Vehículos con roncadores, un problema sin solución
– Detrás de esta problemática hay elementos ausentes, por lo pronto, empatía y responsabilidad. Quienes conducen estos vehículos, generalmente, son jóvenes, incluso menores de edad. Respecto de estos últimos, el alcalde apela a la preocupación familiar sobre el uso de estos vehículos que emiten sonidos molestos.
Pese a todos los discursos y compromisos públicos de las jefaturas municipal y policial, sigue sin resolverse el problema de los conductores que, sobre todo durante la noche y la madrugada, guían sus automóviles a alta velocidad, provocando ruidos molestos.
Para un grupo importante de vecinos, este asunto se ha traducido en un verdadero drama, el cual se ha agudizado desde el fin del toque de queda y las nuevas disposiciones que permiten aforos más holgados y mayor libertad en los desplazamientos.
Demostrando un total irrespeto hacia el resto de la población, en especial aquella constituida por adultos mayores, enfermos y personas con trastornos de sueño, estos choferes insisten en usar sus vehículos con roncadores.
El alcalde de Punta Arenas reconoció que ha recibido cartas de familias con niños y niñas con condición de espectro autista, en las cuales le relatan cómo impacta este tipo de conducta antisocial a sus hijos.
Uno de estos casos es el de Ana Secul, quien escribió una carta abierta para exponer la grave situación que vive su hija, de 8 años, con condición de espectro autista y un trastorno grave del sueño.
Para ellos, el ruido que producen esos autos no sólo es molesto, sino que tiene un efecto dramático, pues les gatilla crisis, las que son cada vez más frecuentes e intensas.
Muchos son los factores que se conjugan para que este problema no tenga una rápida, oportuna ni definitiva resolución. Sinceramente, aunque puede ayudar en algo, no parece que esto pase sólo por la instalación de lomos de toro.
Detrás de esta problemática hay elementos ausentes, por lo pronto, empatía y responsabilidad. Quienes conducen estos vehículos, generalmente, son jóvenes, incluso menores de edad. Respecto de estos últimos, el alcalde apela a la preocupación familiar sobre el uso de estos vehículos que emiten sonidos molestos.
El respeto por las otras personas es fundamental a la hora de compartir una vida común en la ciudad. Es un tema que debe ser abordado e, incluso, ser objeto de una discusión ciudadana amplia, a fin de llegar a un acuerdo social que disuada a estos conductores de persistir en su conducta antisocial.