Necrológicas

Diez hábitos que se adoptaron durante la pandemia y que podrían perdurar

Domingo 25 de Septiembre del 2022

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Por más de 900 días los chilenos -así como gran parte de la población mundial- se tuvieron que adaptar de golpe a una serie de nuevas rutinas en las distintas áreas de la vida, debido a la irrupción de la pandemia del Covid-19. 

Desde comenzar a hacer todo de manera remota –trabajo, clases telemáticas, compras online, reuniones virtuales y replicar la cena de un restorán con el delivery-, hasta modificar los horarios para dormir, para hacer ejercicio o para las reuniones sociales, además de incorporar una batería de implementos y medidas sanitarias que pasaron a ser parte de la cotidianidad. 

Esta semana las autoridades anunciaron que, a partir del 1 de octubre, se pondrá fin a la mayoría de las restricciones sanitarias en el país -incluido la mascarilla obligatoria, los aforos y la exigencia del Pase de Movilidad–. Esto marca un profundo cambio con la forma en que nos habíamos desenvuelto hasta ahora y deja atrás la fase más dura de la pandemia. 

Sin embargo, algunos de los hábitos y costumbres que adquirimos durante este particular periodo de la historia y de nuestras vidas podrían mantenerse en nuestro día a día. ¿Cuáles?

El investigador de la Universidad Estatal de O’Higgins y doctorado (c) en Sociología, Eolo Díaz-Tendero, afirma que esto podría ocurrir al menos con dos fenómenos que han sido especialmente “significativos” durante la pandemia: el teletrabajo y el comercio electrónico. 

Dice que si bien ambas dinámicas eran incipientes antes de que se declarara la emergencia sanitaria, “la percepción de riesgo que generó la pandemia implicó conductas adaptativas generalizadas que llevaron a que esos embriones de cambio se potenciaran”. “La percepción de riesgo significó que esos procesos adaptativos fueran acelerados y que no fuesen voluntarios (…) el fenómeno que se produce con la pandemia es que obligó a la adaptación y al cambio, cosa que en una circunstancia de normalidad se hubiese demorado mucho más tiempo”, explica. 

“El teletrabajo y el comercio electrónico se van a quedar; el comercio electrónico con mucha más fuerza, porque se ha ido adaptando y generando mayores soluciones prácticas y tecnológicas; en el ámbito del teletrabajo, eso implica mayores regulaciones, por lo tanto, va a quedar, pero no con la misma profundidad que tuvo en la pandemia”, señala.

“La pandemia valió la pena
si al menos aprendimos
a lavarnos las manos” 

En el ámbito sanitario, la Dra. Claudia Cortés, infectóloga de la Clínica Santa María y la Universidad de Chile, sostiene que “el hábito que debiera perdurar es el lavado de manos”. “Sin duda esta pandemia valió la pena, todo lo que hemos sufrido, si al menos aprendimos a lavarnos las manos cada vez que llegamos a la casa; una segunda medida es el alcohol gel, pero el lavado de manos es un hábito que debiéramos incorporar siempre”, subraya. 

Dice que el uso de la mascarilla es otro elemento que “sería bastante bueno incorporar, cuando estemos con síntomas respiratorios o de resfrío”. Explica que “eso ocurrió, hace muchos años, después de los primeros brotes de Sars en Asia, y desde ahí que algunas culturas, en Corea principalmente, utilizan mascarilla en forma bastante habitual”. “Esa fue una de las cosas que se ganó en pandemias o en epidemias anteriores y que sería bueno incorporarlo ahora”, afirma. 

A juicio del Dr. César Bustos, infectólogo de Clínica Universidad de los Andes, “los únicos hábitos que van a perdurar son los que han calado profundamente en cada uno”. Dice que “sería ideal pensar que ahora las personas se van a lavar las manos frecuentemente, que van a ser conscientes de cuando están resfriados usar una mascarilla, someterse a una prueba de detección cuando tengan algún tipo de patología viral, pero esto dependerá de cuán profundo ha calado todo lo que hemos tenido que pasar estos casi tres años”. 

“Con el tiempo lo que habitualmente ocurre es que el subconsciente tiende a ir suavizando los recuerdos negativos; ojalá que las medidas de seguridad personal, que tienen implicancia directa sobre la salud de otras personas, perduren lo más posible y sea enseñada a los chicos, para que vaya pasando a otra generación”, apunta.

Emol

Comprar todo online o con delivery: también era algo que antes se hacía, pero con la llegada de pandemia y el cierre de prácticamente todo el comercio, las compras online o con delivery se extendieron a todo tipo de artículos. Desde ropa hasta el supermercado, la farmacia y la comida del restorán. 

Marcar los vasos con el nombre: cuando se comenzaron a retomar las reuniones sociales durante la pandemia, con aforos reducidos, algunas personas optaron por consumir los bebestibles en formato individual. Una alternativa fue marcar los vasos con el nombre de la persona o con algún distintivo para no confundirlos durante la fiesta o reunión. Esto también resulta práctico y útil en circunstancias normales.

Usar la mascarilla en caso de resfrío: sin duda la medida más emblemática de la pandemia fue la mascarilla, para evitar contagiarse con el virus Sars-CoV-2. Esto también podría mantenerse, pero ahora usándola al tener síntomas de resfrío, para no contagiar a otros. Como señala la infectóloga Claudia Cortés, así ocurrió en países como Corea tras las epidemias de Sars registradas años atrás en Asia.

Reuniones virtuales: también la tecnología permitió que durante la pandemia se normalizaran las reuniones y encuentros virtuales de toda índole: laborales, familiares, con amigos. Incluso algunos colegios han mantenido hasta ahora las reuniones de apoderados y las entrevistas con el profesor en formato virtual, ya que se adapta mejor a los tiempos de trabajo de los padres.

Teletrabajo: una de las primeras medidas que se implementó al comenzar la pandemia fue el trabajo remoto, para evitar contagios y porque la tecnología lo permitía. Si bien en muchos rubros esto no fue posible o apenas pudieron prefirieron volver a la presencialidad, hay algunas áreas en que tanto empleadores como empleados hallaron beneficios en el teletrabajo y esto podría mantenerse.

Sacarse los zapatos al llegar a casa: este fue otro hábito que se adquirió en los distintos hogares durante este tiempo. En la época más dura de la pandemia incluso se dejaban afuera de la casa o el departamento y solo se volvían a poner al volver a salir. Algunos hasta instalaron repisas cerca de la puerta para dejar los zapatos. Esta costumbre también podría quedarse en algunos hogares, tal como ocurre en algunos países nórdicos.

Juntarse más temprano: las cuarentenas y el toque de queda durante la pandemia llevaron a que las reuniones presenciales con amigos se realizaran más temprano, y muchos eventos como matrimonios se hicieran en el día. Esto también ha sido bien valorado por quienes han visto el beneficio de llegar a su casa más temprano después de una reunión social.

No saludar de beso: el saludo de beso en la cara, tan arraigado en nuestra cultura, también se debió dejar de lado durante la pandemia, pues suponía un alto riesgo de contagio. Así, se pusieron de moda saludos alternativos, como los de puño o de codo. Algunas personas se podrían sentir más cómodas sin tener que saludar de beso y aprovechar este momento para mantener esa costumbre.

Lavarse las manos: esta medida de prevención también fue una de las más repetidas durante la emergencia sanitaria y puede incorporarse como un hábito que perdure después de la pandemia, junto con el uso cotidiano del alcohol gel al regresar de lugares públicos o concurridos.

No más cartas físicas en los restoranes: para tener el menor contacto posible con objetos que pudieran ser foco de contagio durante la pandemia, las cartas de los locales de comida fueron reemplazadas por menús con código QR, que cada persona escanea desde su celular. Este formato tiene varias ventajas, como que el menú ya está disponible en la mesa y el cliente no tiene que pedirlo, y que no es necesario compartir una carta, sino que cada uno lo puede ver en su celular, así que no habría razón para que se modifique.