Caídas en los mayores
Por Ramón Lobos Vásquez
Médico Geriatra
Consejero Regional
Un capítulo importante en la atención y cuidados de los mayores es la adecuada interpretación de las caídas y sus consecuencias. La frecuencia con que ocurren hace verlo como un evento asociado al envejecimiento y poco relevante. Por el contrario es un hecho que debe tener una importante revisión en su génesis y consecuencias.
Lo que es claro es que su ocurrencia es más frecuente de pesquisar a mayor edad; cerca del 80% ocurren en el domicilio y sólo un 20% (una de cada 5 caídas) ocurre fuera de casa. De allí la importancia de tomar medidas para prevenirlas, en cada hogar donde haya un adulto mayor.
La edad, tanto por el propio envejecimiento o los cambios que con ella ocurren, predispone a estas caídas, por lo cual es necesario interpretarlas como lo que son: una consecuencia de algún hecho subyacente, ya sea una enfermedad o incluso un tratamiento médico de otras patologías. Por ello es importante recabar toda la información asociada a alguna caída. Tener claro las enfermedades que padece y los tratamientos en uso, especialmente los recientemente iniciados. Así como los eventos asociados a la caída propiamente tal. Toda esa información permite a cualquier clínico que lo atiende a identificar los factores involucrados en esta caída y las medidas a desarrollar. Si no, se tiene que derivar al especialista más apropiado para identificar el origen de tal caída.
Una forma importante de recabar información de cómo está envejeciendo nuestro adulto mayor se basa en la observación de sus rutinas y acciones diarias: cómo se levanta o sale de la cama, cómo se desplaza dentro del domicilio, la facilidad o dificultad para recoger objetos desde el suelo, la actividad física que realiza durante el día, cómo se está alimentando e hidratando; también los horarios en que toma sus medicamentos, identificando muy bien nombre y dosificación del fármaco.
Ojalá en este aspecto tuviesen todos los mayores un registro escrito del listado de fármacos en uso. Tanto los prescritos por los profesionales que los atienden, como también aquellos que por indicación de otros se mantienen en uso, incluyendo fitofármacos o suplementos en uso. Es una valiosa información para tener en cuenta al momento de analizar una caída, pero también en multiplicidad de acciones para con los mayores. Especialmente si algún profesional clínico debe agregar algún nuevo fármaco, para ese adulto mayor. Tarea de registro que debe ser acometida por la familia y quienes los asisten y disponer de ella para controles y atenciones o en situaciones de emergencias o contingencias. Es información valiosa en la toma de decisiones clínicas y muchas veces olvidada al momento de planificar una consulta o control de salud.
Quien los acompañe a las atenciones de salud debe ser alguien que conozca y se relacione habitualmente con él o ella. No sólo es acompañar en la atención, si no que ser capaz de aportar información y llevar los antecedentes de importancia en salud, así como registrar las indicaciones y acciones para con ese mayor en el domicilio. Un cuaderno de notas con estas observaciones o preguntas a realizar siempre será de utilidad en la atención de los mayores.
Las causales más frecuentes en caídas podemos clasificarlas en factores ambientales, enfermedades y el tratamiento de ellas; siendo lo más habitual la multifactorialidad en su génesis. Por eso es importante el ordenamiento anteriormente señalado, en los procesos de salud de los mayores.
En las causales ambientales hay una cantidad de factores predisponentes en los domicilios que son gatillantes de caídas, o constituyen barreras importantes en su desplazamiento autónomo por ellas. Por eso es importante la observancia habitual de las tareas cotidianas de estos mayores en su ambiente hogareño, para así descubrir factores predisponentes a estas caídas, siendo los principales los suelos resbaladizos o con paños o esteras que son trampas para el desplazamiento de mayores, así como la deficiente iluminación de pasillos o zonas de desplazamiento. De allí la importancia de iluminar los desplazamientos en las noches, especialmente cuando van al baño, por muy conocido o habitual que sea ese trayecto.
Se debe tener cuidado con las camas muy altas, pero también el uso de calzado inapropiado; en Magallanes es frecuente el uso de las zapatillas de casa, que habitualmente a edades mayores facilitan las caídas. Así como el uso apropiado de lentes o de ayudas técnicas para su desplazamiento, revisando que estén en buenas condiciones y cumpliendo con el objetivo, reevaluando su uso o el cambio según nuevas necesidades. Disponer de duchas más que tinas en casa, con barras de sujeción o apoyo para su mejor seguridad.
Es un tema que parece banal o poco importante, pero que requiere de una participación más activa de las familias o cuidadores, con fines preventivos o de ayuda en la búsqueda de la causal de un evento que nos debe motivar siempre a tener claro por qué ocurrió. Solo así podremos evitar su recurrencia y las fatales consecuencias que las caídas tienen en los mayores.
Una caída es un hecho que debe motivarnos a indagar para prevenir, a actuar en pos de una mejor salud y bienestar de nuestros mayores.