Masivas muestras de cariño en velatorio de psicopedagoga de la Escuela Patagonia
Esta tarde será el funeral de la profesional, partiendo de la sede vecinal Nº39, de la Población Santos Mardones, rumbo a la Escuela Patagonia y de ahí al cementerio Parque Cruz de Froward.
“Es un momento difícil de vivir, donde tenemos que sacar fuerzas de flaqueza, pero el cariño y afecto de la gente nos ayuda mucho”, dijo Alberto Andrade Aro, padre de la psicopedagoga Albertina Andrade Barría.
La profesional, de 34 años, del Programa Integración de la Escuela Patagonia fue encontrada sin vida el domingo en la noche, al interior de su domicilio, en villa Jardín de la Patagonia, producto de inhalación de monóxido de carbono.
“Ella falleció junto a sus cuatro mascotas, porque era querendona de los animales”, comentó el padre, en relación a sus tres gatos y un perro.
“Mi hija era una niña muy querida, porque como profesora lo hacía muy bien. Y como hija era una niña excelente. Tal vez cumplió su etapa en la vida terrenal y Dios la quiso llevar para que siga en otro lugar su labor”.
“Siempre me pidió que el día que no estuviera le trajeran al velorio comida para perros y gatos en vez de flores, para luego repartirlo”.
La voluntad se cumplió y fue así que la mayoría de la gente que ayer llegó al velatorio, en la sede vecinal Nº39 de la población Santos Mardones, lo hizo portando alimento para mascotas.
Desde este mismo lugar partirá esta tarde el funeral rumbo a la Escuela Patagonia, donde se realizará un responso, para luego partir al cementerio Parque Cruz de Froward.
Albertina estudió en la Escuela Portugal. De ahí la enseñanza media en el liceo y luego entró a estudiar Pedagogía. Posteriormente estudió educación diferencial.
Pérdida irreparable
Alicia Aguilante Vargas calificó de “pérdida irreparable” la partida de su colega Albertina. Más aún siendo una profesional tan joven.
“Ella llegó hace 11 años al colegio (Patagonia), cuando la recibimos como psicopedagoga y se incorporó al Programa de Integración. Y el año pasado logró sacar su título de educadora diferencial”.
Dijo que se caracterizaba por el gran corazón que tenía, sobre todo para los animales. “Era una gran profesional. Excelente persona. Y aparte de colega una gran amiga que estuvo siempre en las buenas y en las malas”.
La recordó como una mujer “amable, de buen corazón, siempre dispuesta a ayudar. Realmente su partida será muy difícil de superar. Más encima cuando estamos frente a una persona tan joven”.