¿Putin, el último tirano?
Diego Benavente Millán,
ingeniero civil regionalista
En este mundo global, en que pensábamos que la democracia era la que la llevaba, surgen estos arrestos dictatoriales, como el de la invasión de Ucrania por parte de Rusia. La pregunta clave es si existirá alguien que sea capaz de ponerle las peras a cuatro a Putin en Rusia, a este o al próximo que se le ocurra reeditar el imperio soviético. Existirá algún liderazgo que interpretando el sentir ruso, tan difícil de entender para el mundo occidental, que pueda llamar a la cordura a esta gran nación para incorporarse de una vez por todas en el lenguaje común de un mundo global cada vez más interrelacionado.
Serán capaces las redes sociales, en esta globalización con países que están cada vez más integrados sumado a la resistencia del pueblo ucraniano en sus calles luchando contra la invasión rusa y las manifestaciones que ocurren en distintas partes de apoyo en el mundo, inclinar la balanza y contrarrestar este avance invasor. Esto junto a las medidas económicas que se producen contra Rusia por el mundo occidental, podrían dar vuelta el resultado de este partido donde se está jugando el significado del término guerra y su comprensión en la acción por parte de países que aún mantienen hegemonías que quieren imponer a otros. Sin querer queriendo, también le podría afectar a otros, ya que por diferentes partes y países, pueden aparecer aprendices de tiranos, aprendiendo a creerse este cuento de imponer sus visiones a los países vecinos, sin más ni menos. Los hijos de Putín.
El problema de que Putin le tomó el pelo a los dirigentes europeos, cómo lo expresó Macron, es uno pero el más grave es que haya un país dispuesto a seguir los desvaríos de un líder que aún recuerda y añora el imperio ruso para imponerse sobre los demás en una época en que la guerra y los derechos humanos hacían parecer imposible que la primera pudiera ser sustentada hoy en día por
las sociedades.
En todo caso, cada vez les costará más caro jugar a ser los matones del barrio, hasta la tecnología es una gran ayuda cuando está del lado de los buenos. Así Ellon Musk con su empresa Starlink y su red global de satélites en un día o menos, fue capaz de implementar la Internet para Ucrania y echó por tierra cualquier posibilidad de guerra ciberespacial que quiera contrarrestar Putin con sus medios cibernéticos. También muchas sino todas las empresas occidentales presentes en Rusia, que con su apertura al libre mercado se habían instalado por esos lados, ahora han abandonado el país, así se podrá ver quien es mas forzudo y si Rusia se la puede mucho tiempo sin estar disfrutando de los beneficios de una economía global integrada, como lo estaba haciendo como socia del club económico mundial.
Extrapolando a lo que hoy viven nuestras sociedades, como lo expresa Eugenio García publicista y creativo de la franja del NO y pese a este experimento de tirano ruso, vamos a tener que acostumbrarnos a vivir en un mundo en el que no hay liderazgos, vamos a tener que acostumbrarnos a eso y a confiar más en la inteligencia colectiva que en los liderazgos individualistas. “Hoy no se puede controlar la información como antes, vamos de una sociedad lineal a una nube de información sobre la cual no tenemos control, es multidimensional.” La educación y la política tienen que cambiar su rol. Nadie les cree a las autoridades. Las explosiones creativas cambian los mundos. Estamos en la etapa terminal de este sistema basado en la jerarquía y donde se maneja la información, “egosistema”. Lo que se requiere ahora es trabajo colectivo basado en una ética muy superior, donde cada individuo, debe hacer su mejor aporte. Para allá vamos.