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Lula da Silva se impone ante Bolsonaro por un margen mínimo en Brasil

Lunes 31 de Octubre del 2022

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El ex Mandatario progresista Luiz Inácio Lula da Silva es el nuevo Presidente de Brasil, tras lograr vencer a su contrincante el actual gobernante Jair Bolsonaro en la segunda vuelta presidencial llevada a cabo ayer en una reñida jornada.

Según el Tribunal Superior Electoral, con el 99,16% de los votos escrutados, el líder del Partido de los Trabajadores (PT) obtuvo el 50,84% de las preferencias (59.790.720 votos) y es declarado como nuevo Presidente de Brasil, versus el 49,15% de Bolsonaro (57.810.805 de los sufragios), a cuyas elecciones estaban unos 156,4 millones de brasileños llamados a las urnas. 

Lula da Silva, de 77 años y que ya gobernó entre 2003 y 2010, volverá a ocupar la Presidencia a partir del 1 de enero de 2023 y por los cuatro años siguientes.

A través de sus redes sociales, el candidato izquierdista sólo emitió un escueto mensaje tras su triunfo, que decía “democracia”.

La emoción en el escrutinio se mantuvo hasta el último, ya que la votación estuvo más apretada de lo que esperaban los sondeos previos a los comicios, reflejo de la alta polarización que vive Brasil y que incluso ha derivado en episodios de violencia política durante la campaña e incluso durante el mismo proceso eleccionario.

Como pasó anteriormente, las encuestas no consiguieron precisar la fuerza del bolsonarismo: el actual gobernante empezó el conteo por delante, pero con el 67,76% escrutado, el ex Presidente progresista pasó a liderar, tendencia que se mantuvo hasta el final, aunque siempre con un margen muy pequeño.

En la primera vuelta, Lula, abanderado de un amplio frente progresista al que se han sumado fuerzas de centro y centroderecha, fue el candidato más votado con el 48,4% de los votos, frente al 43,2% que obtuvo el capitán retirado del Ejército.

Durante la campaña, Lula prometió “reconstruir” el Brasil de Bolsonaro, acabar con el hambre, que hoy afecta a unos 33 millones de brasileños, y “colocar al pobre en los presupuestos” del Estado, combinando responsabilidad social, fiscal y ambiental. También anticipó que estaría en el poder durante un solo mandato, que en Brasil es de cuatro años.

La victoria de Lula era algo impensado hace unos años por los múltiples procesos de corrupción a los que tuvo que enfrentar, pero en 2021 la Corte Suprema anuló las condenas que le hicieron pasar 580 días en prisión, recuperando así sus derechos políticos.

La victoria de Lula representa la primera ocasión desde que Brasil regresó a la democracia en 1985 que el presidente en funciones no logra reelegirse. La ceremonia de inauguración de su presidencia se llevará a cabo el 1 de enero de 2023.

Algunos Mandatarios latinoamericanos expresaron rápidamente sus felicitaciones vía Twitter. El Presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador manifestó: “Ganó Lula, bendito pueblo de Brasil. Habrá igualdad y humanismo”, mientras que el Mandatario argentino Alberto Fernández dijo: “¡Felicitaciones @LulaOficial! Tu victoria abre un nuevo tiempo para la historia de América Latina. Un tiempo de esperanza y de futuro que empieza hoy mismo”. También se expresó a través de la red social el Presidente Gabriel Boric, con un escueto tuit: “Lula. Alegría!”.

“Restablecer la paz”

Una vez ratificado su triunfo en las urnas, Luiz Inácio Lula da Silva se comprometió a “restablecer la paz” en un Brasil dividido, en su primer pronunciamiento tras ganar las elecciones ante el actual gobernante, Jair Bolsonaro.

“Estoy aquí para gobernar este país en una situación muy difícil, pero con la ayuda del pueblo vamos a encontrar una salida para que el país vuelva a vivir democráticamente”, afirmó el líder del Partido de los Trabajadores (PT) desde un hotel de la ciudad de Sao Paulo.

Anticipó también que “nuestro compromiso más urgente es acabar con el hambre otra vez”.

“A partir de enero de 2023, voy a gobernar” para 213 millones de brasileños; “no existen dos Brasiles, somos un único país, un único pueblo, una gran nación”, señaló el dirigente progresista, en compañía de sus principales aliados y su esposa, la socióloga Rosangela Silva.

Lula, vestido con una camisa vaquera, manifestó, en un discurso leído, que “es la hora de reunir las familias y rehacer los lazos de amistad rotos por la propagación criminal del odio”.

“A nadie le interesa vivir en un estado permanente de guerra. Este pueblo está cansado de ver al otro como enemigo. Es hora de bajar a las armas. Armas matan y nosotros escogemos la vida”, manifestó.

En sus primeras palabras, también prometió “fortalecer” la lucha contra la violencia machista y “enfrentar sin tregua el racismo y la discriminación” para que “blancos, negros e indígenas tengan los mismos derechos”.

“El desafío es inmenso, es necesario reconstruir este país en todas sus dimensiones. Necesitamos reconstruir el alma de este país, el respeto a las diferencias y el amor al prójimo”, afirmó en un pronunciamiento que buscó tender la mano a todos en un país extremadamente polarizado.