“En los barrios se siente la inseguridad porque hay cosas que se han ido de las manos”
- El dirigente dice que todos los problemas se han generado porque “se perdió el respeto” y en su momento las autoridades fueron incapaces de frenar la situación. “Punta Arenas, lamentablemente, ya no es la misma”, indicó.
“Aquí todos debemos aportar para desterrar el clima de inseguridad, nosotros desde nuestra posición de dirigentes, los vecinos organizándose y denunciando los ilícitos, y las policías haciendo el trabajo que le corresponde”
Alejandro Salazar C.
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Jorge Vergara Navarrete, el presidente de la entidad que reúne a buena parte de las juntas de vecinos de Punta Arenas, recuerda que una de las cosas que lo enamoró de Magallanes fue la tranquilidad, lo que junto a la amabilidad de su gente lo llevaron a tomar la decisión de no regresar a su natal Temuco y rechazar el trabajo que lo esperaba en Chillán.
Era 1989, eran otros tiempos. El hecho de que sus padres vivieran en Punta Arenas le permitió llegar y tomar una decisión. “Veía cómo los vecinos dejaban sus puertas abiertas, las llaves puestas, las bicicletas a la entrada de las casas. Había confianza, pero era porque había seguridad”, señala.
Hoy la realidad es diferente, para muchos radicalmente opuesta. Vergara dice que la inseguridad se percibe, la sienten los vecinos y muy en especial los adultos mayores que aún siguen viviendo y recorriendo las calles de sus antiguos barrios. Su visión no es antojadiza. Como dirigente del sector de la población Santos Mardones y de la Unión Comunal Punta Arenas sabe de primera fuente que los temores no son infundados. Más aún, asegura que basta con estar un poco informado para saber que hoy “en Punta Arenas ocurren cosas tal como pasa en otras ciudades del país. Robos, asaltos, accidentes y un sinfín de hechos que parecen no tener freno”.
En su opinión aquello no ocurrió de la noche a la mañana. El cambio que se registró en Punta Arenas tiene un origen similar al del resto de Chile, pero en tiempo distinto. “La pérdida de respeto y de valores. Esto no viene de muy atrás, porque si uno se pone a leer o escuchar la mayoría de estas situaciones tienen como factor común a los jóvenes. La base fue trastocada en los colegios, donde se perdió el respeto hacia el sistema, y especialmente hacia los profesores, que son los primeros que también se ven sobrepasados por los alumnos. Eso se debió detener en su momento, legislar para que eso no ocurriera y volver a los valores que había antiguamente, porque aquí se hicieron reformas y esas reformas fueron mal hechas. Hoy se pagan las consecuencias de eso, y lo paga la gente, el adulto mayor, los vecinos, las víctimas”.
“Nosotros los dirigentes debemos ponernos a disposición de las autoridades para trabajar de manera mancomunada, pero siempre pensando en que nuestra prioridad son los vecinos”
“Cada barrio tiene realidades distintas no sólo por lo que ocurre en su día a día, por sus necesidades o demandas, también por el trabajo que desarrolla su dirigencia”
Cuál es la solución
Para el dirigente el tema puede dar para una conversación de varios días. Sin embargo, dice que “más corta” puede resultar una solución. “Si se quiere poner freno se requiere del trabajo de todos. A los primeros que se apunta es la policía, pero con las herramientas que hoy tienen claramente esto se les fue de las manos. Aquí lo primero es una legislación que busque no sé si restricciones, pero sí un mayor respeto. A los adultos mayores que son quienes más sufren con esto no se les respeta, es así, porque mucha gente vive atemorizada y eso no puede ser, porque estamos en un país democrático donde tenemos derecho a salir, a hablar, pero donde también hay responsabilidades. Y una de ellas es la que tienen las autoridades, de brindar la seguridad de la población”.
Jorge Vergara plantea que lo anterior también está mal entendido, porque muchas veces se cree que esa responsabilidad recae solamente en las autoridades, “y no es exclusiva de ellos, porque aquí todos debemos aportar, nosotros desde nuestra posición de dirigentes, los vecinos organizándose y denunciando, y las policías haciendo el trabajo que le corresponde. Me detengo en los dirigentes, porque aquí debemos aportar entendiendo nuestra palabra, dirigentes so-cia-les, y esa responsabilidad y misión tiene que ir más allá de cualquier gobierno, de cualquier administración y sector partidista. Nosotros debemos ponernos a disposición de las autoridades para trabajar de manera mancomunada, pero siempre pensando en que nuestra prioridad son los vecinos”.
La labor dirigencial
Ya en otro aspecto, Vergara prepara por estos días la entrega de su cargo de presidente, aunque seguirá en la Unión Comunal como primer director.
Reconoce que la labor dirigencial que lleva realizando casi tantos años como los que lleva en Magallanes es lo que lo apasiona y lo que decidió abrazar una vez acogido a jubilación.
Sobre la salud que tiene la actividad dirigencial en Punta Arenas, señala que “cada barrio tiene realidades distintas no sólo por lo que ocurre en su día a día, por sus necesidades o demandas, también por el trabajo que desarrolla su dirigencia. Hay juntas de vecinos antiguas que desarrollan un excelente trabajo y unidades nuevas que con gente joven están efectuando una labor importante. Sin embargo, hay que reconocer que en todas partes hay personas que no sólo no aportan, sino que también restan, y eso complica las cosas y hace que mucha gente que quiere participar se desencante y que dirigentes terminen por alejarse”.
Añade que es finalmente la gente la que requiere de ayuda y que termina viéndose afectada por quienes no entienden cuál es el verdadero propósito del dirigente social, “a nosotros como Unión Comunal nos tocó vivir eso y pagamos las consecuencias. Hubo gente que se alejó, buenas personas que esperamos puedan volver con la nueva administración. Todos saben del conflicto en el que me vi involucrado y di pelea. Al final el tribunal me dio la razón y pude asumir como presidente; y aunque satisfecho por eso y por lo que ha sido esta gestión que permitió ordenar la casa, fue difícil trabajar y partir de cero. Hoy las cosas han ido mejorando y sé que la nueva presidenta y su equipo lograrán una mejor gestión. Eso es necesario porque allá afuera hay gente que de verdad la está pasando mal, que tiene carencias porque las cosas en el país están difíciles. El escenario, la realidad es compleja, pero con esperanza, fe y confianza los dirigentes sabemos que habrá solución”.