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Adiós, Juan Carlos Aguila Guerrero

Por Alvaro Rondon Martes 16 de Agosto del 2022

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Por Alvaro Rondón, jefe social territorial de Hogar de Cristo en Magallanes

Es necesario que todos sepan que aún existen personas buenas”, expresó conmovida, Luisa Velázquez (62), líder voluntaria de Hogar de Cristo, cuando supo de la partida de Juan Carlos Aguila Guerrero, quien falleció semanas atrás a los pies de la Gruta de Lourdes en calle Mejicana, en el Instituto Sagrada Familia.

Escribo desde el sentimiento de la soledad y la despedida, de la orfandad que deja la muerte, y la frustrante tristeza de no haber podido estar a los pies de la virgen en el momento de la partida de nuestro amigo Juan Carlos. ¿Por qué se mueren las buenas personas, aquellas que han transformado su vida en servicio?

Se nos fue súbitamente, a los 49 años, un misionero del padre Hurtado, voluntario del Hogar de Cristo, voluntario de la Casa del Samaritano, colaborador de la Comunidad Cristiana Puro Corazón, del Oratorio Jacinto Boco, que siempre decía: “Siempre hay que estar preparado para ayudar a mis amigos de la calle”.

¿Qué podemos aprender de Juan Carlos? Su paso por nuestra región nos obliga preguntarnos qué es lo verdaderamente importante. En Magallanes cerca de 200 personas siguen en situación de calle. Un drama que empeora, si consideramos que además hay más de mil familias en nuestro territorio sufriendo escasez alimentaria, una de las formas más crudas de la extrema pobreza.

Por eso no me extraña que exista tanta confusión, tanta lejanía de todo, tanta desolación por la partida de nuestro amigo. Ya han pasado un par de semanas desde que ya no trajina más por sus amigos de calle… ¿Habrá otro que recoja su afán?

La acción de Juan Carlos nos cuestiona, nos remece, nos moviliza. Porque necesitamos personas como él, que hacen de cada día, de cada hora, de cada respiro, una causa por la vida de los demás, cuyo testimonio recuerda la esencia misma de Hogar de Cristo: ser como un fuego que enciende otros fuegos.