobre todo en Chiloé. Ahí, al calor de las fogatas, el curanto en hoyo y el guitarreo, comenzó a dar sus primeros pasos como cantautor.

En el año 2012, viajó a su querida tierra, en un reencuentro con Chiloé, para realizar actuaciones en Castro y Ancud, esta última ciudad donde pasó parte de su juventud.

“Hoy el estar junto a ustedes me complace muchísimo pues yo hace muchos años viví en estas tierras”, dijo emocionado al público que concurrió a su concierto.

Una magallánica, Alicia Vásquez Muñoz, maestra titulada en la Escuela Normal de Ancud, lo conoció en esa localidad isleña y recuerda con nostalgia esa amistad.

“Hacía un par de años que los padres de Patricio Manns se desempeñaban como profesores de la Escuela Normal de Ancud, cuando él llegó a la isla. Era la década de los ‘50 y su progenitor era encargado agrícola del establecimiento educacional.

Yo vivía en Ancud con mi hermano Edmundo que era profesor de Música titulado en la Universidad de Concepción; se hicieron amigos y llevó a mi casa a Patricio, el cual había arribado a la isla con su esposa y cuatro hijos pequeños. Mi hermano era un músico de excelencia, además de compositor y comenzó a entregarle a Manns sus conocimientos, en cuanto a guitarra y canto.

Al poco tiempo formaron un trío musical compuesto por Patricio Manns, Edmundo Vásquez y Ramón Hueico, los cuales actuaban especialmente en una emisora de Ancud.

Al estar en Chiloé, se incorporó también al grupo de amigos, Héctor Pavez con el cual proseguirían su amistad en Francia.

De lo que conocí de su vida cuando estuvo muy allegado a mi familia, puedo decir que era un joven andariego, un peregrino inquieto con gran facultad para entender, interpretar y escribir la vida, tiene cuentos y canciones muy hermosas de la vida.

Nunca tenía un destino o una actividad fija.

Era muy apetecido por las damas, las cuales admiraban su estampa y belleza varonil.

Además, demostró siempre sus condiciones de escritor y poeta, lo que las cautivaba a montones y, a pesar de tener una esposa, había muchas que lo pretendían.

Cuando le ofrecieron un trabajo en la ciudad de Castro, se fue y allí conoció a una niña de apellido Barrientos, la que le dio un hijo varón. El, en ese tiempo ya estaba separado de su esposa que se había devuelto con sus hijos a Concepción.

Junto con mi hermano Edmundo y otro chico de Ancud, se trasladaron a Santiago, tomando pensión en una residencial de la calle Esperanza.

La amistad tan fuerte que tenían los hizo viajar juntos a Francia, donde ya estaba exiliado Héctor Pavez. En ese país, mi hermano fue contratado en una universidad de París, donde jubiló y se radicó. Héctor Pavez falleció en Francia.

Cuando volvió Patricio Manns a Chile y viajaba a Temuco, siempre fue a visitar a mi madre y mis hermanos, que residían allí.

Lo mismo pasaba, cuando este gran amigo viajaba a Magallanes, siempre me visitó e incluso en una de sus actuaciones en el Círculo Suizo, mencionó nuestra amistad familiar.

Siento en el alma su deceso. Fue un gran amigo mío y de mi familia.