Eliminación de reconocimiento a puntajes nacionales es valorado positivamente por estudiantes de cuarto medio

Tanto desde los tiempos de la Prueba de Aptitud Académica como de la Prueba de Selección Universitaria hasta la Prueba de Transición, los mejores puntajes eran distinguidos con un desayuno con las autoridades y premios varios. Hasta ahora, en que con la Prueba de Acceso a la Educación Superior, Paes, que debuta en noviembre, se terminará este reconocimiento y la medición de puntaje tendrá una escala que irá de los 100 a los 1.000 puntos.

Una medida con la que no está de acuerdo el director del Colegio Cruz del Sur, establecimiento que habitualmente instalaba estudiantes entre los puntajes nacionales. Nicky Radonich asegura que con decisiones de este tipo se “nivela hacia abajo”.

“Creo que siempre los estímulos y reconocimientos son positivos para la gente que se esfuerza y es perseverante en su trabajo. Sí creo que se ha hecho esto porque hay alumnos de un nivel socioeconómico de colegios particulares, que son los que más obtienen los puntajes y quieren reconocer que hay en otras instancias gente que merecería ser destacada. Yo creo que se debería añadir que estos alumnos, que están en otros contextos o en situación difícil de aprendizaje y logran buenos resultados, aunque no sean de puntajes nacionales, se pueda reconocer ese esfuerzo y trabajo. Pero quitar estímulos positivos a gente que se esfuerza me parece que no es el camino”, criticó el director del Colegio Cruz del Sur.

Los que darán la Paes

En el mismo establecimiento, Isidora Vila aprueba esta decisión, porque “no se harán tantas distinciones entre los colegios. Yo no me siento muy presionada en el sentido que el colegio me pida puntaje nacional. La mayoría de las veces los colegios privados son los que tienen puntajes nacionales entonces encuentro que no es malo que se elimine”. Francisca Fernández, en tanto, agregó que “la distinción entre colegios es bastante notoria, y aún va a haber un mismo reconocimiento en los mismos colegios. Yo he visto que no se ve de manera competitiva realmente”.

Para Clemente Yáñez, “encuentro que el país en general debe tomar el esfuerzo que han tenido los alumnos que han sacado puntajes nacional además del mismo colegio que los premia. Debe haber un reconocimiento a nivel nacional, pero igual comparto la idea de que existe una distinción entre privados y públicos”.

Opinión similar tiene Matías Pérez, para quien debe haber un reconocimiento a quien logra un puntaje nacional y no pase inadvertido su esfuerzo, “independiente si es privado, público o subvencionado. Es buena decisión, pero en todos como que se dan marcadas las diferencias que va a haber. Al final, la presión se la ejerce uno mismo”. Finalmente, Paulina Galindo se mostró de acuerdo “con que no habrá una diferencia marcada entre colegios públicos y privados, quizás no mencionando el colegio con el que sacó el puntaje. Pero considero que sí se debe reconocer a la persona que está sacando el puntaje nacional, porque se esforzó y debe ser reconocida a nivel nacional”.

Mientras tanto en el Liceo Juan Bautista Contardi, de los pocos establecimiento públicos que destaca con sus estudiantes en estas pruebas, Sebastián Zepeda indicó que “fue una buena decisión porque le abre más posibilidades a las personas que quizás no están tan preparadas después de la pandemia, como la prueba ha ido cambiando y no hay puntaje de corte y de cierre, se abren más posibilidades”. En tanto, Camilo Gómez reconoce que “es una ventaja para nuestra generación. La presión existe cuando uno quiere entrar a una carrera en específico y piden cierto puntaje, pero en este caso, con puntaje hasta mil, se hace más fácil. Ahora se podrá demostrar fácilmente que no se necesita de un colegio privado ni con privilegios para tener una carrera superior”.

Del cuarto C, Ximena Sepúlveda indicó que “me parece bien, porque hay mucha
desigualdad, como destacar a un colegio como el más glorioso les sube el ego y al resto les hace sentir mal. Quita presión, porque a veces los profesores dicen ‘tienen que esforzarse porque el colegio tiene años de estatus’ y eso genera presión, perjudica psicológicamente y puede ser peor a la hora de rendir la prueba”.

Finalmente, Aranza Burgos evaluó que “en cierta parte está bien, porque el reconocimiento que se hacía era más mediático, y al final tiene que ser más personal y familiar, no que sea gente externa la que reconozca esto, genera competencia y aumenta la segregación, ya sea de género o socioeconómica, porque siempre se ha visto en los puntajes nacionales y regionales. Hay una presión que viene desde hace tantos años que en cierta parte está bien eliminarlo, quita un peso a los que van a rendir la prueba”.

Para la orientadora del liceo Karina Cortés Barrientos, “es algo más para los medios de comunicación, nosotros vamos tras la expectativa de que todo estudiante esté preparado para dar una buena prueba. Que sean reconocidos no es algo que las instituciones hayamos salido a buscar, es la comunidad la que nos da el reconocimiento. Siento que la Paes es una prueba muy generosa en evitar el sesgo, tanto educativo, social y de género”.