Necrológicas
  • José Albino Ruiz Ruiz

Votante veleidoso

Por Diego Benavente Viernes 3 de Diciembre del 2021

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El resultado del balotaje dependerá de cuantos puntos más saque de diferencia el candidato ganador, así lo que parecía estar definido, por quien se impuso en la primera vuelta presidencial, apuntalado con la composición resultante del Parlamento, ahora en materia presidencial vuelve a fojas cero, es otra elección y distinta dicen los expertos.

Al parecer y pese a la polarización tan cacareada, por fin se estaría recuperando el hacer política democrática de buen nivel, con un proceso constitucional en ciernes que por primera vez busca tener una constitución que eventualmente pueda ser de todos, ha costado. No se pudo tener en los 60/70 o el 73 con una izquierda obnubilada y apabullante frente a una derecha prácticamente
inexistente en lo ideológico y en el pensar e imaginar el país desde la política. En cambio hoy, si bien  se hace sobre la marcha, ya que también se está aprendiendo a defender instituciones claves, como por ejemplo el Banco Central, a conversar sobre el futuro sistema político, con una sociedad más preparada y representada en sus distintos enfoques ideológicos.

Cuando es el centro el que triunfa en la primera vuelta, éste es el que busca acercarse al extremo más cercano ideológicamente, sin embargo ahora con los extremos protagonizando el balotaje, son estos los que buscan acercarse y disputarse el centro. El resultado dependerá de a quien se le puede creer más en las concesiones que ofrezca, alejándose o diluyendo sus posturas más radicales.

La elección del balotaje bien pudiera ser comparable con la de Frei Montalva, donde la diferencia entre el ganador y quien llegue segundo, podría alcanzar ribetes semejantes, cuando la ciudadanía se alejó de una candidatura con el PC, partido que hoy es el eje de una de las candidaturas.

Ya está bueno que los distintos sectores políticos dejen de sobre o mal interpretar la realidad, como lo fue en el post estallido, al sorprenderse con la falencias puestas en evidencia con este suceso. Tal como les ocurrió al sorprenderse con los resultados de la reciente elección presidencial y parlamentaria, que giró en otro sentido político. Una de las características principales de un buen político es tener un fiel termómetro de lo que está sucediendo en la sociedad. A nuestros políticos aparentemente este termómetro se les quebró hace mucho tiempo y andan como zombies y nadie anticipa ni menos propone a la sociedad los cambios que ésta realmente necesita. Muy por el contrario, los proponen de manera tardía y atarantada, en cruzadas políticas extravagantes alejadas de la ciudadanía, muchas veces radicales en extremo. En lugar de plantearlos paso a paso con anticipación a la visualización de los problemas o a la evidenciacion de los conflictos por parte de la sociedad misma.

En la recta final, es posible apreciar a las élites buscando armar sus elencos tras de cada candidato, viendo poder marcar diferencias e impresionar en la conformación de los equipos frente a la otra. Nítidamente se cargan a uno y otro lado de acuerdo a los apoyos y figuras que van sumando. Se divierten jugando el ajedrez centralista tal como se ha acostumbrado desde siempre, a escoger y ordenar el país conforme a sus intereses. Sin embargo, la decisión de cargar la mata a uno u otro candidato, dependerá exclusivamente del votante veleidoso, que ya le tomó el gustito al manubrio, es decir a ejercer el poder por sí mismo a la hora señalada e incluso a última hora, cómo se le venga en gana. Es decir, el mayoría manda, nunca se había hecho tan patente y sonado más fuerte que en estos tiempos.

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