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Ministro de Energía y rechazo a designación en gerencia de Enap : “Un nombramiento de un gerente es siempre algo que puede cambiar”

Martes 19 de Abril del 2022
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Llegó en medio de la polémica que generó el nombramiento del nuevo gerente general de Enap, Julio Aranis, luego de que los sindicatos de Profesionales y de Trabajadores de la filial en Magallanes rechazaran tal designación.

El ministro de Energía, Claudio Huepe, abordó ayer el tema con ambos sindicatos (ver nota aparte). Consultado si dicha designación está a firme, sostuvo: “Un nombramiento de un gerente es siempre algo que puede cambiar”.

Aunque no niega la prioridad del tema en la agenda gubernamental, Huepe tiene una mirada prudente respecto del desarrollo de la industria del hidrógeno verde, planteando que es un proyecto de largo plazo que debe considerar no sólo el beneficio económico de ciertas empresas y consorcios, sino el crecimiento integral de Magallanes. 

El ministro llegó a Punta Arenas no sólo con las aguas agitadas por la nueva gerencia de Enap, sino en medio de encuestas que dan cuenta de que el 50% de la población rechaza la gestión de este gobierno a sólo un mes de instalado.

Sobre el primer punto, señala que están abiertos a escuchar la opinión de la gente y empeñados en estructurar un trabajo que debe combinar “esto de la visión de largo plazo con la responsabilidad y también la efectividad de la acción”. 

Soberanía energética

– Su llegada estuvo antecedida por el anuncio que hizo el gobernador regional respecto de que Magallanes será pionera en crear el primer Servicio Regional de Energía. ¿Qué alcances tendrá esto? ¿Cómo va a funcionar esta nueva institucionalidad y qué pasará con su dependencia -o no- del nivel central?

– “Lo que hemos conversado con el gobernador regional es la posibilidad de tener sistemas de energía locales. Eso en algunos casos, sobre todo cuando se trata de localidades más aisladas y en regiones como Magallanes, permite hacer aprovechamiento de los recursos locales. Se puede pensar en todas las dimensiones, en electricidad, pero también en calefacción. Eso es algo que tenemos que estudiar todavía en detalle, probablemente a través de un piloto, para ver cómo podemos generar servicios en algunas pequeñas comunidades”.

– Nuestra matriz se basa en el gas. Usted estuvo en el encuentro de empresarios chilenos y argentinos y se habló mucho de reactivar los oleoductos y gasoductos. ¿Hay algo pensado para Magallanes?

– “En general, estamos tratando de promover un mayor grado de integración energética con nuestros vecinos en todas las dimensiones. Eso, nuevamente, se tendrá que ver caso a caso en términos de los proyectos”.

Hidrógeno verde,
prioridad que necesita
de un plan concreto

– El desarrollo de la industria del hidrógeno verde en Magallanes fue un tema prioritario para su antecesor. ¿Mantendrán dicha calificación o ustedes se lo van a tomar con más calma?

– “El desarrollo del hidrógeno verde es una apuesta de largo plazo, que, probablemente, en unos cinco, diez o quince años sea muy relevante como mecanismo de transporte de la energía en todo el mundo. Magallanes, por sus condiciones naturales, tiene buenas ventajas para el desarrollo de la industria, pero lo importante son tres cosas: primero, el desarrollo de una industria no es el desarrollo exclusivo de proyectos, el desarrollo de una industria está relacionado con todo un sistema económico que se estructura en torno a una actividad específica… y, por lo tanto, nosotros necesitamos tener un plan de desarrollo; segundo, que el desarrollo de ese potencial tiene que ser, a la vez, un desarrollo de la región, social, económico, ambiental y no sólo de la industria que florece… Eso es lo que nosotros hemos llamado el nuevo modelo de desarrollo, en el cual cada negocio tiene un impacto al nivel sistémico de la economía, pero, además, a nivel del entorno; y tercero, se requiere que haya una articulación entre el nivel central, los gobiernos regionales, las comunidades, las empresas, pues es la única manera en que estos dos elementos anteriores se puedan desarrollar. 

“Si uno mira el origen de Enap y se fija cómo está implicada en la sociedad de Magallanes y ha sido parte integral de su desarrollo. De la misma manera, el desarrollo de la industria del hidrógeno verde no puede separarse del resto del desarrollo de la región”.

– Pero, no me respondió. ¿El desarrollo de esta industria va a seguir siendo prioridad?

– “Es una prioridad en el sentido de que es una gran oportunidad a largo plazo, pero nosotros creemos que, para que esa prioridad se haga realidad, tenemos que tener un plan concreto. Lo que se ha conversado hasta ahora es una estrategia, es decir, unos grandes lineamientos y objetivos, pero lo que nos falta es cuáles son los pasos que tenemos que seguir para, efectivamente, llegar hasta allí. Porque, si no hacemos esos pasos, no vamos a poder hacer avances sistémicos”.

– En Copenhague se habló de los corredores verdes, a propósito de esta industria. ¿Qué implicancia puede tener esto para Chile y para puertos como el de Punta Arenas?

– “Participamos indirectamente en esta actividad. Eso se trata fundamentalmente de promover ciertas rutas marítimas en el largo plazo, a las cuales se les va a exigir que el transporte sea carbono neutral. Como país exportador, eso nos importa muchísimo. El transporte marítimo es, en conjunto, uno de los grandes emisores de CO2. Entonces, es muy importante descarbonizar el transporte y es más importante aún para nosotros que tenemos exportaciones que son, además, transportadas en larguísimas distancias. Estos corredores verdes nos van a permitir dos cosas: primero, disminuir las emisiones de carbono y, al mismo tiempo, posicionarnos con nuestros productos de mejor manera en términos de sus emisiones”.

– Poco se ha hablado de las externalidades, sus impactos ambientales, visuales, sobre la fauna, etc.. ¿Se ha medido eso?

– “Todavía no se ha hecho un estudio acabado de esos temas. Se han esbozados algunos de los posibles problemas y sus soluciones, como el uso del agua, en que uno de los proyectos plantea el uso de agua desalada. En general, uno no puede pensar en construir este tipo de industria sin una amplia participación de la comunidad y sin hacer frente a todas las preocupaciones que existen en el entorno. Si la solución mejor es agua desalada o, por ejemplo, parques eólicos dentro del mar o en tierra, eso tiene que resolverse en el marco de la institucionalidad, pero, además, considerando la perspectiva de las emisiones de CO2 de toda la comunidad. Nunca hay que olvidar que todo esto tiene sentido si trae desarrollo, si trae mayor bienestar para todas las personas. No podemos alentar una industria que crea beneficios económicos, por un lado, pero impactos negativos, por el otro, finalmente eso es una suma cero que no es lo que nosotros buscamos. Nosotros buscamos, en este proceso de transición energética, que el bienestar de las personas aumente después de la transición. Eso va a ser parte de un largo proceso y, por eso, es tan importante empezar con tiempo… Todo proyecto hay que evaluarlo en profundidad y eso significa ser sumamente transparente con los impactos. Si hay impactos negativos no hay que tratar de esconderlos o decir que no existen. Hay que decirlos y se buscarán todas las maneras de eliminarlos, mitigarlos, solucionarlos y ver si son compatibles con el desarrollo que quiere la región”.