Jornadas por la Rehabilitación, un patrimonio de Magallanes
En tiempos tan enrarecidos y polarizados por posiciones antagónicas en temas valóricos, políticos, económicos y religiosos, por citar algunos ámbitos de la contingencia diaria, la realización de una nueva versión de las Jornadas por la Rehabilitación en Magallanes viene a ser un bálsamo de humanidad que gratifica el espíritu y nos hace reflexionar acerca de la importancia de la solidaridad para con el prójimo.
Una vez al año esta acción convoca a todos los habitantes de la región más austral del país a sumarse a la tarea de recaudar una determinada meta en dinero para sostener esa monumental obra nacida a fines de los años ochenta bajo el alero del Club de Leones Cruz del Sur Punta Arenas.
A lo largo de los años, el funcionamiento de los Centros de Rehabilitación en esta apartada zona de Chile ha sido la única mano de amparo que han podido asir centenares de familias para recibir tratamientos médicos que han mejorado su condición de salud y su calidad de vida. El esfuerzo, la capacidad profesional y, por sobre todo, el calor humano de quienes se desempeñan en dichos centros, han permitido recuperar miles de sonrisas y mejorar la existencia de incontables personas que han nacido con deformaciones o trastornos genéticos o, que producto de algún accidente o alguna enfermedad invalidante, sufren algún tipo de deterioro.
Por eso es que si hay algo de lo cual los magallánicos nos sentimos orgullosos es precisamente de la tarea infatigable que realizan los centros de rehabilitación que operan en la zona. En Porvenir, Puertos Natales y en Punta Arenas.
Hoy, estamos a horas de que se lleven a cabo las 35º Jornadas, evento que tendrá este viernes y sábado su momento crucial en la tarea de recaudar más de mil millones de pesos, recursos que permitirán financiar apenas un 20% de la operación de los centros asistenciales.
A lo largo del tiempo a través de las páginas de La Prensa Austral se han dado a conocer innumerables testimonios de personas que han logrado su rehabilitación trabajando con los profesionales de estos recintos o que están en procesos recuperativos. Muchos de estos casos aleccionan que nadie está libre de sufrir algún accidente o una enfermedad que le afecte a tal grado que requiera de un tratamiento especializado.
Por eso el llamado es a contagiarnos con la sonrisa y el espíritu generoso y desprendido. Cualquier aporte, por modesto que sea es un bastión para seguir cimentando un patrimonio que pertenece a todos quienes hacemos de Magallanes un territorio de esperanza y solidaridad.