Universidad de Magallanes participó en crucero científico del Shoa
- Un representante de la Facultad de Ciencias se embarcó durante un mes para participar de la expedición oceanográfica “Cimar 26 Islas Oceánicas” de la Armada de Chile, junto a otros 17 investigadores de universidades nacionales.
Las comunidades planctónicas son conjuntos microscópicos de organismos acuáticos vivos, cuya capacidad natatoria es sobrepasada por la dinámica de las corrientes marinas. Viajan y se dispersan a su merced, proporcionando señales sensibles y cuantificables acerca de cómo las especies animales (zooplancton), vegetales (fitoplancton) y otros microorganismos han evolucionado ante el entorno cambiante de los océanos y cómo pueden responder ante las alteraciones ambientales de origen antrópico.
Dentro de estas comunidades planctónicas se encuentra el neuston o también llamada capa neustónica. El neuston representa aquella componente que habita en el primer metro de profundidad de todos los océanos, es decir, en el manto más superficial del mar. Su ubicación espacial es clave para la ciencia, ya que integra los cambios experimentados por la atmósfera y los océanos en forma simultánea, por lo tanto, permite acceder a información respecto de cómo la naturaleza está adaptándose a los cambios climáticos actuales. A través de ella ingresan los contaminantes, se recibe la luz solar vital para los procesos de fotosíntesis, se genera la materia orgánica que sostiene a los requerimientos alimentarios de las comunidades pelágicas como de los fondos marinos y alberga una biodiversidad hasta ahora desconocida.
A gran escala desde el continente
Con el objetivo de avanzar en esta investigación y abarcar así el estudio de una porción más extensa de la costa de Chile, el académico, biólogo marino, oceanógrafo y Gestor Ambiental del Departamento de Ciencias y Recursos Naturales de la Universidad de Magallanes (Umag), Juan Iván Cañete, postuló y se adjudicó por parte del Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada (Shoa), un cupo como investigador en el crucero científico Cimar 26 Islas Oceánicas, cuyo objetivo es desarrollar estudios oceanográficos en zonas remotas de importancia económica para el país como en zonas de alto valor para la conservación marina tales como los parque marinos establecidos recientemente que incluye las Islas Salas y Gómez (Motu Motiro Hiva) y un área marina protegida de múltiples usos como lo es Rapa Nui. Durante todo el crucero se recorrieron aproximadamente 8.000 km.
De esta forma, entre el 13 de junio y el 14 de julio pasado, Cañete se sumó a otros 17 científicos pertenecientes a las universidades de Chile, Mayor, de Valparaíso, Católica de Valparaíso, Católica de la Santísima Concepción y Católica del Norte, y a la Fundación Oceana. La travesía comenzó en Valparaíso, a bordo del buque AGS 61 Cabo de Hornos, y comprendió una macro-escala espacial de más de 1.000 km., extendida entre la continental ciudad de Caldera y la isla de Rapa Nui, e incluyendo los montes submarinos de la Cordillera de Nazca y las Islas Salas y Gómez.
Según el profesor Cañete, la campaña ofreció una oportunidad única para conocer, por primera vez en Chile, las comunidades neustónicas de Rapa Nui y Salas & Gómez, así como una fracción de las que habitan la ecorregión Humboldtiana, en el sector suroriental del Océano Pacífico. Uno de sus objetivos de su proyecto fue determinar las condiciones oceanográficas de la capa superficial del mar, en el tramo que va desde la costa del norte de Chile hacia Rapa Nui, a fin de determinar si las diferencias en temperatura, salinidad y contenido de nutrientes como oxígeno disuelto generan diferentes comunidades neustónicas, si en esta capa se desarrollan huevos o larvas de animales de importancia comercial.
“Esto es lo que se pretende demostrar con esta investigación que tuvo la suerte de desarrollarse bajo condiciones propias de proceso océano-climático llamado “La Niña”, la que predomina con aguas de baja temperatura a lo largo del sistema Ecuatorial actualmente. Esta línea de base informativa sobre el neuston durante “La Niña” permitirá a futuro comparar cómo cambian este tipo de comunidades durante períodos cálidos afectados por “El Niño”, explicó Cañete.
Estudio comparativo
El estudio del docente busca identificar las diferencias que posee la comunidad neustónica del sistema de canales y fiordos extendidos entre la Boca del Guafo y la Isla Navarino, zona austral de Chile, con aquellas provenientes del norte de Chile. Los estudios del neuston austral se han desarrollado a través de los cruceros CIMAR 16 (2010), 18 (2012), 20 (2014) y 25 (2019) fiordos por el grupo de investigadores del Laboratorio de Oceanografía Biológica Austral (LOBA), perteneciente a la Universidad de Magallanes. Con esta información se espera acrecentar el conocimiento sobre los niveles de biodiversidad que sostienen las capas superficiales en zonas oligotróficas del Océano Pacífico (también conocido como el Giro del Pacífico Sur) en comparación al gran estuario de la zona austral de Chile.
En esta última oportunidad, se recolectaron escasas larvas superficiales de la langosta de Rapa Nui y Salas y Gómez Panulirus pascuensis, huevos y larvas de peces en dos áreas marinas protegidas: la AMCP-MU Rapa Nui y el Parque Marino Motu Motiro Hiva, además se corroboró que la fauna bentónica de estas localidades insulares al igual que en la zona austral de Chile desarrolla migraciones reproductivas nocturnas a la superficie del mar en zonas insulares tropicales formando parte de lo que se conoce como fauna emergente.
Los resultados ayudarán a la conservación y para analizar escenarios de cambio climático sobre el sistema pelágico subtropical superficial del norte de Chile, y en particular en los parques marinos y los recursos hidrobiológicos que sostienen. Adicionalmente, se espera responder a los requerimientos de información ambiental y biótica del Plan Oceanográfico Nacional 2021-2030 propuesto por el Comité Oceanográfico Nacional (CONA) para incrementar el conocimiento de estas nuevas áreas marinas protegidas oceánicas y para proteger y conservar los recursos bióticos de esta zona del mar de Chile.
Una realidad
flotante y por capas
El investigador de la Universidad de Magallanes explica que la evidencia oceanográfica previa en esta zona, muestra una capa de Agua Subtropical Superficial (ATS) que se encuentra entre Rapa Nui y hasta casi a 500 km de la costa de Chile. Bajo ella y a mayor profundidad -por ser más fría y densa- se observa otra capa de agua proveniente del sur de Chile conocida como Agua Subantártica Superficial (ASSA). Esta se despliega en forma de lengua y está ubicada entre 200 y 300 metros de profundidad desde la superficie, extendiéndose hacia mar abierto hasta 2.000 kilómetros costa afuera (una distancia equivalente entre Concepción y la Isla Navarino).
Además, añade el académico, bajo ambas masas se detectó la presencia de otra capa llamada Agua Ecuatorial Subsuperficial (AESS), caracterizada por alta salinidad, baja temperatura, alta densidad, alto contenido de nutrientes y muy bajo contenido de oxígeno, que se traslada desde la costa del Perú hasta el sur de la Isla de Chiloé, y es preponderante para el desarrollo de la pesquería pelágica industrial y artesanal en el norte y sur de Chile.
“Las AESS es una capa de agua muy importante frente a la costa de Chile porque provee el flujo ascendente de agua profunda que transporta los nutrientes hacia la superficie a través de un proceso oceanográfico llamado “surgencia costera o afloramiento costero”. Este proceso es responsable de fertilizar las capas superficiales durante períodos activos de vientos provenientes del sur-suroeste, permitiendo que Chile y Perú lideren los desembarques mundiales de peces pelágicos destinados a la industria de la harina de pescado. Las tres capas forman parte del denominado Sistema de Corriente de Humboldt o Sistemas de Corriente de Borde Oriental”, precisó.
En ese sentido, Cañete informó que se desconoce cómo este patrón de zonación en el sistema de masas de aguas superficiales frente al norte de Chile puede afectar la biodiversidad y la estructura comunitaria del neuston, ya que es un aspecto que no ha sido estudiado en esta zona del país. Señaló que estudios previos han detectado notorios ensambles de los organismos marinos conocidos como “sifonóforos epipelágicos” con una biodiversidad total de 31 especies, las cuales se dividen según las masas de aguas superficiales.