Necrológicas

Españoles en la marina mercante nacional y regional

Viernes 29 de Julio del 2022

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Ernesto Fernández de Cabo Arriado
Coordinador Centro de Recursos
para el Aprendizaje Liceo Sara Braun

 

Hurgando viejos documentos, apuntes, diarios y revistas constaté la gran cantidad de marinos españoles que llegaron a Magallanes a fines del siglo XIX y principios del XX. De esos hombres de mar, casi todos olvidados y presentes únicamente en la memoria de sus descendientes, es preciso recordarlos, por su importante contribución a la marina mercante nacional, ofreciendo sus servicios, en una época de esplendor de Magallanes por el paso interoceánico antes de la construcción del canal de Panamá. Sin pedir nada a cambio, entregaron su trabajo y esfuerzo para el progreso de nuestra apartada región. A fines del siglo XIX y principios del XX se registra la llegada de gallegos  con tradición y reconocida vocación marinera, que vinieron a  hacer lo suyo, navegar. Con amplios conocimientos para ser capitanes o patrones de barcos contribuyeron a la formación y desarrollo de una potente flota regional. Los inmigrantes españoles en lo referido a la rama naval fueron los más importantes, fundamentalmente en oficios de mar como patrones, maquinistas, fogoneros, marineros y de allí se explica la gran presencia de los gallegos aunque los hubo de otras regiones de la península. Un tercio de los gallegos se ocupó en actividades propias del mar o afines al ramo de la navegación.

Sin soslayar la importancia que tuvieron los gallegos, el historiador Mateo Martinic Beros nos señala en “Gallegos y Asturianos en Magallanes”: “…En el terreno de la economía, la contribución de los inmigrantes fue de principalísima importancia. Así puede afirmarse que la capacidad profesional marinera de los gallegos hubo de gravitar en la sólida afirmación y desarrollo de la navegación mercantil de cabotaje por aguas meridionales americanas. Nombres como los de Jesús y Juan Cristóbal, León Fernández, Eladio Fernández, José Rial y Ventura Varela, entre otros, dan relieve a una generación admirable de capitanes, cuya pericia náutica prestigió y dio seguridad a una actividad de importancia decisiva en el desarrollo de las comunicaciones australes por más de medio siglo…”.

Leyendo un artículo de El Magallanes de 1985, don Manuel Aparicio San Román Otero, nacido en Punta Arenas en 1910, recordaba: “… Mi abuelo como tantos otros llegó embarcado y con él mi padre que tenía 14 años y después también sería marino.  Recuerdo que siempre andaba de un lado para otro navegando de Punta Arenas a Valparaíso y hasta después de jubilar porque hacía de práctico en los canales”.

Son muchos los nombres de españoles que trabajaron en la Marina Mercante Nacional, mayoritariamente gallegos quienes contribuyeron al desarrollo de Magallanes como los capitanes: Ventura Varela Varela, Eladio Fernández Pérez, León Fernández Rodríguez, Eduardo Fernández Martínez, Agustín Pérez Prado, Jesús y Juan Cristóbal Rodríguez, José Rial García, José Mallo Fernández, Domingo García Laurido, Miguel Giner Lloret, Vicente Giner Lloret; los ingenieros Aparicio Otero, Ramón Castreje Lires; los oficiales Francisco Valverde Lagos, Ramón Miguez Bua, y otros marinos como Julio y Virgilio Pérez Fernández, entre otros.

Si de hablar de marinos gallegos que llegaron a Magallanes, se radicaron, formaron familia y dejaron sus huesos muy lejos de su terruño, no podemos dejar de mencionar a Ventura Varela Varela, el más antiguo capitán regional y que prestó servicios a diversas firmas armadoras entre ellas Braun & Blanchard, este marino falleció en 1948 dejando una numerosa descendencia.

Otro de los grandes hijos de Galicia, es sin duda, Eladio Fernández Pérez, como buen hombre de mar llegó de España en 1900 y entró a trabajar en la Sociedad Menéndez Behety en Punta Arenas. Se dice que era uno de los pocos capitanes que sabía entrar a Río Grande donde los barcos encallaban.  Anduvo en el Amadeo muchos años y en el Austral.  Y en el Amadeo protagonizó el más heroico salvataje realizado por esta nave el 17 de marzo de 1923, donde acudió al llamado de auxilio de la Goleta de Acero, de bandera Noruega en Tierra del Fuego, encontrando mal tiempo y naufragó. El vapor Amadeo atracó a un costado de la embarcación y procedió al salvamento de toda la tripulación. El reino de Noruega premió al capitán Fernández y a los tripulantes de la nave salvadora.  Eladio Fernández fue también capitán de los vapores Araucano, Avilés, Austral.

León Fernández Rodríguez (abuelo de Fernando Ferrer Fernández) fue un antiguo oficial de la Marina Mercante Nacional. Tripuló los buques de la flota regional y fue capitán de diversas naves en la zona del Estrecho y Ultima Esperanza. Fue piloto de buques balleneros en las primeras décadas del siglo pasado y navegó con conocidos capitanes como Adolfo Andresen y Juan Falenberg.

Eduardo Fernández Martínez fue un piloto y capitán de los vapores de la flota regional que atendían el servicio de Ultima Esperanza y costa argentina,  prestando servicios a diversas firmas de cabotaje.

Agustín Pérez Prado fue capitán del vapor Porvenir de la Comunidad Almirante Señoret, se encontraba radicado en Punta Arenas desde 1913.

Jesús Cristóbal Rodríguez quien nació en San Miguel de Oya, Vigo, Galicia quien desde el año  1891 se dedicó a la navegación haciendo su aprendizaje en buques veleros. Llegó a Chile en 1907, embarcado en los buques de la Marina Mercante. Prestó importantes servicios en la firma Braun & Blanchard y Ferrocarriles del Estado, desempeñándose después como jefe de la bahía en Punta Arenas.

De esta lista de marinos mercantes debe mencionarse a Miguel y Vicente Giner Lloret. Miguel nació en Claramunt, Barcelona (Cataluña) en 1881. Se avecindó en Magallanes desde 1906 prestando servicios en las firmas Braun & Blanchard, Interoceánica y Comapa. Fue oficial mercante y activo hasta finales de la década del cuarenta del siglo pasado. Como capitán comandó varios buques de la flota mercante regional como el Santa Cruz, Pilar, Austral, Breezt, Patagonia, Emma y habría participado en los últimos viajes de la barca Andalucía transportando carbón de Punta Arenas a Buenos Aires durante la Segunda Guerra Mundial.

Vicente Giner Lloret nació en 1878 en Villojosa, Alicante, Valencia. Capitán de cabotaje marítimo regional siendo capitán del vapor Minerva.  Perteneció al Sindicato de Oficiales de la Marina Mercante.

También debemos mencionar a Rogelio Pérez Fernández gallego quien llegó en 1912 a Punta Arenas, sirviendo en la flota mercante regional, especialmente en el vapor Amadeo y otras naves que hacían viajes entre Punta Arenas y la costa argentina. Retirado de estas actividades adquirió la Pastelería “Alhambra” que administró durante 34 años. Su hermano Julio Pérez Fernández fue el mayordomo del vapor Porvenir y trabajó en la comunidad de vapores Almirante Señoret.

Domingo García Laurido fue capitán de la Marina Mercante Nacional de Chile. Súbdito español radicado 28 años en Magallanes, prestaba sus servicios al vapor Almirante Señoret de la matrícula de este puerto.

José Mallo Fernández trabajó en la Sociedad Anónima Ganadera y Comercial Menéndez-Behety, casado con Consuelo Varela. En 1923 era capitán del remolcador María.

Angel Mallo Varela nació en Vigo en 1895 y siendo muy joven llegó a Magallanes donde se dedicó a diversas actividades. Ingresando más tarde a la Marina Mercante. Trabajó por mucho tiempo en barcos de cabotaje regional, estando jubilado a la fecha de su muerte.

Ramón Castreje Lires nació en Finisterre, Galicia de la Marina Mercanteacional, ingeniero maquinista. En Punta Arenas contrajo matrimonio con Aurelia Díaz Quezada.

Otro de los marinos españoles que trabajaron para la Marina Mercante fue Ramón Miguez Bua quien se desempeñó a lo largo de 40 años, especialmente en barcos de la firma José Montes.

De los marinos españoles que trabajaron en la Marina Mercante está Aparicio Otero quien prestó servicios en la Sociedad Anónima Ganadera y Comercial Menéndez Behety (Sucesión de José Menéndez). Fue ingeniero 1º del vapor Amadeo.

A fines del siglo XIX, muchos marinos españoles inicialmente se dedicaron a la caza de lobos marinos, varios de ellos adquirieron embarcaciones y llegaron a ser armadores. Otros también se vincularon con la marina y se dedicaron a diferentes oficios como es el caso de Francisco Rodríguez Román quien fue ingeniero a vapor, contratado cuando empezó la navegación a vapor.  Rápidamente se independizó e instaló una fundición para atender la necesidad de las calderas a vapor.

Ricardo Palma Sevilla fue propietario de un astillero, dueño de un establecimiento de primer orden fundado en 1892, construcción de toda especie de embarcaciones: botes, lanchas, vapores, etc. Trabajó por espacio de muchos años para las firmas Braun & Blanchard y Menéndez Behety.

Ricardo Palma Japón nacido en Coria del Río, Sevilla (Andalucía) fue traído por la firma Braun & Blanchard para el desmantelamiento del interior del Olimpian; era especialista carpintero de ribera quien se quedó definitivamente en la zona. Trabajó en la Sociedad Anónima Ganadera y Comercial Menéndez-Behety como capataz de carpinteros en la barca Alejandrina desde 1915.

De manera tal que marinos españoles principalmente gallegos, aunque los hubo de otras regiones de la península, aportaron al desarrollo de la marina mercante regional en variados oficios de mar en una época de esplendor de la naciente y próspera región magallánica antes y después de la construcción del canal de Panamá lo que afectó significativamente la economía de Magallanes.

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