Día Mundial del Medio Ambiente: ¿Podemos celebrar?

Daniela Droguett Caro
Seremi de Medio Ambiente
Región de Magallanes

Este 5 de junio conmemoramos el Día Mundial del Medio Ambiente y para muchas y muchos nos gustaría que esto fuera todos los días. Que sintamos y vivamos el medio ambiente como parte de nuestra existencia, como una especie más de esta gran casa llamada Tierra.

Miramos y buscamos constantemente cómo crecer social, económica y espiritualmente, tratando de encontrar respuestas y/o apoyo para los momentos complejos que estamos viviendo los humanos: Pandemia, violencia, crisis económica, egos, abusos y una lista eterna de problemas que nos ciegan y perturban el camino hacia dónde avanzar.

Desde mis lentes, veo a la naturaleza como un motor que empuja, y aunque en ocasiones me entrega más inquietudes que certezas, es el cable a tierra que nos conecta con el mar, el viento y la esquiva nieve de los últimos inviernos. Es quien nos invita a ser más humanos, a buscar una mejor relación con nuestro planeta, con nuestro único planeta!

¡Es ahora o nunca! Debemos cambiar nuestra forma de vivir, repensar las decisiones que día a día tomamos y la forma en que consumimos; como nos alimentamos, los residuos que generamos y hasta el tipo de ampolletas que tenemos en casa. Cada uno y una de nosotras tiene en su mano, corazón y mente la posibilidad de cambiar las cosas. Se puede tener desarrollo cuidando la naturaleza y estamos apostando por un cambio de modelo de desarrollo donde exista armonía entre todos los actores de la sociedad. Debemos ser una marea multicolor que busque un buen vivir respetando la biodiversidad, viviendo en armonía y mirando el bien común, sin sacrificar las formas de vida de quienes habitan los territorios.

Tenemos un gran desafío: enfrentar la crisis climática y avanzar hacia una sociedad resiliente. Cada paso que demos debe estar enmarcado en la mitigación o adaptación a este nuevo escenario. Ahora es cuando debemos actuar, ahora es cuando debemos ser más humanos y colaborar para evitar nuestra propia extinción. ¿Te sumas?