Aumento de “clandestinos”
– La proliferación de este tipo de establecimientos no sólo inquieta respecto del expendio de bebidas alcohólicas y otros delitos o infracciones que están asociados a esto, sino porque, además, se ha constatado que en torno a estos locales se está dando un comercio de servicios sexuales.
Preocupante es la información que maneja el Concejo Municipal respecto del crecimiento de locales que venden alcohol en forma clandestina.
La proliferación de este tipo de establecimientos no sólo inquieta respecto del expendio de bebidas alcohólicas y otros delitos (como venta de alcohol a menores de edad y/o transacción de drogas) o infracciones (no pago de patente municipal) que están asociados a esto, sino porque, además, se ha constatado que en torno a estos locales también se está dando un comercio de servicios sexuales. Esto último también puede vincularse con la inmigración de mujeres y niñas extranjeras y el aprovechamiento que muchas personas hacen de la vulnerabilidad de los extranjeros.
Según el catastro que maneja la municipalidad, no existe sector en Punta Arenas donde no haya evidencia respecto del funcionamiento de uno o más “clandestinos”.
Este problema tiene muchas aristas, entre ellas el de la seguridad pública y las denuncias sobre el funcionamiento de este tipo de locales se han triplicado en el último año. Se ha establecido que serían ya más de 60 los establecimientos informales, a los que se suma la venta “express” de alcohol y los servicios de “delivery” de bebidas alcohólicas durante las noches.
En alguna medida, la pandemia y las medidas restrictivas pueden explicar en parte el incremento de estos “clandestinos” y de las referidas ventas y repartos nocturnos. Pero, superada esta etapa y entendiendo que la fiscalización no resulta fácil pues la mayoría de estos locales funcionan en casas particulares, se requiere que Carabineros, la municipalidad y los servicios públicos vinculados a este tipo de ilícitos se coordinen para emprender una acción fiscalizadora y efectiva contra la existencia de estos locales.
Una vez más, también este tipo de situaciones ha dejado en evidencia que la legislación no se ha adaptado, cuestión que -según advirtió el alcalde Radonich- hace aún más difícil el perseguir y controlar la proliferación de estos recintos.