De hacer noticia por ser mamá de trillizas a convertirse en destacada voluntaria de la Bomba Alemana
- Dos de sus hijas, Valeria Scarlett y Vania Belén se desempeñan en la misma compañía, mientras que las trillizas son operadoras. Fue la primera mujer bombero en ingresar a un directorio general bajo el cargo de pro secretaria general del Cuerpo de Bomberos.
La historia de Karen de las Nieves Vidal Miranda ha estado marcada por el servicio en el Cuerpo de Bomberos, aunque ingresó en 2009 a la Tercera Compañía Bomba Alemana, aunque ya en 1994 había ingresado a la Central de Alarmas. No tenía antecedentes familiares ni nadie que la impulsara. Nacida el 9 de abril de 1970, estudió en la Escuela Portugal y la media en el Liceo Sara Braun, desde donde egresó en 1988. Su padre fue Carlos Vidal Raniele, ex carabinero y posterior pescador artesanal, fallecido en 1984, y Olga Miranda Aguila, dueña de casa. Además, tuvo una hermana, Judith, quien murió en 2013. Un dolor que mantiene hasta hoy.
En 1991 fue portada de La Prensa Austral a dar a luz a trillizas: Carla, Carolina y Camila, las que curiosamente, actualmente son operadoras. Carla en radio taxi Blanchard, Camila en radio taxi Los Andes y Carolina, en el Centro Regulador del Samu, y quien le dio su, hasta ahora, único nieto: Ian Daniel, de 3 años.
Pero Karen Vidal tiene dos hijas más. Valeria Scarlett y Vania Belén, con quienes convive en la Bomba Alemana, donde también se desempeña su pareja, Francisco Reyes Oyarzún. El 23 de octubre, la orgullosa madre verá a Valeria Scarlett recibir, en la Plaza de Armas, el premio por cinco años de servicio. Vania Belén, en tanto, recién completa seis meses en la bomba.
Como ya se mencionó, Karen Vidal inició su carrera en Bomberos en la Central de Alarmas, en 1994, donde permaneció quince años. “Ahí comencé a conocer el mundo de los bomberos y es fascinante. Por un aviso en el diario que se necesitaba operadora para la central y como estaba criando a mis trillizas y quería trabajar, postulé y quedé entre 44 mujeres, junto a otras cuatro. Hasta hoy estoy en la Central, porque hago el reemplazo cuando las chicas salen con vacaciones o piden permiso”.
Sin embargo, esa labor de operadora no fue suficiente para ella, porque con el tiempo fue absorbiendo esa mística que rodea a la institución. Postuló a la Bomba Alemana, donde comenzó a trabajar junto a su marido, que ya es bombero honorario y este año recibirá el premio por 29 años de servicio pero con una laguna de 7 años mientras fue cuartelero.
Su primera emergencia quedó para siempre en su memoria. “Fue un quincho en la ruta norte, salí sola con el conductor y tuve que aperrar sola. Pero salió todo bien”. No siempre sucede eso y la tragedia está mucho más presente. “Mi personalidad me acompaña mucho, tengo pasta, me sé disociar: termina la emergencia, me voy a mi casa y mi vida continúa, no me puedo quedar en la emergencia. Ha habido casos puntuales sí, en que me he quedado pegada con algo, creo que tres veces. Una vez en la central, otra como perito y la última fue no hace mucho, en que llegas a la casa y le haces el seguimiento a la noticia y eso no se puede hacer. Aunque por muchos años de servicio que uno tenga, ha habido emergencias en que hemos llegado al cuartel y hemos llorado todos”, confesó.
Otro incendio que recuerda por su complejidad fue el del Pesca y Caza (15 de septiembre de 2011). “Puede haber sido porque llevaba poco tiempo, porque cuando tienes más estudios y capacitaciones, te sientes más seguro, aunque nunca hay que confiarse. Tuve miedo esa vez, pero la gracia es superarlo y trabajar con él, y vencerlo, enfrentarlo”.
Sin embargo, el fallecimiento en un incendio de una querida vecina, ocurrido el 24 de diciembre del año pasado. “Esa fue otra cosa. Por mucha capacitación que tengas, por mucho que sepas, tú con tu equipo estructural, de respiración autónoma, con tu carro y material, puedes hacer maravillas, pero con tu ropa de calle, nada. En una casa habitación que está con un fuego multicompartimental en fase libre, como fue este caso, hubo sobre 800 grados de temperatura, pero cuando llegué, pudieron haber habido 400-500 grados y si yo hubiera estado equipada, podría haber hecho algo. Era un incendio ventilado, de puerta abierta y se notaba por las características del humo y la temperatura, porque me quise acercar y no pude. No había nada que hacer. Hasta que una de las vecinas dijo que la Maggy estaba dentro”, lamentó.
Capacitaciones
Karen Vidal es licenciada de Ciencias Criminales, bombera profesional, rescatista vehicular, diplomada en Investigación de Incendios, instructora de la Academia Nacional de Bomberos y actualmente está a cargo de la Brigada Juvenil de la Compañía, se capacitó en lengua de señas con perspectiva en emergencias y además, estudia el idioma alemán, ya que reconoce que le encanta estudiar.
Todo esto independiente de todo lo que tuvo que aprender, porque como recordó, “la malla de incendios tiene siete cursos, la operativa 7-8 más, la profesional cuatro o cinco y de ahí vienen las especialidades”.
En la institución ha ocupado diversos cargos. Secretaria, pro ayudante, ayudante y teniente. Además, fue la primera mujer bombero en ingresar a un Directorio General bajo el cargo de pro secretaria general del Cuerpo de Bomberos, fue integrante de la primera Guardia Nocturna femenina en su compañía, labor que mantiene hasta la actualidad. También fue la primera mujer con un cargo de teniente en una Bomba Alemana, representó a Bomberos de Chile en el Tercer Congreso de Mujeres Bombero en San José de Costa Rica y formó parte de la Comisión de Género de Bomberos de Chile.
Vidal fue rompiendo esquemas en una institución en que la mayoría son hombres. “En general, ha sido históricamente patriarcal entonces costó mucho abrir caminos. Hoy en día ya no. Todas las que hemos ingresado hemos abierto alguna puerta para seguir avanzando. Punta Arenas fue una de las ciudades precursoras en recibir mujeres en sus cuerpos de bomberos. En mi compañía somos nueve bomberas”, destacó.
Rescates
Karen Vidal se especializó en rescate vehicular, un anhelo de la compañía, y tras una ardua tarea de tres años de capacitación con el apoyo de la Primera Compañía, que llevan treinta años de trabajo. “Llevamos cinco años y hemos ido a muchas emergencias, porque por este lado reinan. El peak es Mardones con Claudio Bustos, Mardones-Zenteno. Somos quince que estamos capacitados en rescate vehicular que tenemos el curso de Extricación 1”.
Reconoce que es agotador participar en tantas emergencias de rescate vehicular, al punto que en una noche tuvo que acudir a cinco accidentes. Y a pesar de las circunstancias desagradables que se puedan presentar, enfatiza que ellos están para servir y rescatar.
Otra dificultad es el difícil acceso a algunas emergencias, en sectores periféricos y en poblaciones en que la gente deja sus autos estacionados. “Cardenal Silva Henríquez, Mardones alto, Ríos Patagónicos, Alfredo Lorca, Aves Australes, donde hay autos estacionados por lado y lado, entonces el carro queda en la esquina y se demora el despliegue de material”.
La relación con sus hijas
Sus tres primeras hijas tuvieron un pequeño acercamiento a la institución, pero finalmente se dedicaron a ser operadoras en otras áreas. Pero en el caso de Valeria, “a los 8 años comenzó a insistirme en que quería ser bombera, y estuvo en la Brigada Juvenil diez años. Estaba decidida, cuando tenía 10-12-13 años la invitaban a un cumpleaños y decía que no podía porque tenía brigada. Con Vania fue diferente, porque fue la segunda que ingresaba y le fui estirando el chicle. Hasta que cuando iba a tener 17, su papá me dijo ‘oye le va quedando un año para estar en la brigada’, y comenzó a hacer sus cursos y la malla inicial ya la tiene lista. Trabajan bien las dos, son buenas bomberas, no lo digo porque sean mis hijas”, comentó.
Como tienen el sistema bomberil lo tienen incorporado, saben como actuar, y han participado las tres en alguna emergencia, lo que para Karen Vidal, “es horrible, porque cuando la Valeria pasó a bombera, fue horrible para mí, porque sé a lo que va. Una cosa es que lo haga yo y otra que lo haga mi hija. Fui viendo como trabajaba y ya no me preocupa, pero la Vania va por el mismo camino y también trabaja bien. Pero la partida me costó”.
Actualmente, Karen Vidal se siente realizada en su labor por lo que no establece plazos para retirarse. “No está dentro de mis planes. Y cuando por distintas circunstancias no puedes ir a un llamado, te quedas pensando. Pero jamás me he cuestionado ni he pensado tomar un descanso”. Solamente se desconecta cuando atiende su almacén y cuando regalonea con su nieto.




