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Joven escritor estuvo dos semanas en Punta Arenas buscando inspiración para terminar su primer libro

Jueves 3 de Febrero del 2022

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El real hombre hormiga” se titula el libro autobiográfico que el joven escritor santiaguino José Ignacio Labarrera, se encuentra escribiendo hace tres años. En búsqueda de inspiración y tranquilidad llegó a Punta Arenas el 14 de enero. “Cuando sentí que debía terminarlo, busqué lo más lejos que podía encontrar y así llegué a Punta Arenas”, partió contando.

Aunque formalmente nunca había publicado algo, la literatura siempre la vio como un lugar para encontrar respuestas a dudas existenciales. Comenzó a leer filosofía y encontró respuestas para entender cómo funciona la mente. En 2016 viajó a Buenos Aires a estudiar música. Hasta que en 2018 sufrió una apendicitis que, por haber sido atendida tarde, derivó a peritonitis hasta llegar a una septicemia. “En el proceso que me limpiaban, yo me iba y tuvieron que parar. Al día siguiente, lo mismo, y así, por seis días, en que estuve en un coma inducido, en el que tuve un montón de sueños, realmente vívidos. Todo lo que soñé, lo estoy plasmando en letras. Se fueron dando cosas muy reveladoras. Y dentro de los sueños, buscaba a mi mamá, con quien tengo una conexión muy fuerte, para decirle lo que me estaba pasando”, relata.

Tras ese proceso, sintió que debía expresar todo lo que vivió en estos sueños, “que está muy poco estudiado. No hay un estudio real de esto, lo mismo en el caso de los pacientes que están intubados, que pierden su sentido de la visión, pero escuchan lo que ocurre alrededor, como las máquinas que están trabajando, la gente que entra a la sala y todo eso lo siente el ser humano; hay algo en la mente que recepciona todo. Una vez que salí de la Uti procesé todo, porque me sentí muy vulnerado en los sueños, en uno sentí que era parte de una máquina, como una batería”, graficó sobre estas experiencias oníricas.

En Punta Arenas estuvo un par de semanas trabajando, en contacto con la naturaleza y aunque no alcanzó a terminar su relato, retornó a Santiago para concluir el proceso y poder editar su libro, que espera presentar en la ciudad que le sirvió de inspiración. “Trabajé todos los días, me gustó el misticismo del sur. A lo más lejos que había llegado había sido Puerto Varas, pero algo me decía que podía ir a Punta Arenas. Le hago mucho caso a la comunicación que tengo con mi mente, busco que haya una reconciliación, una coherencia entre lo que siento versus lo que pienso”, finalizó el escritor de 31 años, que en Santiago trabaja en actividades ligadas al diseño gráfico.

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