“Cumplí mi objetivo de ser finalista en los Juegos Odesur”
El judo magallánico sigue cosechando los frutos de un exitoso trabajo formativo que ya suma décadas y que, a cada tanto, es motivo de satisfacción y orgullo para el deporte regional.
Esta vez el portador de alegrías es Jorge Pérez Alvarez, un esforzado y talentoso joven de 23 años que viene de lograr medalla de plata el pasado 12 de octubre en los Juegos Sudamericanos (Odesur) efectuados en Asunción.
Un logro con matices variados que este magallánico de tomo y lomo disfruta al máximo con la satisfacción del objetivo cumplido.
Tras quemar la etapa formativa (ver “Primeras llaves”), en 2016 decidió radicarse en Santiago. “Me seleccionaron de la Federación y me vine a vivir solo con 16 años recién cumplidos a la residencia del Car”, relata Jorge desde la capital. A esa altura ya comenzaba a cimentar su condición de multicampeón nacional escolar y federado en las diversas categorías, incluso a nivel adulto ese mismo año.
“Hoy día ya vivo aparte gracias al apoyo del gobernador (Jorge Flies), en un hostal que pude conseguir. Me cocino todos los días, hago el desayuno, la once, la cena, todas las colaciones, y estudio preparación física en el Santo Tomás. Estoy en segundo año y me queda medio para terminar”.
BOLIVARIANOS
Su categoría actual es -81 kilos (estatura 1,70) y en junio pasado logró subir al podio en los Juegos Bolivarianos de Valledupar (Colombia), donde logró medalla de bronce.
“Como cuatro días antes de viajar me lesioné una muñeca y no sabía lo que tenía, pero la mano estaba ‘apretada’. Resulta que a estos mega eventos viajan doctores, ‘kines’, equipos completos, entonces me revisaron y tenía una rotura de ligamento. Me plantearon que no podía competir, pero yo me negué y les dije que quería ‘ir a la guerra’. Al final gané medalla”.
Fue un logro muy destacado en medio de una lesión complicada, la tercera de su carrera y que lo llevaría otra vez al quirófano (en noviembre de 2018 entró por un tobillo y en mayo de 2019 tuvo una operación de rodilla). “Al final, dos semanas después de llegar desde Colombia me operé”, añade Jorge.
LOS ODESUR
La idea era recuperarse a tiempo para participar en los Juegos Odesur de Asunción. “Hubo un Nacional selectivo en julio, pero no pude participar porque estaba operado. Tuve que hacer una carta a la Federación solicitando que guarden mi cupo porque yo estaba con un proyecto de mi región que me había aprobado el gobernador. Expliqué, por ejemplo, que estaba recuperándome y entrenando cien por ciento para ir; que yo cumplía con la mayor asistencia de la selección y que en las evaluaciones físicas era el mejor, así que finalmente tuve el apoyo del directorio”.
Raya para la suma, el 12 de octubre pasado Jorge Pérez se colgó la medalla de plata en los Odesur tras perder frente a un judoka argentino. “En verdad, yo mismo me puse las expectativas. En la carta que envié a la Federación puse que no soy una botella de plástico, que no soy desechable y que iba a dar la vida por ser finalista. Por eso fue muy emocionante llegar a esa final, porque me acordé de todo lo que tuve que pasar, de todo lo que se dijo; hubo comentarios que me llegaban (por asistir a los Juegos sin haber participado en el clasificatorio), pero respondí, cumplí con mi palabra. Eso fue lo más difícil: la presión que me autoimpuse para lograr mi objetivo de ser finalista en los Odesur”.
PARIS 2024
El gran rendimiento de Jorge sigue dando réditos deportivos, pues la dupla técnica nacional integrada por Juan Herrera y Fernando Salazar (también puntarenense) lo tiene en carpeta para buscar la clasificación a los Juegos Olímpicos de París 2024.
“Gracias a ese resultado en Asunción entré al grupo olímpico. No es que ya esté clasificado para París, sino que hay un grupo que empieza a hacer una carrera para sumar puntos e intentar clasificar a los Juegos Olímpicos. Es un grupo cerrado, selecto, que comienza a buscar su camino a los Juegos”, explica Jorge, quien ahora espera los resultados de una resonancia magnética a la muñeca operada para saber si mantiene el ritmo de trabajo o es necesario dosificar apuntando a la ruta preolímpica que iniciará el próximo año.
GRAN APOYO
A la hora de los agradecimientos, Jorge no quiere olvidar nombres y ensaya una disculpa de antemano frente a alguna omisión involuntaria.
“Quiero agradecer públicamente el apoyo del gobierno regional encabezado por don Jorge Flies; a don Antonio (Ríspoli) y a todos los consejeros y consejeras que apoyaron mi proyecto y confiaron en mí. Me costearon un campus de entrenamiento, fue un mes y medio en Valencia (España) y otro mes y medio en Santiago. También me apoyaron para ir a Campeonatos Nacionales”.
“Este camino a los Juegos Olímpicos es largo y espero seguir teniendo su apoyo porque es un trabajo muy difícil y lo asumo con mucha responsabilidad”, complementa el judoka magallánico.
¡GRACIAS TOTALES!
Jorge Pérez valora en total dimensión la ayuda recibida desde todos los sectores. “En su momento vendí hasta mi traje de judo. Fue cuando me operé la rodilla y caí en depresión, regalé cosas, otras las boté, así que doy gracias a YPF, porque les envié un correo preguntando si me podían apoyar para volver a tener implementación y me ayudaron. Le agradezco a ellos, a las Pymes de Punta Arenas que me respaldaron cuando organicé una rifa; a Herbolaria Isis, que me ayudó con suplementación deportiva, fue harto, como 170 mil pesos mensuales”.
“Agradezco a las señoras que están en las oficinas de la gobernación, porque hubo días que necesitaba plata urgente y ellas hicieron las cosas muy rápido; gracias al club Yama Harashi; a los medios de comunicación; al ‘profe’ Francisco Maldonado, quien me prestó a puerta cerrada su gimnasio en pandemia cuando no se podía entrenar. Me dijo: ‘toma acá está la llave, ven cuando ‘querai’ y cierra’… Todos me ayudaron mucho, gracias a mi región entera”.
Al cierre Jorge valora de manera especial el respaldo incondicional de su familia: “Gracias a mi mamá, Paola; papá Jorge; mis hermanos, hermanas, mis dos abuelitas que están allá; tíos, tías, a todos los que me han apoyado y me tiran buena vibra. Está difícil ir… Ojalá pueda visitarlos en diciembre”.
PRIMERAS “LLAVES”
Jorge Pérez cursó la enseñanza básica hasta séptimo en la Escuela 18 de Septiembre. “Después hice octavo y primero medio en el Liceo Luis Alberto Barrera y parte de segundo en el Insuco”.
Terminó la enseñanza media en Santiago, donde se radicó el año 2016 para proyectar su carrera deportiva. “Soy de la ’18, del sector Eusebio Lillo, y empecé en el judo como a los 7 años en la Escuela 18 de Septiembre. Ahí hacía clases Adriana Chiguay y yo quería aprender porque me peleaba mucho con mis hermanos mayores”, agrega entre risas.
Cuando bordeaba los 13 años se sumó a las filas del club Yama Harashi, donde lo dirigió la sensei Sandra Moreno. “Yo era muy gordo y pasé por todas las categorías del judo. Entonces decidí hacer preparación física con el ‘profe’ Fabián Pérez. Lo que pasa es que lograba lugares, pero no podía salir primero. Empecé a trotar media hora antes en la pista del Fiscal y después me iba a entrenar. Así, poco a poco, empecé a ganar Nacionales y llegaron los llamados para participar en las concentraciones”, apunta Jorge, resaltando que “varios viajes fueron costeados con mucho esfuerzo por mis papás, como cuando gané mi primer Nacional federado a los 9 años”.