Esposa de comandante del avión Hércules de la Fach se querelló por homicidio culposo
Justo a dos años del accidente aéreo que le costó la vida a 38 personas que viajaban en el avión Hércules de la Fuerza Aérea que se precipitó al mar de Drake cuando volaba desde Punta Arenas hacia el continente antártico, la esposa del comandante de la nave se querelló “en contra de todo aquel que resulte responsable de homicidio culposo, cometido en perjuicio de mi cónyuge Ítalo Rodrigo Medina Quiñonez”.
Esto señala la querella de la viuda, Mary-Anne Guerrero Chávez, patrocinada por el abogado Leonardo Battaglia Castro, la que ayer fue agrupada a la treintena de querellas que investiga el fiscal regional Eugenio Campos Lucero.
Esto coincide con la visita a Punta Arenas de la madre del fallecido piloto, Alicia Quiñones, que el jueves pasado asistió a la misa en el Santuario María Auxiliadora Don Bosco de otro de los malogrados pasajeros, el estudiante de la Umag, Ignacio Parada Gálvez.
La querella apunta, además, a que se investiguen otros delitos que pudieran acreditarse en el curso de esta investigación, “tales como incumplimiento de deberes militares y delitos contra la seguridad de la aeronavegación”.
La viuda recuerda que el día del fatal accidente su esposo, comandante de cuadrilla, “viajaba al mando del avión Hércules C-130, Matrícula 990, desde la Base Aérea Chacabuco, en Punta Arenas, con destino a la Antártica chilena, la aeronave en cuestión cayera al mar de Drake, causando su muerte y la de otras 37 personas, entre tripulación y pasajeros”.
La aeronave despegó desde Santiago, haciendo escala en Punta Arenas, y a las 16,55 horas retomó viaje rumbo a la Antártica chilena. A las 18,13 horas se perdió todo contacto y comunicación con ella, cuando sobrevolaba el mar de Drake.
La destrucción fue total y recién el 12 de noviembre aparecieron fragmentos, a unos 27 kilómetros de la última ubicación reportada, “constatándose el fallecimiento de mi cónyuge por el Servicio Médico Legal, a partir de restos que permitieron su identificación”.
“Colapso catastrófico”
A partir de los antecedentes recabados en la investigación, en que incide este escrito, las causas del fatídico accidente “son ajenas a la experimentada tripulación que pilotaba la aeronave en cuestión, radicándose en alguna condición preexistente, vinculada a su mantenimiento, que ocasionó un colapso catastrófico en pleno vuelo, al que fue imposible reaccionar, y que hizo que el avión se precipitara súbitamente al mar, sin siquiera poder emitir una alerta de auxilio al efecto”.
Los sistemas automáticos de auxilio y rastreo, que emiten señales de auxilio cuando hay un impacto de la aeronave, “no se activaron ni manual ni automáticamente, lo que da cuenta de lo intempestivo y catastrófico del incidente que precipitó la aeronave al mar, impidiendo lo anterior una rápida ubicación del lugar del impacto, la que habría permitido acceder al mismo tempranamente para así conocer, a partir de los restos que pudieran recogerse, la causa de este fatídico accidente de aviación”.
Igualmente acusan fallas en el “Track Plus”, sistema de seguimiento operado desde tierra por el operador aéreo, “el que evidentemente falló al no percatarse dicho personal oportunamente, de la pérdida del Hércules C-130 sobre el mar de Drake”.
Homicidio culposo
Para la querellante “estas conductas negligentes o imprudentes, cometidas de manera previa al despegue del Hércules C-130 desde Punta Arenas, por personal de tierra de la Fach, consistentes en faltar a las labores propias e inherentes relativas al mantenimiento de la aeronave siniestrada, son constitutivas del delito de homicidio culposo”.
Mary-Anne Guerrero sostiene que las “conductas negligentes o imprudentes que son materia de esta investigación, y que dicen relación con el plan de mantenimiento de la aeronave siniestrada, permitieron que ésta despegara con material de vuelo defectuoso, lo que constituye per sé una conducta reprochable y generadora de un riesgo no permitido”.