Necrológicas

– Irís Marina Cárdenas Cárdenas
– Francisca Sierralta Cabrera

Juan Barría Caimapo se convertiría después en uno de los pioneros de la locomoción colectiva

El suplementero que hizo noticia hace 74 años, cuando halló y entregó la cartera de un Duque

Domingo 5 de Junio del 2022

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  • En agradecimiento por el gesto, el noble personaje obsequió al joven el 10 por ciento del contenido en dinero en la cartera.

El viernes 9 de enero de 1948, los diarios La Prensa Austral y El Magallanes, daban cuenta de un plausible gesto de honradez, protagonizado por el suplementero Juan Barría Caimapo, de 15 años.

En los diarios de esa época se relataba que este joven trabajador halló botada en la calle una cartera conteniendo una importante suma de dinero, la que posteriormente entregó a la policía.

La información extractada desde La Prensa Austral señalaba: “En la tarde de ayer, el suplementero Juan Barría Caimapo, de 15 años de edad, se preserntó en la Primera Comisaría de Carabineros, para hacer entrega de una cartera de hombre, que había encontrado en el Teatro Palace, a la salida de la matinée.

Esta cartera, de fino cuero, contenía en su interior la suma de 11 mil 475 pesos en moneda chilena, 17 dólares, diversos documentos, y un sobre con tarjetas de presentación de visita, que resultó pertenecer al Duque Duarte de Braganza, que es como del dominio público, se encuentra en nuestra ciudad en viaje de turismo.

La Prefectura hizo saber al Duque el hallazgo, invitándolo a la oficina respectiva a recibir la prenda encontrada. Fue recibido por el señor Prefecto, quien le informó de las circunstancias, y posteriormente en la oficina de la Primera Comisaría recibió su cartera, con todo su contenido intacto, de manos del mismo suplementero Juan Barría y de la madre del mismo, una modesta empleada doméstica, doña Elena Caimapo vda. de Barría, que había sido hecha llamar para que presenciara el acto.

El Duque obsequió al joven Barría el 10 por ciento del contenido en dinero en la cartera, le abrazó y tuvo palabras de emoción para el modesto suplementero.

Manifestó después que se sentía muy honrado de estrechar aquella mano y nunca olvidará de un futuro hombre de lo que hacen grande a su patria.

El acta respectiva fue firmada por el Duque y por el suplementero Barría.

Posteriormente conversamos con el joven, pidiéndole detalles acerca del hallazgo de la cartera. Nos dijo que había asistido a la matinée del Palace y, como había mucho público en galería, se le permitió bajar a la platea. Fue a la salida que encontró la cartera en el pasillo y creyó que era una libreta de apuntes. Procedió a abrirla y vio la cantidad de billetes que contenía, apresurándose a llevarla a Carabineros para que fuese devuelta a su dueño.

Nos agregó que lo había hecho así porque era su deber y así también se lo había enseñado su madre desde pequeñito.

El muchacho se mostraba asombrado de la importancia que se le estaba dando a una cosa que para él significaba simplemente un deber y agradeció el obsequio que le ofreció el Duque de Braganza”.

Playa Norte

Juan Barría Caimapo, nació en 1932 en Ancud, Chiloé, y en Punta Arenas vivía con su madre, quien había enviudado. En 1953, con 21 años, se casó con Lidia Alvarez Cárdenas, formando su hogar, por insinuación del entonces diputado Alfredo Hernández, en una toma de un terreno particular en Quillota con Santiago Díaz, próximo al Grupo de Artillería (ex Regimiento de Telecomunicaciones), donde se establecieron una treintena de familias en un predio particular, lo que dio origen posteriormente a la población Playa Norte.

El 7 de mayo de 1955, La Prensa Austral, al visitar aquella naciente población, se encontró con el suplementero Barría que hizo noticia 7 años antes. “La vida, a pesar de su honradez, no lo trató bien. Hizo su Servicio Militar, superó todos los achaques de su salud que estuvo un tiempo muy quebrantada. Se hizo hombre. Estuvo trabajando un tiempo en Río Seco. Después se enamoró. Abundaron las iniciativas. Cuando me casé no tenía nada. Eso sí que mucho cariño. El diputado Hernández nos dijo a varios que estos terrenos (donde se estableció) eran fiscales y que le echáramos para adelante nomás que nadie nos iba a decir nada. Bueno, construimos como pudimos. Debajo del techo había que pensar como echarle algo a la olla. Con unos pesos sobrantes de trabajo último que tuve comencé a comprar calzado usado y a revenderlo entre la gente necesitada. Ahora pienso hacerme un carretón para vender frutas. Tengo ya un pequeñito capitalito ahorrado, unos 25 mil pesos que invierto bien. Con mi bicicleta me movilizo por toda la ciudad y llego, todas las tardes, feliz a mi casa donde mi negrita me espera y mi hija (Betty) ríe”, señalaba la publicación.

Años más tarde, Juan Barría se convertiría en uno de los pioneros de la locomoción colectiva mayor en Punta Arenas, dando sus primeros pasos con liebres y góndolas, hasta que pudo adquirir una de las revolucionarias -para la época- máquinas Dodge importadas por microbuseros locales.

Quienes lo conocieron, aseguran que era muy querido, muy buena persona y trabajólico, lo que al final le pasó la cuenta. Falleció el 24 de febrero de 1973, a los 40 años de edad, cuando se gestionaba la traída la primera flota de buses Mercedes Benz. En la actualidad, le sobreviven su viuda Lidia Alvarez (85) y sus hijos Betty, Juan Carlos, Sandra, Elvis y Tamara.