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La fiesta de un pueblo agradecido

Por Marcos Buvinic Domingo 28 de Agosto del 2022

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Una de los mayores signos de humanidad es el agradecimiento, porque ser agradecido es reconocer el bien que nos hacen otras personas, es sentirse acogido y acompañado por otros, es afirmar la necesidad que tenemos de los demás y comprometerse con quienes nos necesiten. Un pueblo agradecido es un pueblo que aprende de su propia historia a vivir unido y en paz. Además de todo eso, una observación elemental nos hace ver que quien vive agradecido vive contento, aun en medio de situaciones complejas o de los problemas que haya que enfrentar.

Esta experiencia de un pueblo agradecido es la que se renueva cada año, a fines de agosto, en la fiesta de Jesús Nazareno. En una sociedad plural, como la que vivimos, hay personas para quienes no les dice mucho -o quizás nada- este acontecimiento que a otros les marca la vida y que es un momento esperado, año tras año, en Caguach y en todo Chiloé, en Punta Arenas, en Puerto Natales, en Porvenir, en Puerto Montt, en Coyhaique, en Río Turbio, en Río Grande y en Río Gallegos, y en todos los rincones de la Patagonia donde han llegado los migrantes provenientes de Chiloé, portadores de la mayor herencia de su cultura, que es el cariño profundo y religioso a Jesús Nazareno.

Seguramente, hay personas que no conocen el origen de esta tradición tan propia del pueblo chilote y su cultura. Es una tradición cristiana que, por tanto, se remonta al mismo Señor Jesús y es transmitida por los Evangelios, la cual se asentó en Chiloé en 1778, cuando llegó la imagen de Jesús Nazareno a la isla de Caguach llevada por el misionero fray Hilario Martínez, haciendo la paz entre cinco pueblos que estaban seriamente enemistados (Caguach, Alao, Apiao, Tac y Chaulinec).

En el llamado “libro de fábrica” de la iglesia de Caguach se encuentra el acta firmada en mayo de 1778 por fray Hilario y los jefes de los cinco pueblos señalados, quienes se comprometen a convivir en paz y celebrar cada 30 de agosto la fiesta de Jesús Nazareno “hasta el fin de los siglos”, señala dicha acta.

Así, el pueblo chilote, su historia y su cultura se unen en torno a Jesús Nazareno y su Evangelio. Es la savia vital del alma de la cultura chilota marcada por la fe cristiana como un llamado permanente a la unidad, al perdón, a la inclusión y a saber convivir en medio de todas las diferencias que hay entre las personas. Es la fiesta de un pueblo agradecido de la presencia viva de Jesús Nazareno, y que renueva cada año el compromiso por un buen vivir, por vivir con respeto y en paz unos con otros.

El origen de la tradición de Jesús Nazareno en Chiloé es la búsqueda de algo que todos queremos: vivir en paz unos con otros, saber reconciliarse para convivir y trabajar en unidad. El mensaje de la fiesta de Jesús Nazareno es siempre actual, y particularmente en estos tiempos en que hay tensiones que polarizan la vida de nuestro pueblo acerca de aprobar o rechazar el proyecto de la nueva Constitución. La tradición religiosa del pueblo chilote nos hace presente en la fiesta de Jesús Nazareno que, vivir en respeto mutuo y en paz, es posible cuando se busca el bien común.

Esta es la matriz más honda de la cultura chilota, y es como uno de esos ríos subterráneos que, sin verse, llenan de vida todo lo que está en la superficie. En Punta Arenas, muchos nos sentimos muy agradecidos que los migrantes chilotes y sus descendientes compartan con nosotros esta herencia, invitándonos a ser un pueblo unido en torno a la persona del Señor Jesús Nazareno y su Evangelio.

Así, hoy domingo, 28 de agosto a las 14,30 hrs, se realizará, una vez más y con las normas sanitarias correspondientes, y luego de los recesos a causa de la pandemia, la procesión y manifestación pública de fe en Jesús Nazareno y su Evangelio, la que convoca a miles de cristianos que acompañan la imagen que representa al Nazareno, saliendo de su Santuario, en Avenida Circunvalación, y recorriendo las calles de nuestro populoso Barrio 18 de Septiembre, llenándolo de canciones y pasacalles con guitarras y acordeones, y con el ritmo de tambores y bombos.

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