“Cuando me vaya” (Joan Manuel Serrat)
La primera vez que escuchamos a Joan Manuel Serrat, fue por allá a fines de la década de 1960 en la casa del recordado hombre de radio Daniel Ruiz en nuestra querida población Fitz Roy. Del Pick-Up salían las notas de esos viejos Long Plays del sello Phillips, compañía que distribuía -en ese entonces- los discos del cantante catalán en Chile. De inmediato los versos llegaron a nuestros oídos desde una voz distinta a las que hasta esos momentos conocíamos, el “porque te quiero a ti, porque te quiero” de su propia autoría, se entrelazaba con “caminante no hay camino, se hace camino al andar” del poeta Antonio Machado.
Serrat fue un éxito de ventas y popularidad instantáneo. Quien fue determinante en su impacto en Chile fue el locutor Raúl Matas; se habían conocido en España y el chileno lo trajo a nuestro país por primera vez en 1969 y cantó en el Teatro Municipal acompañado de la orquesta dirigida por su gran amigo, el arreglador Ricardo Miralles. Se presentó también en dos estelares de Televisión Nacional; “Este domingo” conducido por César Antonio Santis y “Post -data” de Matas. En esa oportunidad el catalán nos encandiló con sus creaciones; “Tu nombre me sabe a hierba”, “Poema de amor”, “Fiesta” y otras tantas, junto a los poemas de Antonio Machado.
Serrat era la imagen perfecta para los tiempos que corrían; pelo largo, desenfado y compromiso. Su estampa no pasaba inadvertida para las “Penélopes” de entonces, lo que por supuesto no caía bien en la conservadora España franquista de esos años. Más de alguna madre se sintió aludida con aquello de “Ya se que no soy un buen yerno, soy casi un beso del infierno…”, de la canción “Señora”.
Esa primera visita a Chile le aseguró un cupo en el siguiente Festival de Viña, donde compartió el escenario con Piero, “The Tremeloes” y Ennio Sangiusto. Un par de retornos más y no lo vimos hasta la recuperación de la democracia en el año 1990. En el intertanto pudimos disfrutar de él a través de sus discos; producciones como “Mediterráneo”, “Para piel de manzana”, “Canción infantil”, “1978”, “En tránsito”, o “Cada loco con su tema”, lo mantuvieron en nuestra memoria. Paralelamente musicalizó los versos de Rafael Alberti, Miguel Hernández, y el uruguayo Mario Benedetti.
A pesar de su larga ausencia física, sus discos tuvieron distribución masiva en Chile. Pero, hay que hacer notar que conocemos sólo parte de su obra, la interpretada en español, ya que sus éxitos en catalán salvo “Hace veinte años que tengo veinte años” no fueron editados en nuestro país.
Luego vendrían entre otros: “Bienaventurados”, “Utopía”, “Nadie es perfecto” o “Material sensible”, que ya hemos podido disfrutar gracias a la tecnología del CD. A finales del siglo pasado marcó un hito con “Sombras de la China” producción que fue récord de ventas, en especial por “Secreta mujer”, una hermosa balada en que lo acompaña en bandoneón el afamado Rubén Juárez, uno de los mejores cantores de tango de la nueva guardia y fallecido hace algunos años.
A partir del tercer milenio, se centró en las colaboraciones colectivas, en giras y grabaciones, que ya había iniciado en 1996 con Ana Belén, Víctor Manuel y Miguel Ríos en el proyecto “El gusto es nuestro” (re lanzado en 2016). En este rubro destacan sus trabajos en conjunto con Joaquín Sabina, de los cuales han quedado varios registros.
También lo vimos en el cine, en algunas películas que él recuerda casi como pecado de juventud, la más difundida fue “La larga agonía de los peces fuera del agua”, que se estrenó en el recordado cine “Politeama” de nuestra ciudad.
La obra de Serrat ha sido una continua amalgama de compromiso con las causas que defiende, de rescate de la mejor poesía hispanoamericana y de versos finamente construidos dedicados al amor. En cualquiera de estas líneas, resalta la delicada intimidad de su expresión lírica e interpretativa. Toda esta construcción se complementa con la música con la cual el artista acompaña sus propios versos o los de otros autores, música y melodías no exentas de complejidades de ejecución; la prueba está que, salvo contadas excepciones, sus composiciones no sean grabadas por otros intérpretes. El compromiso de su obra le valió censura y exilio en su momento.
A la vuelta de los años este Serrat padre de familia, hincha del Barcelona y amante de la vida por sobre todas las cosas (le ganó la batalla a un cáncer) nos sigue premiando con sus canciones, su simpatía y su manera de vivir y nos cuesta creer que sea “casi un beso del infierno”. Joan Manuel Serrat nació en Barcelona el 27 de diciembre de 1943, este año se despide los escenarios con la gira “El vicio de Cantar 1965-2022” y pasará por Chile.
“Me iré despacio un amanecer
Que el sol vendrá a buscarme temprano
Me iré desnudo, como llegué
Lo que me diste cabe en mi mano”
(“Cuando me vaya”, 1970).