Disfraces y canciones saludaron la reinauguración de los jardines Continente Blanco y Villa Austral
A
demás de premiar a sus funcionarios y despedir a quienes se jubilan, la Junta Nacional de Jardines Infantiles finalizó su semana de aniversario con la reinauguración de dos emblemáticos jardines, que habían quedado postergados desde la pandemia. En la mañana de ayer, con una fiesta de disfraces, la comunidad del jardín Continente Blanco, en Armando Sanhueza 2245 entre pasaje Robles y Briceño, se instaló en las nuevas dependencias, que representaron una inversión de $1.669.295.074, con 1.727 metros cuadrados de construcción en dos pisos.
Su directora, Jocelyn Aro Ojeda, disfrazada del mago Merlín, recordó que el inicio de la pandemia les impidió reinaugurar el recinto, que les permitirá “aumentar la capacidad de matrícula en un nivel medio, 28 niños más. Ahora son cuatro niveles medios y tres salas cuna. También, tenemos dos pisos, en que se separan salas cunas en el segundo, y los niveles medios en el primero, por lo que podremos hacer más actividades. En el jardín trabajamos con siete educadoras, una administrativa, tres auxiliares y cuatro manipuladoras. Tenemos cupos en sala cuna menor, porque tenemos capacidad para 172 párvulos y tenemos actualmente 166 matriculados”, detalló la directora, que asumió el año pasado, en reemplazo de Juanita Alvarez, que jubiló en 2020.
Por la tarde fue el turno del jardín Villa Austral, en Rómulo Correa esquina pasaje Karukinka, cuya inversión fue de $2.043.821.495 y que aumentó los metros cuadrados de 839 a 1.292. Se organizó una colorida fiesta con canciones, con un especial mensaje de paz, y donde quedó de manifiesto el carácter multicultural de los niños y niñas que conforman la matrícula, como destacó la directora Sterlina Fuentalba Illesca: “Tenemos párvulos de diferentes partes, como padres que son de Japón, unos descendientes de francés, alemán, brasileños, uruguayos, paraguayos, venezolanos, colombianos, además de los chilenos y mapuches-huilliches. Esta inauguración amplía la capacidad de atención, porque pasamos de 165 a 192 niños. Nos quedan 27 cupos en sala cuna mayor y en un nivel medio menor. Es un jardín con mucho colorido, muchos espacios nuevos y embellece a la villa Alfredo Lorca. Trabajamos con 38 personas dependientes de la Junji, además de cinco manipuladoras dependientes de la empresa concesionaria”.
Vestida con un kimono, Emily Pizarro Oue, de dos años y cuatro meses, llegó acompañada de sus padres, Patricio Eduardo Pizarro y la japonesa Makiko Oue. “Nos conocimos en Puerto Tranquilo, yo trabajando en turismo y ella como turista, hace tres años. Ella entró en marzo y ya conocía el jardín, porque mis sobrinas estuvieron aquí, y está muy bonito, más moderna la infraestructura. Pretendemos que en tres o cuatro años podamos ir a Japón”, declaró el padre de la pequeña niña.