Aceleran trabajos en Qatar para recibir el Mundial a fin de año

El constante ruido de los martillos eléctricos, el sonido de los tractores y camiones que cargan materiales de un lado a otro y los tacos durante las horas “peak”, han sido el “pan de cada día” de los habitantes de Qatar que se preparan para dentro de diez meses celebrar el Mundial de la Fifa desde el 21 de noviembre al 18 de diciembre.

Aunque el tráfico y el incesante barullo no es del agrado de todos, al final los qataríes han mostrado un gran orgullo por la primera copa del mundo organizada en el Medio Oriente y es que el comité organizador se ha encargado de entregarles ocho bellos estadios a los habitantes locales junto a hoteles nuevos, restaurantes, parques y muchos lugares que pasarán a ser parte de la vida diaria de los locales cuando se vaya el último turista mundialista del país.

La nación del Medio Oriente ha logrado hasta el momento pasar sobre cualquier obstáculo, ya que con un tamaño pequeño y apenas 2,5 millones de personas viviendo ahí, la logística de recibir a miles de fanáticos durante el invierno mundialista ha sido sorteada sin peligro por el comité organizador local.

“ELEFANTES
BLANCOS”

Pero una de las constantes críticas a las organizaciones de eventos como las Copas del Mundo son los llamados “elefantes blancos”, estadios que son utilizados durante la gran fiesta deportiva pero que luego se quedan inertes, vacíos y sin atletas que los utilicen.

Estos inmuebles son en general odiados por la población local porque parecen un monumento a la burla de haberse gastado millones de dólares para su construcción y luego se quedan sin vida y sin servir para nada.

Es por eso que en Qatar se planeó la edificación de una nueva clase de recinto deportivo desarmable.

El estadio 974 fue inaugurado el año pasado en la Copa Árabe celebrada en Qatar, lo que llenó de orgullo a los locales ya que este monumento al fútbol será desarmado tras la Copa Mundial 2022.

DESARMABLE

“Es el primer inmueble que cumple con las normas de la Fifa, un lugar que se está diseñando y construido para ser desmantelado por completo después del torneo”, reveló el ingeniero Mohammed Al Mulla, director del proyecto.

El comité planea no desperdiciar ni un solo componente del lugar, ya que será aprovechado al máximo durante el Mundial y al final de este.

“El estadio tiene un estilo único y será completamente desarmado, por lo tanto la estructura y los componentes podrían utilizarse para otras funciones: en una ubicación con la misma capacidad, con 40 mil asientos o en múltiples lugares más pequeños, o incluso, utilizando los contenedores certificados para fines de transporte de carga”, argumentó el ingeniero.

Al Mulla espera que el estadio 974 sea un ejemplo para los mundiales del futuro y se terminen con los llamados “elefantes blancos”.