Intercambio de miradas y palabras desataron asesinato de militar en Navidad
Unas miradas provocadoras, un movimiento de cabeza y un par de empujones llevaron a un desenlace impensado. Minutos después un joven perdía la vida debido a tres estocadas y otro se daba a la fuga para ser detenido 10 días después.
Lo anterior fue en resumen lo que sucedió a partir de la madrugada del domingo de Navidad, cuando una agresión al interior de un local nocturno de calle Errázuriz tuvo un dramático final. Ayer, el ahora confeso autor del homicidio del soldado Matías Muñoz Maturana, de 26 años, compareció ante el juez de Garantía luego que la tarde del pasado martes fue detenido por efectivos de la Sip de Carabineros en el sector alto de Punta Arenas. Al final de la audiencia, se resolvió su ingreso a la cárcel de Punta Arenas con la medida cautelar de prisión preventiva.
Luego de conocer los antecedentes, no hubo margen para otra decisión. Hernán Barría Legüe no sólo había reconocido su participación en el hecho de sangre, también pesaba sobre él un nutrido prontuario que incluye detenciones en Santiago, Porvenir y Punta Arenas, y delitos de agresión con arma blanca, conducción en estado de ebriedad, amenazas a Carabineros y porte de arma blanca.
Su detención
Fue la tarde del martes cuando Carabineros logró la detención de Barría. El hombre se desplazaba como acompañante a bordo de un vehículo por calle Eusebio Lillo con Ramón Carnicer. Con la identidad clara en base a diversos testimonios, los efectivos de la Sip controlaron el vehículo y procedieron a su captura. En su poder llevaba un cuchillo que, de acuerdo al propio testimonio del imputado, no era el arma homicida. Aseguró que esta última (cortapluma tipo mariposa) la arrojó de su vehículo la misma madrugada del crimen.
En la audiencia de ayer, el fiscal Fernando Dobson formalizó por los delitos de homicidio simple y lesiones graves, dando cuenta de parte de los hechos y de los antecedentes que involucran a Barría Legüe.
Los testimonios incluyeron las declaraciones de testigos y del propio imputado, las que son coincidentes salvo en detalles. Barría Legüe reconoce haber agredido a la víctima fatal, pero no a quien lo acompañaba y que resultó con lesiones graves.
De acuerdo con lo expuesto, el incidente se desató cerca de las 3,30 horas de la madrugada del domingo 25 de diciembre al interior del local Private, de calle Errázuriz a sólo pasos de Armando Sanhueza.
Horas antes el soldado Muñoz y un acompañante habían llegado tras pasar por otros establecimientos nocturnos. Sin embargo, sólo permanecieron algunos minutos en el Private. El amigo de la víctima recordaría que posteriormente volverían al local ante la insistencia de su compañero.
Ya en el lugar, este último dice que Matías Muñoz y su agresor comenzaron a mirarse de manera desafiante y sin causa aparente, lo que terminó con ambos de pie hablando y dándose empujones. “¿Cuál es tu ficha? ¿Cuál es tu ficha?” (expresión utilizada en el argot de la marginalidad), le habría dicho el soldado a Barría Legüe. La respuesta habría sido: “¡Esta es mi ficha!” y luego vino la inmediata agresión con un arma blanca que extrajo desde su pantalón. Su amigo mencionó que en ese momento se levantó para evitar la caída del herido, lo que Barría habría aprovechado para atacarlo en la espalda.
El otro testigo, el acompañante del agresor, reconoce que presa del pánico y viendo que nadie hacía nada gritó por una ambulancia, mientras encaró a su amigo abandonando ambos el local. El salió corriendo, mientras el autor del hecho se embarcó en un vehículo de su propiedad para alejarse del lugar.
Los antecedentes permitieron conocer que pasaron sólo 7 minutos entre el llamado de emergencia y la llegada del Samu, que trasladó a ambos heridos hasta el hospital. El soldado Muñoz recibió por casi media hora maniobras de reanimación. No obstante, no logró superar el paro cardiorrespiratorio. Su compañero, en tanto, fue salvado de su grave herida pulmonar.
Más antecedentes
El acompañante del autor confeso recordó que él junto a Barría Legüe ya estaban en el local cuando la víctima y su compañero llegaron por segunda vez. El problema, dijo, se habría generado porque ambos ingresaron de manera prepotente, hablando fuerte y mal en contra de las trabajadoras del local nocturno, además de presumir con tarjetas de crédito.
Lo anterior, aseguró, llevó a que Barría Legüe los encarara desde su mesa y recibiera un “¿Quién eres tú para hacerme callar?” por parte del soldado Muñoz.
Otro de los testigos reafirmó parte de estas declaraciones, aportando además que conocía al agresor porque era un habitual de los locales del sector. Agregó que días después fue en una de estas salidas donde el propio Barría Legüe se acercó para amenazarlo de muerte en caso de delatarlo.
Luego de ponderar los antecedentes y considerar que, además, mantiene dos causas pendientes, y varios hechos anteriores, el juez de Garantía determinó atender la solicitud de la Fiscalía en orden a enviar al imputado a prisión. Asimismo, se acordó fijar un cierre de investigación en 40 días.