Necrológicas

El día después

Por Emilio Boccazzi Campos Lunes 5 de Septiembre del 2022

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A esta hora Chile se pronuncia en las urnas. Imposible para quien escribe, poder saber que sucederá en materia electoral, unas cuantas horas más.

El País se encuentra profundamente dividido. Polarizado. Buenos y malos. Los rótulos de “comunistas” para quienes votaron apruebo y “fascistas” para quienes votaron rechazo, es una evidencia de ello. ¿Hay tantos comunistas y tantos fascistas en Chile? Claramente NO.

Este lenguaje polarizado, caricaturizado, etiquetado, habla de los prejuicios, de las desconfianzas que se han instalado, especialmente en estos años de estallido y pandemia, pero que es un fenómeno que se viene incubando desde la seguidilla de los gobiernos de Bachelet  y Piñera. Tendremos que aprender a vivir con la rotación futura de los Gobiernos. Y aprender a dialogar, debatir, consensuar, acordar.

Chile y los chilenos, quieren y requieren un Estado Social de Derechos. Por otro lado para que el Estado de Chile pueda otorgar esos derechos, requiere crecimiento, desarrollo económico y, a pesar de los matices y las diferencias, debe lograr la paz social, para hacer posibles y reales estos Derechos, transformados en bienes y servicios. Chile tiene un enorme déficit de viviendas. Más de 600.000 familias, es decir entre 2 y 3 millones de personas viven en condición paupérrimas, con profundo hacinamiento, allegados o, en críticas situaciones de arriendo, que les restan liquidez para afrontar una profunda crisis económica, con inflación y recesión en dupla. En esta materia el Gobierno se ha declarado en derrota al indicar que solo construirá 260.000 viviendas en su período , lo que significa que al terminar éste , tendremos un déficit de 340.000 viviendas + el crecimiento vegetativo de estos próximos 4 años , más el déficit que agrega la innúmera cantidad de migrantes que hemos recibido y que aún no está enrolado y agregado a éste deficit. Esto requiere una tarea de Unión Nacional. No hacerlo significa seguir perpetuando la injusticia y el maltrato. No basta, con que este escrito en letras de oro en la Constitución. Se debe construir.

Por otro lado, tenemos una educación empobrecida desde su origen, es decir profundamente segregada, lo que no ha sido revertido por ninguno de los últimos Gobiernos ni por el actual. Cuando digo empobrecida, digo una Educación para niños y jóvenes de familias acomodadas que corresponde a la Educación Particular, una educación intermedia o Particular Subvencionada con resultados diversos, para niños y jóvenes de clase media o emergente y finalmente una educación precaria para los niños y jóvenes de la educación pública. No existe ninguna yuxtaposición, intersección que permita “crecer”, “socializar en la diferencia” como la daba la antigua Educación Fiscal de Chile, antes del año 1981 donde los niños y jóvenes de Chile se educaban integrados. Es decir, este formato ha operado por 41 años en Chile, y puchas que ha provocado segregación, desconfianza, resentimiento y por cierto varios Chiles que se expresan en el día a día y han sido caldo de cultivo para la polarización.

En el caso de la previsión social, el asunto es que también el modelo ha operado los mismos 41 años que en materia educacional. Quienes tuvieron la “visión” y aguantaron las presiones de los años 80 y lograron jubilar por el Sistema Previsional del INP lo hicieron en condiciones justas y dignas, a diferencia de los miles y millones de chilenos que lo han hecho a través de las AFP. Jubilaciones dignas en el primer caso, contra jubilaciones abusivas, ladronas y que no han cumplido con las promesas que el sistema tuvo cuando se implementó en dictadura. Si agregamos variables, como las jubilaciones de los miembros de las Fuerzas Armadas, con pensiones varias veces por sobre la de cualquier trabajador(a) y que además agrega, el beneficio de jubilarse alrededor de los 50 años de edad, la cosa realmente es de una diferencia abismante con la realidad del chileno civil, asalariado y que debe trabajar la mayor cantidad de veces por sobre la edad tope, pues de lo contrario se entra a la pobreza. Si agregamos los sueldos que manejan las Empresas Públicas, como ENAP y CODELCO por nombrar solo a algunas, la diferencia que el mismo Estado de Chile da a sus distintos trabajadores es abismante.

De esto nada dice la Constitución que hemos votado. Seguirá operando una Educación Segregada si se produce el triunfo del Apruebo y seguirá habiendo distintos tratos por parte del Estado hacía sus distintos trabajadores. Si el resultado es un triunfo del rechazo, estas materias debieran discutirse y ampararse en un nuevo trato Social.

En cualquier modo, hoy Chile deberá agregar más diálogo, menos intransigencia, menos mesianismo de sus Autoridades, mayor apertura. Una actitud constructiva de la oposición. En cualquier resultado, el Gobierno tiene y tendrá un papel preponderante en acoger, en moderar, en implementar adecuadamente, en respetar a las mayorías y también a las minorías. En cualquier forma, lograr Gobernar y dar espacio a todos y todas. Y volver a crecer, pues de otra forma los derechos sociales incorporados en la Constitución serán un espejismo y una ilusión que no llegará a hacerse carne. Humildad en el triunfo y grandeza en el caso de triunfar el Apruebo y fuerza y resiliencia, apertura y actitud de Estado de triunfar el Rechazo. Buena y hermosa tarea para volver a unir a Chile, esa es la principal tarea.

 

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