Descubren anquilosaurio que habitó la Patagonia chilena durante el cretácico tardío
E
l hallazgo impresiona por la calidad de la evidencia, que muestra un esqueleto casi completo, en buen estado de conservación y semiarticulado, siendo catalogado como un pequeño dinosaurio acorazado, una nueva especie de anquilosaurio de entre 71 y 74 millones de años de antigüedad, perteneciente al periodo cretácico tardío, informó el Inach.
“Bizarre tail weaponry in a transitional ankylosaur from subantartic Chile” (extraño armamento en la cola de un anquilosaurio transicional de Chile subantártico), es el nombre de la publicación científica que realizó la Revista Nature sobre el estudio del Instituto Antártico Chileno (Inach), cuya investigación se inició desde su hallazgo en febrero de 2018. Su nombre Stegouros elengassen proviene de las palabras griegas “stego” que significa techo y “uros” que es cola, en una clara referencia a su cola blindada. En tanto, la denominación “elengassen” se basa en la mitología aonikenk o tehuelche que representa a un animal similar a los armadillos actuales o a los extintos gliptodontes, unos mamíferos acorazados.
“El hallazgo es relevante a nivel mundial y consiste en un nuevo dinosaurio para Chile, Stegouros elengassen, el primero descrito para la Región de Magallanes y de la Antártica Chilena, y uno de los más australes del mundo, con excepción de Antártica. Los anquilosaurios fueron un grupo bastante peculiar de dinosaurios herbívoros que habitaron mayormente Norteamérica y Asia y este es uno de los pocos que se conocen en el hemisferio sur. Los anquilosaurios se caracterizan por tener una armadura con huesos dérmicos que cubrían una buena parte del cuerpo y que probablemente les permitía defenderse”, afirma el paleontólogo de vertebrados de la Universidad de Chile, Sergio Soto Acuña, autor principal del estudio.
Asimismo, puede otorgar nuevas pistas sobre la conexión entre Sudamérica y Antártica. “Stegouros viene a enriquecer la fauna de dinosaurios que tenemos en Chile y es una evidencia concreta de la conexión de los continentes australes, sabemos que está conectado con un dinosaurio en Australia y también con los restos de Antarctopelta que se han descrito como el único anquilosaurio antártico. Si juntamos todas estas piezas, y agregamos el resto de la fauna acompañante y la flora, nos vamos a dar cuenta de que está completando un puzzle muy interesante para la biogeografía y, como lo destaca la Revista Nature, es un hallazgo que viene a enriquecer el conocimiento sobre estos dinosaurios artillados”, afirma el Dr. Marcelo Leppe Cartes, paleobotánico, miembro del equipo que lleva una década trabajando en el área y director nacional del Inach.