Revocación de permisos ambientales

• En casos anteriores, más bien se había optado por aplicar multas a las empresas infractoras, pero ahora la SMA estimó que estaba obligada a adoptar tal sanción ya que no es posible que se sigan generando tales niveles de sobreproducción y de daño ambiental.

Tras concluir procedimientos sancionatorios iniciados hace dos años, la Superintendencia de Medio Ambiente (SMA) comunicó la decisión de revocar permisos ambientales a tres centros de engorda de salmónidos de la empresa Nova Austral. A la vez, resolvió aplicar una multa de $900 millones.

Se trata de una sanción inédita y, según el superintendente (s) Emanuel Ibarra, se buscó dar una señal clara respecto del cumplimiento de la legislación ambiental por parte de dicha industria en nuestra zona.

En la investigación realizada se logró determinar el aumento de la producción autorizada en los tres centros, en porcentajes que oscilan entre 15% a 30%. Igualmente, se determinó que hubo alteración artificial del fondo marino.

Si bien es cierto que no se puede aceptar la contaminación y la transgresión de las normas en ninguna zona de nuestro territorio, en este caso el daño ambiental denunciado considera áreas protegidas pues están dentro del Parque Nacional Alberto de Agostini. Aquello es un agravante.

La empresa reaccionó sosteniendo que las sanciones son injustificadas y desproporcionadas y anunció que ejercerá las acciones que la ley contempla para revertir la medida.

Un aspecto a recalcar es que es la primera vez que se revoca un permiso ambiental desde que se creó la nueva institucionalidad ambiental en nuestro país. En casos anteriores, más bien se había optado por aplicar multas a las empresas infractoras, pero ahora la SMA estimó que estaba obligada a adoptar tal sanción ya que no es posible que se sigan generando tales niveles de sobreproducción y de daño ambiental.

Con situaciones como ésta, la industria sigue estando en la mira. El desarrollo de la salmonicultura en Magallanes es bienvenido, pero siempre y cuando las compañías respeten la legislación y mantengan un sistema productivo que no lesione nuestro mayor haber: la biodiversidad.