Agrupación “Manos de Hermanos” y su trabajo al servicio de jóvenes con discapacidad

A partir de los 26 años, las personas con discapacidad intelectual no reciben ninguna subvención del Estado. A partir de esa edad egresan de los talleres laborales, aunque no todos están preparados para insertarse en el mundo del trabajo. Es por ello que nace la Agrupación “Manos de Hermanos”, una organización que busca entregar un espacio para que personas con discapacidad intelectual puedan mantener y desarrollar las habilidades que han adquirido.

La asistente social de la Agrupación “Manos de Hermanos”, Patricia González Roa, comentó que trabajan con personas que están en situación de discapacidad intelectual, que han egresado de los talleres laborales. “Lo que buscamos es darles un entorno de agrado y de conversación, un espacio en que puedan compartir con sus compañeros y puedan seguir aprendiendo”, comentó la asistente social.

Por su parte, la técnica en Educación de la Agrupación, Pamela Ojeda Cárdenas, explicó que “nuestro trabajo principalmente es apoyarlos para que puedan mantener y desarrollar distintas habilidades. Les enseñamos diferentes actividades, trabajan con tazones, pero además les enseñamos a mantener limpios sus espacios de trabajo. Acá todos tienen distintas habilidades y siempre estamos apoyándolos, también realizamos salidas a terreno. En pandemia tuvimos actividades online, cuando la situación de la pandemia mejoró pudimos trabajar con cinco de manera presencial”.

La mayor parte de este trabajo se financia a través de diferentes fondos concursables, los que posibilitaron la construcción de un espacio en el que los beneficiarios son capaces de realizar y crear un sinfín de obras artísticas, las cuales son comercializadas, con el objeto de ser una fuente de ingresos para la organización y para los mismos participantes.

“Este trabajo se financia principalmente con fondos concursables, hemos pasado por distintas fuentes de financiamiento y con distintas carteras. Son 16 años, en que hemos presentado distintos proyectos en que ha sido posible trabajar con ellos. Los trabajos de proyectos se los quedan los jóvenes, pero tenemos una línea de producción para vender para financiar este trabajo”, comentó Patricia González Roa.

Es por ello que desde ya advierten de la incertidumbre que generó la pandemia, y es que no saben si contarán con proyectos para funcionar en marzo. “Esa es la gran incógnita porque producto de la pandemia nos quedamos cortos de financiamiento, hay actividades que no pudimos hacer que generaban recursos, por ejemplo, la venta de calendario que no se pudo hacer por la pandemia y ese era una de las fuentes importantes de ingresos. Por eso es que necesitamos que en marzo podamos tener nuevos proyectos para funcionar y eso va a depender de la pandemia”, comentó la asistente social.

Patricia González Roa explica que con la pandemia los proyectos y todos los esfuerzos estuvieron destinados a contener la expansión del Covid-19 y ellos se quedaron sin proyecto y es por eso que hoy necesitan recursos para poder continuar funcionando. 

Quienes puedan apoyar esta agrupación, lo pueden hacer mediante donaciones en dinero, pueden contactarse al correo electrónico [email protected]. 

La tienda

El taller funciona de lunes a viernes de 14,30 a 19 horas, en Armando Sanhueza Nº1310, donde las personas que a él asisten, día a día refuerzan su voluntad de ser personas útiles a la sociedad, a pesar de las limitaciones propias y las que el medio les impone.

Ellos trabajan utilizando diversos soportes y técnicas: pintura artística en óleo, acrílico, pastel, pintura en cerámica, confección y estampado de bolsas ecológicas, y vitrofusión, entre otros. Parte de estos trabajos se venden para poder financiar el trabajo de la organización, por lo que el llamado a la comunidad es a colaborar comprando alguno de sus productos.

La Agrupación “Manos de Hermanos”, institución sin fines de lucro, fue creada mediante personalidad jurídica otorgada a la Municipalidad de Punta Arenas, en mayo de 2005, para atender a personas mayores de 26 años con discapacidad intelectual, que no reciben subvención del Estado.