Nuestros recuerdos de “Los Beatles”
Por estos días hemos sabido de la edición y re-edición del documental “Get Back”, que expone material inédito de la realización de “Let it be”, el último álbum que publicó el conjunto británico “The Beatles”, no obstante ser el penúltimo que grabaron, pues estrictamente el último registro (y penúltimo lanzamiento) corresponde a “Abbey Road”, el de la mítica portada con la agrupación en el paso de cebra de la calle que da nombre al disco y a partir de la cual circuló la leyenda que Paul McCartney había muerto; el símbolo de ello es que aparece a pie pelado en la foto. El documental ofrece también el último concierto de la banda desde la azotea de un edificio de la calle Saville Row.
“The Beatles” fue la banda británica integrada por Paul McCartney, John Lennon, Ringo Starr y George Harrison. Con esta -su formación definitiva- revolucionaron a partir de 1962 y hasta su disolución en 1970, la historia musical de todos los tiempos.
Pero más allá de los datos (disponibles para todos en diversas plataformas) más allá de las biografías autorizadas o no y de los múltiples documentales y reportajes, hubo quienes tuvimos la suerte de crecer con su música. En efecto, quienes éramos niños en la década de 1960 podemos comentar a las nuevas generaciones que fuimos afortunados al haber escuchado el estreno de muchas de sus canciones, y así recuerdo una tarde de invierno alrededor de las 15:00 hrs. en la casa de la querida Población Fitz Roy, cuando la Fitz Roy era la Siberia de Punta Arenas y no había nada más allá de nuestra calle Manuel Rodríguez, y la nieve caía sin contemplaciones bailando el ritmo de un viento inclemente que invitaba a quedarse en casa y mirar el invierno desde la ventana, y en la Radio “La Voz del Sur” anunciaban el nuevo éxito de “The Beatles”: “Quisiera tomar tu mano” y ahí pegados a la ventana la escuchamos por primera vez, y así fue con “Ob-la-di-ob-la-da” y tantas otras, siempre con la nieve cayendo sin contemplaciones bailando al ritmo de ese viento inclemente…porque la música del hemisferio norte llegaba en invierno a la Patagonia.
A esos muchachos ordenaditos en sus inicios, perfectamente trajeados con esas chombas de cuello alto (que se inmortalizaron como “Beatles”) y esos zapatos de media caña con elásticos en los costados que pasaron a la historia como “Zapatos Beatle”, a esos muchachos nuestros mayores tachaban de “Coléricos” y “Melenudos”, cuando sus peinados de esos comienzos ya se los querría un escolar de un disciplinado colegio católico de estos días.
Nosotros vivimos la “Beatlemanía” como hoy se vive el fanatismo por los ídolos actuales, pero a una escala infinitamente mayor. A través de la radio y de los medios de comunicación escrita -en especial la revista “Ritmo”- nos enterábamos de sus andanzas: de las giras a Estados Unidos, de la aparición de Yoko Ono en la vida de John Lennon, o de Linda Eastman en la existencia de McCartney, los viajes místicos a la India, el paso del “Yeah, Yeah, Yeah…” a las obras integrales como “La Banda de los Corazones Solitarios del Sargento Pepper” (el mejor disco de la historia del rock) o a temas de experimentación espiritual e instrumental sin precedentes. Éramos muy niños cuando conocimos esos viejos Long Plays del sello Odeón, la firma que publicaba al conjunto en Chile.
Todo era “Beatle”, las chombas, los zapatos, sus películas, dibujos animados o muñecos. Nuestro criollo “Condorito” le dedicó un número casi completo, con “Condorito” oficiándolas de Paul McCartney, secundado por “Comegato”, “Chuleta” y “Cabellos de Ángel”. La famosa niña argentina “Mafalda”, creación del inolvidable “Quino” es una admiradora desbordada de “Los Beatles”, la fuerza de su amor por el conjunto sólo es comparable con la fuerza (en sentido contrario) de su aversión por la sopa. En una de sus historietas le dice a su progenitora: “Mamá, te conseguí audiencia mañana a las ocho sin falta para que le hablés de Los Beatles a la maestra de canto”
Hasta 1970 gran parte de la música popular giraba en torno a “The Beatles”, aún con el auge de otros ritmos, incluso algunos que hacían más patente la etiqueta de producto capitalista con la cual se motejaba al grupo. Pero, fuimos testigos también de la impactante noticia de la separación del conjunto, fue como si el mundo se partiera en dos (en este caso en cuatro) y “que sería del mundo y de “Los Beatles” después de “Los Beatles”.
Luego de ello descubrimos o re descubrimos muchas de sus canciones, como “Con una ayudita de mis amigos“ con Joe Cocker en Woodstock, “Lucy en el cielo con diamantes” magistralmente versionada por Elton John en la década de 1970 o la novedosa interpretación que el grupo Yes hace de “Cada cosa pequeña”.
Seguimos buscando hasta el día de hoy nuevos senderos de esas melodías inolvidables, ya sea de “Los Beatles” o “Los Beatles” después de “Los Beatles”, ahora cuando la nieve ya no cae sin contemplaciones y el viento ya no nos castigue con esa inclemencia de entonces, ahora cuando la “Fitz Roy” ya no es la Sibreria de Punta Arenas.