Murales y el hermoseamiento de la ciudad

• … Ahora se presentan los murales como expresiones de nuestra identidad y aquellas visiones políticas y sociales que marcan el devenir de esta austral urbe.

Poco a poco, nuestra ciudad ha ido embelleciéndose con diversas obras propias del renombrado movimiento artístico nacido en México: el muralismo.

Así como antaño eran los techos de colores que distinguían y caracterizaban a Punta Arenas, ahora se presentan los murales como expresiones de nuestra identidad y aquellas visiones políticas y sociales que marcan el devenir de esta austral urbe.

Los espacios urbanos, principalmente muros, casas, parques y avenidas, están siendo intervenidos por artistas que rescatan a nuestras etnias originarias, a personajes históricos y a personas que, por enfermedad, accidentes o hechos lamentables, ya no están entre nosotros.

Aunque no es exclusivo de los jóvenes, esta corriente artística ha sido adoptada por el movimiento juvenil, entendiéndola como otra forma de libre expresión que tienen para hacerse escuchar y para plasmar los sentimientos e interpretaciones de la realidad cultural, política y social del momento que vive el país.

En la última edición de El Magallanes, se entregó la historia de un joven creador que hace diez años llegó a Punta Arenas desde Puerto Octay y que, en forma autogestionada, ha creado distintos murales que rescatan nuestra identidad o recuerdan a personas con historias señeras de nuestra comunidad.

El y otros artistas nos han regalado sus obras, las que están dejando en diversos espacios públicos y que serán un verdadero libro abierto de la historia de nuestro tiempo para las futuras generaciones.

Cabe hacer la diferencia entre esta entrega artística que embellece respecto de los rayados que otros jóvenes hacen en las fachadas de edificios y viviendas, principalmente en el centro de la ciudad, y que están asociados a acciones violentistas.

Bienvenidas sean, entonces, aquellas intervenciones urbanas creativas que dan vida y color a Punta Arenas, así como seguirán siendo repudiables aquellos rayados y garabateos que resultan irrespetuosos y que no aportan en nada al embellecimiento ni a la convivencia citadina.