Necrológicas

A cumplir la palabra

Por Javiera Morales Alvarado Domingo 11 de Septiembre del 2022

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Javiera Morales Alvarado
diputada por Magallanes

Nadie podría desconocer que el plebiscito del domingo pasado fue una derrota. Los resultados son categóricos y demuestran que la propuesta constitucional no le hizo sentido a la gran mayoría de chilenos y chilenas. La diferencia de votos fue considerable, por lo que las razones detrás de la derrota del Apruebo son diversas. A una semana de las elecciones ya contamos con diversos análisis que la explican; entre otras razones, el desempeño de la Convención Constitucional, problemas de comunicación, los desafíos del voto obligatorio, la efectividad de las campañas y la complejidad del texto. Sin duda que pasaremos décadas reflexionando sobre estos resultados, lo que es necesario para aprender de este proceso, por el bien de Chile.

Y es que el rechazo de la propuesta nos deja en un momento institucional muy complejo como país. En el Plebiscito de entrada claramente se manifestó el anhelo del pueblo de Chile por contar con una nueva Constitución escrita por un órgano electo para ello. Dado que la propuesta de la Convención no hizo sentido, hoy no tenemos un camino a seguir en este plano constitucional. Ese es un punto importante que recalcar. El camino constitucional hoy no tiene un camino certero por dónde transitar, pero ello en ningún caso impide seguir avanzando en políticas públicas que se hagan cargo de las urgencias en materia de seguridad, crisis inflacionaria mundial, déficit de vivienda, mejoramiento de las pensiones, etc.      

Me llama la atención, por tanto, escuchar voces que interpretan los resultados del plebiscito aseverando que el pueblo chileno ya no quiere cambios, que lo del domingo pasado es una defensa ciudadana del statu quo y que el proyecto político de transformar Chile en un Estado social y democrático de derecho, con derechos sociales fortalecidos y con menor desigualdad está muerto. Esa lectura, irresponsablemente oportunista, no considera que se hizo campaña por el Rechazo comprometiendo la continuidad del proceso, con figuras de todo el espectro político y rescatando justo esos aspectos de la propuesta constitucional.

Los votos del Rechazo no son de apoyo al Estado subsidiario. Por eso urge seguir trabajando para recaudar más fondos públicos, a través de la Reforma Tributaria, para mejorar las pensiones, la educación y la salud de los chilenos y chilenas. Esas urgencias no se han ido y no dependen del proceso constitucional. Tratar de silenciarlas ha sido parte del error de las últimas décadas. 

Contar con una Constitución hecha en democracia y que cuente con un apoyo transversal de la ciudadanía es una urgencia que trasciende un periodo de gobierno. No es posible pensar en un país sin conflictividad social y estable, sin un pacto social firme. Por eso es tiempo que los sectores del Rechazo cumplan su palabra. Un nuevo acuerdo para una nueva Constitución requiere mucho diálogo de todas y todos los actores políticos. Y el diálogo necesita que se cumplan los compromisos, y eso se está cuestionando los últimos días al poner en duda la continuidad del proceso. Muchas vocerías del Rechazo se comprometieron con una Convención Constitucional electa, paritaria, y en que la participación de los independientes y de los pueblos originarios se diseñaría de una mejor manera. Es momento de cumplir.