Necrológicas

– Irís Marina Cárdenas Cárdenas
– Francisca Sierralta Cabrera

Reforma tributaria y sus bemoles

Por Emilio Boccazzi Campos Lunes 4 de Julio del 2022

Compartir esta noticia
115
Visitas

Emilio Boccazzi Campos
Arquitecto

Esta semana que recién ha transcurrido, se ha entregado al Parlamento una nueva Reforma Tributaria por parte del gobierno (la quinta o sexta en los últimos 30 años), donde se busca en lo general, que se recaude alrededor de 12.000 millones de dólares anuales “en régimen” (en aplicación o vigencia plena que se estima a partir del año 2024). También se indica que esta reforma aplicará a las “…rentas altas, en los tramos de mayor patrimonio y en combatir la elusión y la evasión…”.

Partamos por la elusión, que no es otra cosa que, el uso de mecanismos legales para reducir o evitar el pago de impuestos. Se caracteriza por no contradecir las normas, sino en valerse de sus “defectos” para obtener un beneficio económico. Por lo anterior, lo que el Estado debe hacer es reclutar más expertos, eliminar el secreto bancario, no volver a generar clases de ética para quienes evadan o eludan el pago de impuestos, ser aleccionador con las sanciones hacia los poderosos, eliminar la “tesis Barraza” (por ejemplo no denunciar a los políticos involucrados en el financiamiento ilegal de las campañas políticas), no condonar o rebajar flagrantemente las multas de las grandes empresas.

En síntesis, los chilenos desearían sentir y corroborar que el Servicio de Impuestos Internos, no es un monstruo que devora a los pequeños ciudadanos y es un lindo gatito para los poderosos, los grupos empresariales, los Penta, Johnsons, Caval, SQM u otros tantos que han adornado nuestro prontuario de “apoyar a los de siempre” y “garrotear a los asalariados” y lo que queda de clase media. Sin comentarios, está el “perdonazo” que el sistema (el Estado y la justicia) le dio a la clase política con el financiamiento ilegal de las campañas políticas con las boletas “ideológicamente falsas”. Aquí la solución fue salomónica pues estaban casi todos metidos. Vaya usted a declarar mal o no pagar alguno de sus tributos y será tratado como un delincuente al que le caerá todo el peso de la Ley. (Recomiendo el reportaje “la lista que el mundo político quería enterrar: los involucrados en platas ilegales que figuran en los Tribunales Tributarios” de Ciper Chile).

Pero volvamos a la reforma, que sin perjuicio de estas “deformaciones” estructurales que han favorecido a los poderosos de turno, tiene cosas positivas a juicio del autor de esta columna, como el impuesto a los “súper ricos”, con patrimonios que se ubiquen entre los 5 y 15 millones de dólares con impuestos que se ubicarán en el 1%, mientras que el segundo tramo gravará a los patrimonios personales de quienes posean o sobrepasen los 15 millones de dólares que se gravarán con una tasa del 2%.

Esto puede tener su “contracara” con la fuga de capitales y patrimonios y las triquiñuelas que los poderosos y sus asesores tributarios generarán, para evadir o eludir estos pagos. Usted lector(a), de seguro, no tiene este andamiaje para ello y como un “contribuyente asalariado” tendrá la amable vigilancia del sistema para que pague sus contribuciones e impuestos. 

En este punto señalar la debilidad aparente que tiene esta reforma que es, que sin perjuicio de ir eliminando las exenciones que permitía el DFL2 de las viviendas que acogidas a este Decreto Ley (menos de 140 m2 de construcción), fuesen arrendadas y el fruto de este arriendo, hasta el día de hoy, no pagaban impuestos. Al respecto, es lógico que una persona natural o jurídica, que tenga 5, 10, 50, 100 o más propiedades en arriendo (en Chile han aparecido grandes empresas que se dedican a este rubro, donde incluso han mandatado a construir edificios completos para arriendo) pague impuestos por estos ingresos, -sin dudas- , pero se me viene una “gran duda”, ¿qué pasa con un jubilado o alguien que está cerca de ello, y que posee una o dos viviendas para arrendar y suplir su escuálido sueldo o, las jubilaciones deficitarias que son la norma para la inmensa mayoría de los chilenos?.

Se mete en el mismo saco a los grandes inversionistas que viven de sus rentas y su especulación con el pequeño propietario (que la gran mayoría de las veces, no han requerido del Estado para tenerlas). Creo que en este punto, se manifiesta la mayor debilidad del proyecto de Reforma Tributaria, lo que espero, sea pulida y despejada en la discusión parlamentaria del proyecto para el bien de la gran mayoría de los chilenos.