Un nuevo periodo de gobierno
Juan Francisco Miranda S.
Ingeniero Civil U de Chile
El hito de República democrática se cumplió a cabalidad. Se fue un gobierno y su Presidente, entra otro Presidente con nueva coalición debutando en la gobernanza. En este cambio hubo imágenes y señales notables, como también hubo ritos necesarios para mantener la continuidad del camino democrático. Probablemente todos los chilenos y chilenas vimos algo del cambio de mando, y por cierto cada uno con sus propias impresiones y sentimientos. Emotividad en el ambiente, y también deseos mayoritarios de que vengan mejores tiempos. Quiero creer que la gran mayoría de los chilenos y chilenas que quiere vivir en paz, desarrollar su proyecto de vida e intentar cumplir sus sueños, quiere que al nuevo gobierno le vaya bien, pues así se generan mejores condiciones para vivir.
No se trata de ser oficialista u opositor, se trata simplemente del anhelo de vivir en un país donde nadie quede o se sienta excluido, donde se respeta la dignidad de todo ser humano, y también se respeta el bien común. Por ello, creo que, aunque cueste, hay que hacer el ejercicio de empatizar o ponerse en el lugar del otro (siempre es un buen y necesario ejercicio, pero que pocas veces se hace en la política bipolar que está instalada). Así entonces se recomienda que la critica o la celebración se haga con ponderación, pues subirse al escenario y actuar no es tan fácil como lo piensa un espectador.
Del mismo modo, es necesario recordar o precisar que no se eligen superhéroes, sino que autoridades. Lo digo porque la ansiedad, el voluntarismo, y la falta de terreno y comunicación pueden alimentar la frustración y con ello la desilusión de un pueblo que se manifiesta por cambios, pero si radicalidad o violencia.
La declaración de intenciones del Presidente Boric es muy convocante, pero hay que observar como se refleja en el territorio en el día a día la prosa y gran relato con el testimonio representado con acciones concretas por las futuras autoridades regionales. Acá la forma y el fondo no deben ser contradictorios. Un gobierno que como impronta tiene a un presidente de regiones, y de una región extrema que conoce o se ha sentido invisibilizado, debe tener en el territorio representantes más en el terreno que en las oficinas, en dialogo permanente con los ciudadanos y con aquellos que generalmente nadie o pocos los escuchan.
En este nuevo periodo de gobierno espero que a Chile le vaya bien, pero también espero que el sentimiento de servicio público se extienda y se entienda como una obligación, pues el cargo no hace a la persona, ya que para ser buena persona no se necesita cargo, pero quien debe asumir una responsabilidad pública debe serlo.
A las nuevas autoridades regionales como seremis y jefes de servicio les deseo éxito en sus gestiones. A aquellas autoridades que se fueron y que dieron lo mejor de cada uno o una vaya mi reconocimiento y agradecimiento. Para aquellos que sólo calentaron el asiento, se escondieron en las oficinas, quemaron tiempo y no trabajaron por la gente, vaya mi reprobación pues en lugar de mejorar y llevar el Estado al servicio de su pueblo, aumentaron la frustración, desesperanza, y desconfianza (estuvieron y seguirán e anonimato).
En tiempos de incertidumbre y tanto cambio, creo que es necesario hacer el ejercicio de volver a confiar en las personas.