Marianela Vidal Barrientos: “Yo me dializo hace tres años y aún no lo asumo”
- Son cerca de 200 personas las que se dializan en Magallanes.
“Yo me dializo hace tres años y aún no lo asumo”. Con estas palabras, Marianela Vidal Barrientos, describe lo que implica vivir en diálisis por una insuficiencia renal.
En Chile, son alrededor de 23 mil personas las que deben dializarse por sufrir una enfermedad renal crónica (ERC), según cifras de la Sociedad Chilena de Nefrología.
En Punta Arenas, son alrededor de 200 pacientes los que se dializan, la mitad de ellos lo hace en el Hospital Clínico de Magallanes.
Una de ellos es Marianela, quien hace casi tres años comenzó con la hemodiálisis, proceso en que le extraen la sangre para limpiarla, que tiene graves efectos secundarios y que le cambió la vida por completo. “Hay quienes lo asimilan después de años; otros, que no; y otros que lo hacen de la boca para afuera. Uno llora internamente, con la familia o solo”, dijo Marianela.
Ella depende de una máquina para vivir y está obligada a ir tres veces en la semana. Son cuatro horas, pero, al salir, está mareada, la presión se sube o se baja y se siente muy débil. Si bien es un proceso que la mantiene viva, ha tenido un impacto importante en su calidad de vida.
Este es un procedimiento muy difícil para ella y una de las primeras consecuencias que tuvo fue respecto de su capacidad para trabajar. “Eso no es un tema que me afecte sólo a mí, sino que afecta a muchos pacientes. Yo trabajaba como ayudante de cocina, pero sé que ya no puedo estar ocho horas de pie trabajando, ya no puedo seguir en lo que me gusta trabajar. Eso es algo que la vida me quitó, así de simple”, comentó.
Reconoce que hay un problema económico y que necesita buscar otra forma para poder vivir. “Tampoco se puede vivir de bonos. La persona que nació trabajando, que toda la vida ha estado trabajando, no se acostumbra a estar en el tema de los bonos. Yo dejé mi vida laboral y con sueldo fijo, y tuve que ir a otra realidad, que es la de recibir pensión de invalidez y trabajar independiente, pero eso implica trabajar cuando estás bien. Nosotros vivimos enfermos, pero me refiero a cuando estás sin crisis y te puedes parar”, explicó.
Su caso permite vislumbrar la realidad de quienes dependen de una máquina para vivir. Una situación compleja, que la pandemia transformó en un vía crucis por las complicaciones para acceder a la consulta de especialidad y a las cirugías que necesita para tener un mejor acceso vascular.
Una de las sentidas necesidades que tienen quienes se dializan es el traslado al menos de los pacientes que se dializan en el último turno. “Sales después de las diez de la noche, después de todo lo que implica una diálisis, lo mal que uno se siente y tener que esperar un Uber por más de 45 minutos. A esa hora es literalmente imposible encontrar un taxi, tampoco hay locomoción, que ya es un tema, porque sales en tan mal estado y con la cantidad de vueltas llegas muy mal. Sales muy mal, con dolor, mareada. En la región, el trasplante no es una opción y de esto se sale con trasplante o muerto”, comentó.
De la misma manera, hay medicamentos que no están en el hospital y, por lo tanto, los deben comprar en recintos privados a un alto costo y muchos de los pacientes no tienen cómo cubrir.
8 reglas de oro para mantener sano tu riñón
Mantenerse en forma y activo.
Mantener un control regular de los niveles de glucosa en sangre.
Monitorear tu presión arterial.
Comer saludablemente y mantener tu peso bajo control.
Mantener una ingesta de líquidos saludables.
NO fumar.
NO automedicarse.
Revisar tu función renal si tienes uno o más factores de alto riesgo ( Diabetes, Hipertensión, Obesidad, Adulto Mayor, Familiares con Insuficiencia Renal)