Necrológicas
Para investigar y sancionar

Municipio tiene en la mira a juntas de vecinos que dan mal uso a sus sedes

Lunes 8 de Agosto del 2022

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  • Concejales temen que esta práctica se haga habitual, de la mano de fiestas sin el respectivo permiso, con venta de alcohol, ruidos molestos y fuera de cualquier horario establecido.

El mal uso de las sedes vecinales es un tema que viene dando vueltas hace algunas semanas en el municipio de Punta Arenas y que tomó fuerza luego que la situación fuera abordada por alcalde Claudio Radonich y los concejales de la comuna.

Más de un 90% de los inmuebles donde funcionan las organizaciones de vecinos corresponden a comodatos entregados por la entidad edilicia, respondiendo a una demanda insuficiente si se toma en cuenta que los requerimientos que periódicamente llegan, principalmente a través de los ediles, provienen de entidades sociales, deportivas y culturales que carecen de espacios para la práctica de sus disciplinas.

Esto último ha llevado a la propuesta de “sedes compartidas”, donde además las organizaciones vecinales puedan convivir con otras entidades. Si bien esto es, en la práctica, complicado, algunos dirigentes han cedido sus espacios sin problemas. Un caso patente es el de la Junta de Vecinos Nº28 Cerro de la Cruz, donde la unidad vecinal alberga también a una organización de adultos mayores.

Ruidos molestos y
expendio de alcohol

Sin embargo, el problema hoy parece ir direccionado a otro punto: el mal uso que algunos dirigentes están dando a los inmuebles.

Los antecedentes que manejan los concejales y que fueron abordados en sesión municipal tiene que ver con denuncias en contra de al menos 4 sedes vecinales por ruidos molestos y, lo que es más grave, por expendio de alcohol.

Es cierto que las juntas de vecinos deben autofinanciar la mantención de sus inmuebles y que se entiende que para ello la única forma posible es arrendar espacios, sin embargo, efectuar fiestas hasta altas horas de la madrugada con todos los problemas que eso conlleva no es la forma, señala el presidente de la comisión de Seguridad Ciudadana, concejal Germán Flores.

Agregó que hoy se manejan denuncias que apuntan a 4 ó 5 unidades vecinales (no las detalla por señalar que es parte de la reserva, pero que están identificadas) que durante los fines de semana son escenario de diversas situaciones de incivilidad a consecuencias de fiestas, “por ello hemos pedido al alcalde y concejo que se investigue, que se fiscalice y que se ponga fin a este tipo de prácticas”.

La voz de los dirigentes

Si bien los dirigentes admiten que la única manera de enfrentar los gastos que demanda la mantención de los inmuebles es el arriendo para eventos, condenan la acción que se pudiera estar llevando en algunos sectores.

Para el presidente de la Junta de Vecinos Nº36 El Pingüino, Atilio Barría, las reglas en su sede vecinal son bastante claras: sólo bautizos, cumpleaños, casamientos y licenciatura, eventos que se pueden prolongar hasta las 3 de la madrugada, incluyendo la entrega con el aseo de las salas (disponen de 2). Fuera de lo mencionado anteriormente, asegura que el inmueble ubicado en calle Augusto Lutz y Pedro Bórquez no está disponible para fiestas bailables con expendio de alcohol.

El dirigente sostiene que evidentemente los vecinos deben buscar la forma de obtener recursos para mantener las sedes y que, en el caso de la unidad que preside, se ha podido hacer gracias a un convenio con la Junji, que es la que asume el gasto de los consumos básicos.

Quien también fustiga la posibilidad de que las sedes sean destinadas a eventos con venta de alcohol es el presidente de la Junta de Vecinos Nº57 Condominios Sociales Archipiélago de Chiloé, José Necul.

El dirigente cuenta que desde la recepción de su “sede modelo” ubicada en Avenida Santa Juana con calle Manuel Rodríguez, “la reglas fueron claras en cuanto a que no está disponible para arriendos de ningún tipo”. Agrega que actividades propias y el aporte de los mismos vecinos permiten enfrentar los gastos, “pero no está la decisión ni la intención de facilitarla para actividades que puedan significar un problema, ya sea por desórdenes o venta de alcohol”. Es más, agrega que durante todo el año el inmueble (comodato del Serviu) pasa ocupado en actividades sociales y culturales, tanto al interior como en el exterior, las que son impulsadas por la propia dirigencia.

Similar postura es la que tiene la Junta de Vecinos Nº28 Cerro de la Cruz. Su presidente Juan Carlos Mansilla señala que “nuestro caso es bastante especial, porque somos un barrio con muchos adultos mayores, por lo que nuestra gestión siempre está pensada en ellos. Eso significa que la tranquilidad está primero y por eso la sede la arrendamos en horarios donde no se generan problemas”.

Añade que la mayoría de los eventos son sociales y dirigenciales, con la puerta abierta para el requerimiento de los propios socios, que pueden contar con el espacio a disposición ya sea de manera gratuita o con un pago menor que se ajuste a su realidad. En este sentido menciona la reunión que desarrolla todas las semanas el Club del Adulto mayor Años Dorados, que al no poder utilizar su sede por no estar en condiciones (ubicada en el mismo terreno, en calle José Menéndez) ha encontrado “su casa” en la junta Nº28.

Adoptando medidas

De acuerdo con los concejales hoy el tema de seguridad y la demanda por espacios para las organizaciones hacen necesario tomar acciones para determinar en qué sectores se están presentando este tipo de situaciones. El concejal Germán Flores plantea “mano dura”, porque a su juicio estos espacios pensado para los vecinos y sus iniciativas terminan convertidos en verdaderos “clandestinos de alcoholes”.

Una de las normativas del municipio apunta a que cada unidad vecinal puede solicitar anualmente una determinada cantidad de permisos para realizar fiestas con expendio de alcoholes (3), eventos debidamente justificados y con el compromiso de respetar horarios y toda la legalidad que eso conlleva. No obstante, el edil dice que a la luz de las denuncias recepcionadas nada de eso está ocurriendo, porque no habría solicitudes y sí una clara violación a la normativa respecto de horarios. “Hay vecinos que están cansados de no poder dormir y de ver cómo cada fin de semana su derecho a la tranquilidad es vulnerado, exponiéndose a situaciones de inseguridad, debido a la responsabilidad de algunos y al siempre presente consumo de alcohol”, enfatiza Flores.

De esta manera, el Concejo Municipal sigue abierto a recepcionar las inquietudes de vecinos, esperando comenzar a poner atajo a una práctica, advierten, que temen se haga común. Añaden que en caso de constatar que efectivamente existe un mal uso de las sedes, los responsables serán sancionados con el riesgo de que el inmueble sea requerido para quedar a disposición del municipio.